Capítulo 2: Mi Hermana

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Ella era morocha, cabello pelirojo, ojos verdes, de contextura pequeña y muy molesta. Su nombre era Venecia tenia 25 años y si, era mi hermana.

Generalmente nos llevábamos bastante bien, siempre nos hacíamos algunas bromas, con las que según ella yo me "abusaba" y se enojaba, pero al rato se le iba y ya estábamos molestandonos de vuelta. Era simpática, pero a la vez muy histérica. Hacia un año se había recibido de enfermera y trabajaba en uno de los hospitales más importantes de California, llamado Hospital Cruz Roja. Ella hacia turno completo desde las 8 de la mañana, hasta las 7 de la noche, por lo que llegaba muy estresada e iba directo a la nevera, comía y se acostaba hasta el otro día.

La quería a pesar de todo, todos estábamos muy preocupados por ella y queríamos ir a buscarla a pesar de todo lo que las noticias habían dicho, quizás era todo una farsa, ya que por el momento no habíamos visto a ningún "zombie".

-¡Tenemos que ir a buscarla! -Exclamó mi madre

-Entiende que es imposible Carmen, las noticias nos alertaron de todo lo que esta pasando y ¿vos queres salir? -Dijo mi padre

-¡Si, podría estar en peligro, necesitando de nuestra ayuda, y nosotros aca sin hacer nada!

-Si vamos podemos morir tía -Dijo Fabri

-¡Lo haré si es necesario! -Dijo dirigiéndose hacia la puerta, pero un ruido detrás de esta la detuvo.

El sonido era aterrador, era una especie de gemido y gruñido por lo que nos puso los pelos de punta. Mi madre fue caminando lentamente hacia atrás, hasta que la puerta empezó a golpearse de manera impresionante, creímos que se iba a romper por lo fuerte que la golpeaban.

Pero no fue así, la puerta no se rompió pero el gruñido estuvo ahí por un largo rato, hasta que se detuvo.

Nadie se atrevía a acercarse, entonces me armé de valor y me fui dirigiendo hacia la ventana. Me asomé y alli estaba, era un zombie no lo podía creer, su aspecto era terrible y le colgaban los intestinos, pareciera que hubiera estado en descomposición hacia ya varios días.

La luz volvió de golpe, y pude ver el panorama de afuera, era totalmente perturbador. Estaba lleno de esas cosas, por lo que me asuste y cerré la cortina de golpe. Para mi fortuna no llamé la atención de ningún zombie.

Me acerqué hasta donde estaban los demás y les comenté lo que vi. Por lo que mi madre se asustó y preocupó aún más, empezó a llorar sin consuelo. Fabrizio también estaba preocupado por su familia, pero mientras yo estaba ocupado habían logrado comunicarse con ella, se sentía más tranquilo.

Mi padre al ver a mi madre dijo
-Ok, vamos a ir a buscarla mañana por la mañana, así que ahora vayamos a dormir para estar frescos.

-¡Sii! -Exclamó mi madre secándose las lágrimas.

-Bueno, vayamos a descansar -Dijo mi padre -Mañana a las seis todos levantados -Agregó dirigiéndose hacia arriba, su habitación. Y nosotros siguiendo lo por detrás.

Eran las 5am de la madrugada. Me desperté sobresaltado, había escuchado un sonido escalofriante, mi primo seguía dormido, lo esquive y me asomé hacia la ventana. Lo que vi no me gustó, era un grupo de zombies devorando a un hombre, este gritaba de dolor y pedía ayuda. Fabri al escuchar esos gritos tan fuertes, también se despertó y me preguntó:

-¿Qué fue eso?

-Tienes que verlo -Respondí

Él se acercó, miró y se asustó. Penso en su familia, en mi hermana, por poco le agarra un ataque de pánico.

-¿Y ahora quien es el que tiene miedo? -Me burlé.

-Ja ja muy chistoso -Dijo irónicamente.

No sabiamos como íbamos a hacer para salir, sólo faltaba una hora para que los demás se despertaran y prepararamos las cosas para ir en busca de mi hermana.

Eran las seis de la mañana y empezamos a cambiarnos para levantarnos. Poco después se despertaron mis padres y empezamos a preparar las cosas para poder ir en búsqueda de ella, mientras Fabri y yo preparabamos café, mis padres terminaban de buscar provisiones en la casa y "armas" que sólo serían cuchillos de cocina y un par de artículos de jardinería, obviamente, útiles para matar un zombie.

Ya estaba todo listo, se sentaron a descansar por un momento mientras le serviamos el desayuno, terminamos de desayunar, cargamos las cosas en el coche y preparamos para abrir el garaje. Cuando ya estabamos todos en el coche, abrí la puerta del garaje con el control remoto y empezamos a salir.

-¿Listos?, esta será una búsqueda larga y dificil. Dijo mi padre con entusiasmo.

-Listos -Contestamos todos.

El sol empezaba a aparecer, era un amanecer hermoso, lo vimos, sonreimos y partimos.

Continuará...

The EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora