Capitulo 9: ¿Quien es el enemigo?

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Tres meses antes

Venecia

Despertamos en un cuarto bastante deteriorado, en un ambiente denso, oscuro, perfecto para una extorsión. Estábamos amarradas a unas sillas cada una, tan fuerte que era imposible el intento de escape.

Yo desperté primera, estaba asustada y confundida, no tenia idea de donde estaba, mi amiga aún dormía intensamente. Probé todo a mi alcance para desatarme, pero sin éxito.

Después de unos minutos despertó Clara, estaba atemorizada, pérdida, buscando alguien. Me avistó y vi es su rostro una expresión de alivio.

*Sonido de puerta al abrirse*

-¿Como andan mis chicas eh? -Pregunto un sujeto desconocido.

Lo miramos con arrogancia, sin darle respuesta.

-Ok, las reglas son simples, ustedes trabajan para mi y yo las dejó vivir, me parece un trato justo, ¿ustedes que dicen muchachos? -Dijo mirando a su alrededor sonriendo macabramente.

-¡SI! -Respondieron los guardias de la habitación.

-Ahora ustedes me pertenecen, y cuando yo quiera, me placenteran a mi gusto -Dijo mirándome mientras se acercaba cada vez más.

-Eres un desgraciado -Lo escupe en el rostro.

-Aquí todo se basa en respeto y cordialidad, pues tú, no lo eres pero aprenderás -Dijo mientras secaba.

-¡No voy a ser tu esclava ni nada, prefiero morir! -Le dije enojada.

-Bien, ¡Guardias! -Llama a los demás- denmen un cuchillo.

-Tome, Señor -Dijo uno.

Agarró el cuchillo, tomó a Clara de los pelos y le cortó una oreja.

-¡Alto, detente! -Le gritaba mientras Clara gritaba de dolor- por favor, ya entendí, haré lo que me pidas, ¡déjala!

Este hombre, soltó el cuchillo, cayendo al suelo junto con la oreja de Clara. Esta moría del dolor.

-Aprenderás, y nunca me olvides, mi nombre es Sid -Dijo con un ego alto- Detengan el sangrado, que no muera -Dijo marchándose lentamente.

Habia sangre por todos lados, la piel de Clara, empezaba a tornarse de a poco, algo amarilla. La sangre qur aun lr caia por su oreja, impactaba en un charco de la misma, que se habia formado por el desangrado.

La habitación estaba a oscuras, sin posibilidad visión alguna, el sonido de las gotas de sangre caer, eran lo único que me mantenían despierta, en ese lugar. Estuvimos allí unas quince horas, casi exactas.

Pasadas estas horas, entro un hombre a la habitación, se dirigió en dirección a Clara, que estaba casi inconsciente, y la liberó, para llevársela.

Yo no podía quedarme allí, no quería, era horrible, por lo que decidí intentar hacer algo para que tambien me llevaran.

-Oye, llevame a mi tambien ¡por favor! -Le dije desesperada.

-Ya quisieras -Dijo sarcásticamente mientras se reía y avanzaba hacia la puerta.

En todo este tiempo, había estado intentando liberarme, y lo había conseguido, no estaba muy bien amarrada, lo supe desde el principio, pero quería disimular.

Mientras este hombre seguía avanzando lo agarre de atrás con la cuerda que usaron para amarrarme y se la coloque en el cuello lo mas fuerte que pude, no lo solté, a pesar de luchar para sacarme de encima, no lo logro y en un par de segundos, murió.

Por los pocos gritos que se lograron escuchar, vinieron dos guardias más, los cuales me golpearon con su arma dejandome inconsciente.

Desperte en otra sala, con unas esposas, Clara se encontraba cerca de mi, estaba siendo atendida por su oreja. Yo por mi parte intente no hacer ruido, pero fue en vano, por accidente golpeé las esposas una con otra, haciendo un sonido metalico.

Todos se giraron, alertandose. Yo los mire y al instante llamaron a un guardia.

-Despertó la otra chica, llama a Sid -Dijo unos de los médicos al guardia.

-De acuerdo -Respondió el guardia.

Pasaron unos minutos, y apareció Sid, con un rostro amenazante.

-¿Así que mataste a unos de nuestros guardias? ¿Acaso no te sirvió la lección que le dimos a tu amiguita? -Dijo sacando su enorme cuchillo y apuntandomelo en el rostro.

-Lo siento, debía hacer algo para salir de allí, intente decirlo amablemente sin ningún éxito, por lo que debí asesinarlo. -Le dije mirándolo a los ojos, con rabia.

-Wow, me sorprende, tengo que admitirlo, incluso lograste desatarte de la silla, impresionante. -Dijo afirmativamente- incluso apostaria con que serias un buen soldado, lo malo, es que no puedo dejar pasar ese asesinato.

-¿Que insinuas? -Le pregunte alarmante.

-Que voy a tener que matarte -Dijo levantando el cuchillo para asesinarme.

-¡Noo! -Grité.

El cuchillo ya estaba en lo alto apunto de bajar, cuando alguien le sostuvo la mano, salvandome la vida.

Continuara...

The EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora