Capítulo 7: Venecia

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Venecia

Salimos del hospital corriendo, con varios muertos persiguiendonos por detrás. Ya era de noche, y en toda la ciudad se veían personas huyendo de algo, alboroto, saqueos, muertos. Reinaba el caos.

Los que nos perseguían se desviaron para perseguir otras personas, que corrían al igual que nosotros.

Subimos al auto de Clara (mi amiga) y nos dirigimos a su casa. Ella vivía en un pueblo fuera de la ciudad de California, por lo que al querer salir de la ciudad nos detuvieron las fuerzas Armadas, toda la ciudad estaba en cuarentena.

Mientras íbamos en el auto intenté llamar a mis padres, pero era imposible, parecía que las líneas estaban cortadas, tenía señal, pero no funcionaba.

-¿Me prestas tu teléfono?, el mio no funciona, no se que le pasa -Le dije apresurada.

-Si toma, no hay problema -Dijo acercandome su teléfono.

-¡Mierda! -Exclame golpeando mi pierna.

-¿Qué sucede? -Pregunto Clara preocupada.

-Tu teléfono tampoco funciona, creo que las líneas están cortadas. -Le dije.

Nos miramos y ella encendió rápidamente la radio. Esta transmitía una señal de alerta de un principio de epidemia en toda California, advirtiendo de un virus capaz de revivir un cuerpo muerto. Estábamos aterrados.

Al llegar donde estaban las fuerzas Armadas, había una fila en donde te controlaban con una especie de scanner, para comprobar si estabas infectado o no.

Al llegar nuestro turno, nos escanearon y todo salió perfecto, pasamos dándonos la vuelta y viendo a toda una multitud pidiendo ayuda, queriendo pasar a toda costa.

Un zombie apareció de la nada atacando a unos de los guardias con scanner, los demás le dispararon tanto al zombie, como al guardia. Por esto la gente se empezó a volver loca, empujando a los guardias y así pasando algunas personas sin ser escaneadas, nosotras corrimos hacia un helicóptero, y subimos.

El helicóptero despegó, pero varias personas se colgaron en él, haciendo que perdiera equilibrio y ya en altura, descendiera de a poco en un bosque no tan alejado de allí.

El helicóptero estaba cayendo, yo me había dado cuenta, por lo que le tome la mano a Clara y salte.

Al poco tiempo se estrelló, a unos 100 metros de nosotros. No estábamos tan lejos del piso, por lo que no sufrimos ningún daño al caer, pero al impactar contra el suelo, este estaba en bajada y rodamos unos cinco minutos (exagerando) golpeandonos con todo a nuestro paso, provocando nuestros desmayos.

Despertamos aturdidos, y con mucho dolor corporal, además del de cabeza. Los zombies se aproximaban al oír el estruendo que había provocado la caída.

A lo lejos avistamos una cabaña solitaria, parecía vacía. Corrimos lo más rápido que pudimos, esquivando a los zombies y adentrandonos en el bosque, solas, sin armas, heridas y con pocas posibilidades de sobrevivir, pero con esperanzas.

Una vez allí trabamos la puerta con todo lo que pudimos, y nos quedamos en un rincón, en silencio, con miedo a convertirse en una de esas cosas, preocupadas por lo que podía pasar.

Los zombies se quedaron allí golpeando la puerta, desesperadamente, queriendo entrar y saciar su hambre, sin éxito. Después de unas horas, se marcharon.

A la mañana siguiente, nos despertamos sobresaltadas, al escuchar romper una ventana y murmullo de gente que cada vez más se acercaban a nosotras.

-Arrojen sus armas y salgan despacio con las manos en la cabeza, no tenemos intención de herir a nadie -Dijo una voz masculina con tono convencional.

-No tenemos armas -Dije asustada.

-Entonces salgan con las manos en la cabeza, un movimiento peligroso y están muertas.

-Ok ok, allá vamos. -Dijo mi amiga, avanzando hacia su posición, siguiendo sus condiciones.

Salimos de la habitación en donde estábamos y vimos unos diez hombres armados, apuntandonos con firmeza. Parecían terroristas.

-Agachensen -Dijo uno de ellos.

Al hacer esto recibimos un golpe que nos dejo, totalmente inconscientes.

Continuará...

The EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora