Anhelo sentir tus pechos en mis ásperas manos, dulce piel recorre tu cuerpo.
Sentir lo más profundo y olvidar el resto, pensar en ti y en el universo.
Tus ojos hipnotizan a la bestia más feroz, músculos paralizados solo con tu olor.
Pechos firmes y con dulce contorno, malditos los ojos si no son los mios.
En tu espalda vive la osa mayor, tu vientre me indica el norte con la estrella polar.
Mis ojos añoran lo más deseado por la piel, un hijo perdido ahora de aquel.
Ásperas horas cuando no estoy contigo, infinidad infinita en el infinito.
Manos delicadas, piel de corcel, la chaqueta más cara se haría con tu piel.
Dulce aliento cargado de mí, desaparecí de tus entrañas y dejé de existir.
Piel clara y alma delicada, tu fuiste y siempre serás, la más amada.
Recorre kilometros en el infinito, crucé con el dedo tu cuerpo, ahora prohibido.
Tu amor por mí me destruyó, ahora ya no puedo vivir sin tu olor.
Cuerpo deseado y a veces soñado, de diario pienso en ti, atentamente, tu amado.
