—Lo siento—susurró ella con la voz quebrada y Justin negó tocándole la frente. Tenía fiebre, podía verlo por lo sudada que estaba. Le quitó las sabanas y la miró con preocupación.
—Vamos a darte una ducha, estas ardiendo—dijo ayudándola a ponerse de pie y esta negó tratando de alejarse. Le daba igual si estaba enferma o no. –Tienes fiebre, vamos a darte una ducha por favor—pidió y esta lo miró con lágrimas en los ojos.
—No deberías estar aquí, no me lo merezco—sollozó y Justin le quitó la sudadera dejándola en ropa interior. –No merezco que cuides de mí, no merezco nada—sollozó y Justin la abrazó. Eso era lo que ambos necesitaban, lo único que deseaban. Sentirse unos a los otros y saber que no importaba que, estaban juntos. La miró a los ojos acariciándole las mejillas. A pesar de estar enferma e hinchada seguía encontrándola hermosa. ¿Qué le había hecho ella? Se sentía hipnotizado.
—Ven—dijo llevándola a la ducha y la sentó en la bañera mientras abría la pluma. Se arrodilló frente a esta y suspiró al verla con la mirada perdida. –Brooke—la llamó, pero nada. Esta no lo miraba porque no tenía cara para hacerlo. No después de todo lo que había pasado entre ellos. No después de que este la llamara zorra.
—Soy una zorra—susurró con la vista clavada en la pared. No podía mirarlo mientras le contara la verdad sobre ella. –No, no digas que no porque yo sé que si—dijo y Justin quiso hablar, pero esta no se lo permitió. Tenía que decirle la verdad. –Siempre he sabido que soy una zorra, lo soy desde los quince años—sonrió con amargura y Justin frunció el ceño. ¿De que ella estaba hablando? –Una tarde descubrí a mi mamá, la esposa de un socio de papá y al socio teniendo sexo en casa—empezó a contar. Tenía que hacerlo, nunca le había contado a nadie porque era una chica cerrada referente al amor y quería hacerlo con él. –Yo estaba confundida, no estaba entiendo que hacia mamá, esa mujer y ese hombre teniendo sexo, tampoco entendía porque mi cuerpo no se movía—negó al recordarlo. Había sido el peor día de su vida. –No me moví hasta que ellos acabaron, no pude apartar la mirada de ellos porque me había excitado al verlos—negó con asco. Hasta ella misma sentía asco de haberse excitado al ver a su a su mamá teniendo sexo con esa mujer y con ese hombre. Ese tiempo ella no sabía que estaban haciendo, pero ahora sí. Estaban teniendo un treesome. –Lo sé, ¿Cómo pude haber excitado al ver a mi mamá haciendo esas cosas? Que asquerosa soy—rio con amargura y Justin tragó saliva. No estaba entiendo por qué ella le estaba diciendo eso. –Ese fin de semana tuvimos una cena con los socios de papá y ahí estaban ellos hablando y riendo como si nada, como si ellos no hubieran hecho algo malo, como si no le hubiera sido infiel a papá, así que decidí hacer algo—dijo y Justin temió lo peor. –Aproveché que Kevin, el socio de papá había ido al baño y lo seduje—rio con amargura y Justin la miró sorprendido. –Lo sé, solo era una niña de quince años, pero lo seduje, le dije que llevaba tiempo deseándolo, que me gustan los hombres mayores y luego de varios días de hablar a escondidas y mandarnos mensajes calientes, follamos en una habitación de un hotel—suspiró. –Sé que estuvo mal, pero mentiría si dijera que no me gustó, era mi primera vez y Kevin era un hombre apuesto así que no lo pensé dos veces y seguimos viéndonos por años hasta que su esposa nos descubrió—se encogió de hombros. –Tanto ella como mamá resultaron ofendidas ante mi comportamiento, pero no me importó, al contrario les dejé saber las cochinadas que hacían y decidí hacer lo mismo ya que no respetaban a papá—dijo con la mirada perdida. –Recuerdo la cara de perplejidad de papá, su dolor al saber lo que mamá le había estado haciendo, pero sobre todo al saber que su princesa también había caído en garras del hijo de puta de Kevin—negó con los ojos aguados. Hasta hoy día seguía recordando la mirada de su papá a pesar de que ya este la había perdonado y trataba de llevarse mejor con ella, aun le dolía porque le había fallado. Porque le gustó Kevin a pesar de lo que este hacía con su madre y eso es algo que nunca podrá perdonarse. –Eres solo una niña y todo este tiempo te has comportado como una zorra, una zorra como tu madre—sollozó al recordar las palabras que su papá le había gritado y Justin la abrazó sin importarle que lo mojara. Solo quería calmarla y dejara de recordar eso. Sabía lo que unas palabras de los papás podían hacer. Cuando embarazó a Chantel con tan solo dieciocho años su papá le dijo cosas horribles. Hoy día entendía por qué su papá le había dicho esas palabras, pues apenas iba a comenzar la universidad con una muy buena beca para el futbol americano y había jodido su futuro, pero eso a él nunca le importó. Amaba a Chantel y aunque ninguno de los dos había planeado tener hijos, sucedió y no se arrepentía. Amaba a su campeón. –A partir de ahí, todo fue un desastre, mamá me abandonó diciendo que no quería una hija como yo y papá se fue avergonzado de mi comportamiento, mi abuela se hizo cargo de mi—dijo y Justin asintió limpiándole las lágrimas. –Todos supieron lo que pasó en mi familia Justin, toda la escuela y me humillaban gritándome lo asquerosa que era y yo no podía más con las humillaciones que decidí comportarme como ellos me llamaban—susurró. –A mis diecisiete ya había tenido sexo con todos los chicos de la High, incluyendo el profesor de educación física, pero eso no me importó, de cierta manera los rumores pararon un poco gracias a los chicos—sé encogió de hombros. No le importó aquel tiempo haber sido una zorra con tan solo quince años. –Cuando cumplí los dieciocho que me gradué de la High mi papá volvió por mí, me llevó al psicólogo para superar lo que pasó y descubrieron que tengo Hipersexualidad—murmuró avergonzaba. Lo estaba, odiaba haber sido diagnosticada con eso.
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The Crime of Love {Justin Bieber Short Story}
Romance¿Ella? Una adicta al sexo. Sexy, egocéntrica y orgullosa. ¿El? Un chico serio. Padre soltero, responsable y reservado. ¿Podrán estos dos polos apuestos encontrar el amor?