Capítulo 7

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Naruto
*30 minutos antes*

Cuando el rubio por fin había perdido a Sakura se dio cuenta de que al parecer se había perdido. Así que hizo lo más maduro que podía hacer alguien perdido, mantener la calma y preguntar por la dirección, pero recordemos que él es Naruto Uzumaki.

-¡Por un demonio lo que faltaba!¡Maldición! ¡Me cago en la- al parecer la forma de expresarse del Uzumaki era mediante groserías.

-Naruto-kun, ¿te encuentras bien?

El nombrado se volteó para ver quién le hablaba y se dio cuenta de que era la misma ojiperla que lo acosaba en el salón.

Al ver que Naruto no decía nada, Hinata siguió hablando.- Parece que te has perdido, ¿necesitas ayuda?

-Sí, ¿me podrías decir dónde está la dirección? Por favor.

-Claro, camina dos salones a la izquierda, uno a la derecha, pasas la cafetería, caminas otros tres salones y llegaste. Fácil, ¿cierto?

Naruto asintió.- Muchas gracias Hinata, ¡me salvaste!

La Hyuuga solo pudo sonrojarse ante el comentario y quiso decirle algo más al Uzumaki.- Naruto-kun, la verdad es que tú, tú me, ¡tú me gustas!- pero al parecer solo la escucho el viento porque Naruto ya se había ido del lugar.

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Naruto no sabía qué estaba haciendo mal, repaso las instrucciones otra vez, dos salones a la derecha, 2 a la izquierda, pasar el campo de futbol, subir otros 3 pisos y llegaba.

Pero el único lugar al que llegó fue a la azotea desde donde se podía ver toda la ciudad. ¿Por qué será que a veces planeas una cosa y te sale una completamente diferente?

El rubio pensó que era hermoso y se imaginó que Sasuke estaba ahí, a su lado, mirando al horizonte mientras sus cabellos negros se movían por el viento. Pero se dio cuenta de que estaba soñando y se le pasó.
A no ser de que llevará a Sasuke ahí.

¿Por qué con Sasuke? Pues ni Naruto sabía la respuesta, al parecer sólo lo quería a su lado, puede que si estuviera un poco, pero sólo un poco enamorado del azabache.

Sí, le dijo a su tía que no lo estaba, pero no sabía que más decir.  Imagínate que tu tía te confiesa que siempre estuvo enamorada de tu padre y después te pregunta si tú estás enamorado de alguien, era mucha tensión.

Así que se decidió y fue a buscar al Uchiha.

Sasuke

Naruto lo estaba guiando, por no decir que lo estaba arrastrando hacía un lugar desconocido. Además tenían que estar en clase, su siguiente materia era historia con su tío y era evidente que se daría cuenta de que no estaban. Naruto y Sasuke compartían varias clases, las únicas que no eran Biología, Matemáticas y Educación Física.

Cada vez que el ojinegro le preguntaba al rubio hacia dónde se dirigían el solamente decía.- Ya lo verás, espera.- y le dedicaba una sonrisa, ¿cómo decirle que no a ese hermoso ser? Digo a Naruto.

Llegaron a una puerta y el rubio se detuvo.- Sasuke, cierra los ojos.

-¿Eh? ¿Para qué o qué?

-Tu confía en mí y ciérralos.- el azabache obedeció y cerró los ojos, de pronto sintió el viento y se asustó, Naruto se percató de su reacción y sujetó más fuerte su mano, se sintió tranquilo.- Ya puedes abrirlos.

Cuando el Uchiha abrió los ojos se asombró demasiado, tanto que no pudo decir nada, sólo se quedó mirando al horizonte mientras el viento le movía el cabello. Ni siquiera se percató de que cierto rubio lo estaba mirando demasiado y que se acercaba lentamente hacia él.

-Sasuke- cuando el ojinegro se volteó, el ojiazul puso los labios del contrario sobre los suyos.

Ninguno quiso separarse.

Pero tuvieron que hacerlo ya que escucharon la campana, tenían que ir a clase, al parecer ya no iban a poder comer el almuerzo.

El primero en hablar fue Naruto.- Lo siento, yo, no sé qué me pasó, pero de verdad quería hacerlo.

-De verdad eres un dobe.

Pero en vez de enfadarse por el comentario el rubio le dedicó una sonrisa de las que sólo él podía dar.

-Deberíamos ir a clase.- sugirió el Uchiha.

-Sí, deberíamos.-respondió el Uzumaki.

-Deberíamos.

-Porque si no tu tío nos mata.

-Querrás decir, TE mata.

-Sí, eso.- El rubio estaba tan atento a Sasuke que no había procesado lo que escuchó.- Espera, ¡¿qué?!

-Hay que irnos, usuratonakachi.

-Claro.- Cabe decir que en ningún momento se soltaron de las manos.

Ambos lo sabían, de ahora en adelante ese sería su lugar.

La librería del amor - NaruSasu -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora