Capítulo 15

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Naruto

Se suponía que iba a pasar tiempo padre-hijo con su papá, pero había un pequeño problema.

Su padre había desaparecido.

Caminaron durante mucho tiempo y por fin había encontrado un traje que le gustaba, al salir de la tienda su papá se dirigió al baño y Naruto lo esperó afuera, solo se descuidó un segundo, parpadeo y por arte de magia Minato ya no estaba.
Lo buscó por todos los lugares que se le ocurrieron, pero nada, simplemente no lo encontró. Así que decidió llamarlo, cuando llamó al celular de su padre algo en su bolsillo trasero derecho vibró. Era el teléfono de Minato.

Reimplantemos el problema.
Su padre había desaparecido, no tenía su celular y estaba en un lugar que no conocía.

Naruto hizo lo más lógico que podía hacer, ponerse a llorar.
Mientras el rubio lloraba desconsolado un guardia de seguridad se le acercó.
–¿Te encuentras bien?

Con los ojos llorosos y un moco escurriéndole de la nariz contestó que sí.

El guardia se preocupó por él, así que se lo llevó a su oficina. Al llegar ahí vio a su padre, estaba sentado frente a otro guardia, también estaba llorando.

–¡Le digo que tiene tres marquitas en ambas mejillas, fuera de eso es igual a mí!

–Señor cálmese.– el guardia hacia lo posible para que Minato se tranquilizara pero era imposible.

–¿Papá?

El Namikaze volteó su cabeza en la dirección de Naruto y en cuanto lo vio, dejó de llorar. –¿Naruto?

–¡Papá!

–¡Naruto!

Justo cuando iban a abrazarse el guardia los detuvo. –Me alegro que se hayan reencontrado, ahora, fuera de mi oficina.

Ambos rubio se retiraron y emprendieron camino a casa.

Karin

La pelirroja escuchaba atentamente la historia que su amigo/enemigo le contaba.

Al parecer no le había ido nada bien a Obito en su cita con Kakashi y ella era la elegida para convencer al pelinegro de no suicidarse.

–Ya te dije que es normal tener un tercer pezon, Obito.

–¡No lo es! Kakashi me lo dijo.

–Pues te mintió, yo estudié anatomía, conozco el cuerpo humano como la palma de mi mano.–Karin le sirvió una taza de té para ver si así lograba calmarlo.

–Estuve tan cerca, tan malditamente cerca, ¡Y por culpa de mi malformación no logré acostarme con Kakashi!

–¿De verdad crees que fue por tu malformaciones? ¿Qué tal si Kakashi no quería acostarse contigo e inventó lo del pezon para no herir tus sentimientos?

Obito se deprimió más de lo que ya estaba.–No ayudas, bruja.

El timbre sonó por lo que ambos tuvieron que ir a sus respectivas clases.

En el camino hacia su clase Karin se encontró con Kakashi y le preguntó cómo se había sentido respecto a la cita con Obito.

Hablaron un poco sobre el tema pero la respuesta de Kakashi no le agradó para nada.
Al parecer sólo aceptó la cita con el Uchiha para darle celos a Iruka y que lo logró, Kakashi e Iruka volvieron a ser pareja, Obito había sido utilizado.

Sintió como el enojo recorría por todo su cuerpo y además sentía una enormes ganas de partirle la cara a Kakashi aunque fuera un omega.

Quería llorar. Y golpear a Kakashi. Y llorar más. Y golpear a Obito por imbécil. Y llorar con Obito. Quería consolar a Obito.
No quería que Obito sufriera.

Karin se tragó su enojo y se dirigió a su clase, después se encargaría de curar el corazón roto de Obito.

Sasuke

¿Cómo es que se había dejado persuadir por Gaara? Ah si, porque no lo iba a dejar entrar a su departamento hasta que fuera a visitar a su tío, y ahí estaba, frente a la librería, observando los libros que se podían ver a través del vidrio.

Y así se quedó, observando y recordando todo lo que vivió con Naruto dentro de esa librería.

No supo cuánto tiempo pasó, pero cuando comenzó a llover volvió en si y se colocó la capucha de su sudadera.

Suspiró de manera nostálgica y se retiró del lugar.
Le diría a Gaara que lo intentó.

Naruto

El rubio sintió un impulso que lo obligó a pasar por enfrente de la librería.

–¿Hijo? ¿Pasa algo?

–No, nada, aquí es dónde trabajo.

–¿Aquí fue donde conociste a Sasuke?

Naruto asintió y soltó una risita al recordar cuando conoció a Sasuke.–Al principio creí que era una chica.

Minato le sonrió tiernamente a su hijo.

–Siento que cuando se fue, se llevo mi corazón y ahora no puedo vivir por qué no está.– Naruto tocó su pecho y se limpió la lagrima que se escapó. Últimamente había llorado mucho.

–No me voy a divorciar.

El menor miró incrédulo a su padre.

–AMO A KUSHINA UZUMAKI, venga hijo déjalo salir.

Las lágrimas comenzaron a salir.
–AMO A SASUKE UCHIHA

–¡AMO A KUSHINA UZUMAKI Y NO ME VOY A DIVORCIAR DE ELLA PORQUE LA AMO!

–¡AMO A SASUKE UCHIHA Y LO ESPERARÉ UNA ETERNIDAD PORQUE LO AMO!

Ambos rubios gritaban su amor a los cuatro vientos, tanto que despertaron a medio vecindario y la mayoría votó por correrlos del lugar, por lo que tuvieron que irse a dormir, el vínculo padre-hijo se había reforzado.
Igual que el amor por sus parejas.

La librería del amor - NaruSasu -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora