¡Santas nalgas!

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¡Wow!, pero que barbaridad, frente a mis ojos ahí parado estaban unas lindas, sexis y weras nalgas masculinas, por dios las mejores que he visto hasta la fecha.

Cuando el reaccionó y voltio a verme yo me di la vuelta roja como un jitomate. -¡Oh santo dios!, que pena de verdad- no dije más y salí del cuarto casi corriendo, que pena por dios.

De pronto oí como la puerta se abría y se cerraba de un portazo y como de película y en cámara lenta me di valor para dar la cara, al voltiar no podía creer lo que veía, no podía ser, ahí no!!, cielo santo no era posible, ahí frente a mis ojos estaban unos ojos café claro observandome con una expresión burlona, no se porque me pasaba eso a mi, Yo tan seria, tan penosa, y más aún yo tan rencorosa, y pues si, así como lo imaginan, ese chavo era el invesil motociclista de las otras dos ocasiones.

- ¡Hola preciosa!, al parecer te encanta verme, pero mira que seguirme a mi casa, no, no, no, definitivamente te encantó-, dijo el con esa estúpida sonrisa tan seductora que hasta el mismisimo hielo podría derretirse.

Armandome de valor le respondí.- Mira que no es verdad, yo sólo vine a despertarte para abrir la cafe, asi que dejate de decir tonterias y vamonos, ah, y por cierto, que bonita forma de presentarte la tuya tratando de matarme, se nota que a ti lo "educado" hasta por los codos- le dije con tono burlon y con mucho énfasis en educación.

El se limito a mirarme de arriba hacia abajo, poniéndome nerviosa de pi a pa, y en un instante se acerco a mi, no se cuántos minutos transcurrieron pero su estúpida mirada de altivez me miraba directamente y dijo:

- Preciosa, basta de resentimientos y mejor ven a mi habitación te aseguro que ahí me presentare como un caballero, ten lo por seguro- y sin más preámbulo y mucho menos sin esperarlo, tomo mi mano y la beso delicadamente, lastima que su estúpida mirada de insuficiencia y burla la regaran.

- Mira alcornoque, no todas las mujeres somos como aquellas con las que sueles llevarte a la cama, nosotras sí sabemos lo que queremos, y un estúpido como tú no llega ni a primera base, así que sorry- me di media vuelta y camine hacia la entrada, me iría a abrir la café sola no me importaba con tal de no aguantar a ese ah!!!!!!!!!!....

De camino a mi trabajo, recordaba sus nalgas o dios pero que bonitas, sexis nalgas, creo que las soñaria pero eso jamás lo sabría ese insecto presumido, total, que importaba, era uno de esos pesados tendré que sobrevivir ya que es el idiota más grande del mundo.

Por ir tan concentrada en mis pensamientos no me di cuenta que ¡Oh sorpresa! ahí en la entrada de la café, esperándome estaba el simio con esa postura de chico malo, que claro, le ayudaba muchísimo su vestimenta, playera blanca, chamarra de piel negra, pantalón de mezclilla y botinés negros, tengo que admitirlo es el chico más guapo que mis ojos han visto, maldito engreido, lo odiaba mucho, aún más por su atractivo, que lo hacia ver encantadoramete como un peligro; no, no, no, ya pues a mi que me importaba su atractivo maldito hígado.

Por que, Nose, pero algo dentro de mi me hacia recordarlo de algún lugar esos ojos, mmmm... ¿donde los había visto antes?, claro aparte de en sus constantes atropellos.

- Puedes moverte a un lado, sí no vas a ayudar existe un dicho muy popular que dice: ¡más ayuda el que no estorba!, y sí me permites tengo que abrir- le dije de forma bruta .

- oye, oye, tú...pequeña, a mi no me vas a tratar de esa manera, soy el hijo de la dueña y como tal también soy dueño, así que tratame con respeto, "princesita"- pronunció eso último con un brillo de burla en sus ojos y enfado, lo que hizo que yo no dijera nada y me tragara mi coraje.

Y así transcurrió el día, el se dedicaba sólo a cobrar y a coquetearle a cualquier chica que se le acercaba, ¿porque tenía que pasarme a mi, pero ya, tenía que dejar de ser una llorona, yo podía con está situación y hasta con más.

Por fin había llegado el final de la jornada laboral y podría irme a casa a descansar un buen rato, había tenido un día muy concurrido en la café, muchos estudiantes habían acudido a imprimir y hacer tareas, así que las ventas estuvieron super geniales, lo único bueno de todo había sido un chico muy tierno, que sin decirme nada se había acercado a una de las mesitas que limpiaba y había dejado un papelito, al abrirlo pude leer en ella un claro poema...

Sí pudiera comparar tú clara belleza con la noche oscura, diría que no ahí mejor cornisa que aquella que pende de tú sonrisa .

¡wow!, lo mejor del día fue ese poema, que no pude entender mucho jeje, no suelo leer mucha poesía, pero me encantó he de admitir que me sentí alagada, lo único malo fue que no pude ver a mi admirador, pero mentalmente gracias por hacer un día intenso, en uno dulce.

Ya había cerrado ventanas, limpie mesas, y todo lo demás, ya porfin me iré a casita, a descansar de todo, y cuando me dirija a recoger mis cosas y las llaves, sopas que alguien me jala del braso y me dice:

-Entonces muñeca que, ¿vamos a mi casa para demostrarle que este caballero puede ser digno de sus placeres?- dijo sin ni un apice del más mínimo arrepentimiento, lo que hizo que yo actuará.

Sin pensarlo dos veces y con toda la fuerza y el coraje que mi frágil cuerpo me brindaba, le solté una sonora cachetada, y salí del lugar en isofacto sin inmutarme a su reacción, sólo quería alejarme de ese chico que me ponía los pelos de punta, y que sólo quería golpear hasta que no quedará nada de el, ¡pero que cosas digo!, ya me relajare; y seguí corriendo a casa, necesitaba llegar y dejarme caer en la cama.

De nuevo esos ojos que aparecen en mis pesadillas, los siento carcomiendo mi alma, son como brasas en mi piel, ardiendo y a la vez evaporandose sin más, aparece el miedo y luego nada sólo vacío...

Todos tenemos un SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora