Sentimental

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Había vuelto a soñar otra vez ese sueño tan aterrador, y aparte había despertado algo sensible por lo mismo a lo mejor o talvez por la canción que sonaba en mi despertador, Emocional de Dani Martín, tenía tanto sin amor, mis relaciones pasadas habían sido pasajeras, de hecho ya ni siquiera sabía sí el amor existía o sólo estaba en esos cuentos miticos de amores frustrados, como romeo y julieta...

Definitivamente hoy andaba melancolica y algo suicida.

Y mientras miraba por la ventana de mi cuarto tambien pensaba que la vida transcurria con el mismo ritmo de siempre, la gente hacia sus rutinas de diario, sin expresiones en su rostro, ignorando a los trausentes que pedían una moneda, ¿que acaso en algún momento de mi camino llegaría a sentirme como ellos?, ¿donde está el amor, del que tanto hablan?. Tenía que levantarme y dejar de ponerme filosófica, -jajaja filosófica yo, en definitiva hoy ando rara-, dije en voz alta poniéndome un pantalón entallado con una blusa que dejaba ver mi ombliguito, me hize un molote alto, un poco de maquillaje, (quizás hoy iría mi admirador que emoción), por supuesto que me tenía que ver bella, por sí acaso.

Me disponía a salir de casa cuando me tope con mi hermana, quién me miro con el cepillo de dientes en la boca y dijo:

- Y tú que onda, ¿a donde vas tan encuerada?- dijo con tono despectivo.

- ammm, pues a trabajar, que más, y en cuanto a como estoy vestida,pues quiero ver que pescó hoy, a ver sí al menos alguna de las dos ya tiene novio y pone la muestra ¿no te parece buena idea?.

Sí en definitiva esa sinceridad mía la hizo molestar porque sólo me miro con cara de pocos amigos y cerro la puerta de un gran golpe, ups, creo que no debí decirle la verdad tan abruptada, pero ella tiene mucho sin galán no está de más ponerle la muestra, siempre que aparezca el caballero o príncipe azul, media naranja o como se diga, pronto.

Al final salí de casa y decidí irme caminando, pues hacia mucha calor y la verdad prefería caminar, mientras, pensaba en la cruda realidad, tener que trabajar con el papanata ese, como lo odio, lastima de cueraso que sea, ser idiota, eso es lo único que atrofia su exclusivo y atractivo físico, rayos por que pensaba en el, no está bien que me pase está idiotez, no estoy para nada de acuerdo con la tontería de enamorarme de un idiota y como en todos los casos dar todo de mi, sin recibir nada a cambio, ¡oh claro que no!, eso no me pasaría a mi.

Estaba a una cuadra de llegar a mi destino, cuando por andar tan metida en mis filosofías, no me percate de que al lado mío una motocicleta seguía mis pasos; cuando caí en cuenta de lo que pasaba mire por el rabillo y tal como lo suponía, el papanata ahí estaba mirándome de arriba a abajo:

- Hola muñeca, te vi de lejos y pensé, "pero que hermosa musa presencian mis ojos, debería acercarme y decirle al oído, lo bellas que se verían sus curvas en la lisa tela de mi cama!, ¿vez Aliz, soy un tipazo, guapo, romántico, poeta, que más quieres?.

- Bien veamos, serías un tipazo para otras, quizás, pero para mi eres uno más, un idiota de clase alta que se cree que puede conseguir a cualquier mujer con tan sólo abrir la boca y soltar una serie de tonterías, ammm, sí definitivamente eres un tipazo único-, sonrei ante mi comentario, pues su cara de incredulidad era demasiado chistosa, lastima que esbozara esa sonrisa de altivez, me hizo sentir escalofrios.

- Mira Aliz, hacerte del rogar no te servirá de nada, todas caen y tú no serás la excepción, así que espera lo bueno-, y sin más se apresuró a aparcar la motocicleta y bajarse para abrir la café.

Definitivamente sería un largo día, espero sobrevivir a el.

Aaron:

No se por que se hace del rogar tanto, soy todo lo que cualquier chica podría desear, se me hace absurdo, pero ya caerá de eso estoy seguro, todas caen, y esa presumida arrogante no será la excepción, tendré que utilizar otra táctica, quizás dejar mi pataneria para otra ocasión y ser dulce y caballero con ella, sí, eso haré, y antes de lo que cante el gallo ella caerá en mi cama, y después la desecho como a todas, al fin y al cabo mujeres ahí muchas, y a seguir así hasta mi último día.

Y con una carcajada burlona término por abrir la cafetería con la ayuda de Aliz que lo observaba con el signo de interrogación en el rostro, pero lo que ninguno de los dos sabía es que su orgullo sólo los haría acercarse más y descubrir sus más oscuros secretos.

Todos tenemos un SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora