Recuerdos

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Habían pasado ya dos años desde aquella horrible tragedia, y aun vivía con ella en mis noches, en cada pesadilla, siempre recordaba el mismo suceso, olía el miedo de las personas, mi propio miedo en mi alma, y en cada poro de mi piel, no podía sacar de mi mente aquel día, el peor suceso que me podía haber pasado a mi...

Como todas las noches, vivía aquella pesadilla hecha realidad, no podía olvidarlo, no podía seguir con mi vida mientras ese día siguiera acechando mi memoria, pero ahí estaba yo, tumbada en mi cama, bañada en sudor, gritando en mis adentros, y moviéndome con gran desesperación, estaba sola en ese maldito barco, corriendo pasillo tras pasillo, viendo como la gente desaparecía, y aparecía gritando en mis oídos, -¡Ayuda!, y seguía corriendo, sintiendo como el agua corría bajo mis pies e iba haciéndose mas denso mi paso, mi corazón latía desbocado, como cientos de caballos corriendo, y cuando por fin encontraba una puerta, tiraba de la esfera y mas agua, sentía como el agua me iba atrapando, hasta dejarme sin aire para respirar, y solo flotaba, y cuando estaba a punto de morir, esos ojos negros profundos como el mar, me miraban, y es ahí donde despierto, donde mi dolor se hace más fuerte, ese es mi sueño de todas las noches, siempre ese miedo, y esos ojos que abrazan mis ganas de vivir.

Cuando desperté ya eran las 8:30 AM, o dios se me hacia tarde para ir al trabajo, rayos, y apenas era lunes, que excusa podría utilizar esta vez, me levante de un tirón que provoco un intenso mareo, -wow.- Pensé para mis adentros eso estuvo raro-, proseguí a buscar que ponerme, la lucha de diario, nada me queda bien o todo (según yo) me hacia verme gorda, al final me puse cualquier cosa, total al final que importa, me abrigue, me puse un poco de maquillaje, y salí de casa. Ya eran las 8:55, diablos era tardísimo, y casi podría decir que iba corriendo, de camino recordé la noche tan mala que había tenido, ¡Dios!, -¿cuando dejaría de soñar aquel día cada noche?.-

Para mi sorpresa, ya habían abierto la tienda de aparatos eléctricos, y como mi querida jefa, era una total e inhumana persona, al verme entrar solo dijo:

-Y tú ¿qué haces aquí?, ya no tienes ningún deber en esta tienda en pocas palabras, - y Recalco, créanme cuando les digo que Recalco cada palabra-. E S T A S D E S P E D I D A-.

No inventes pense, y ahora que voy a hacer, lo que si esque no dije ni una sola palabra, solo me di media vuelta no sin antes voltear a verla y decirle calmadamente...

- Querida tania, para empezar, gracias, mil gracias por despedirme, este trabajo no sabe valorar mis cualidades, aparte de que esta mal pagado y te matas horrores, y puntualizo, tu como gefa apestas, gracias por despedirme-, y sin decir mas salí de la tienda.

No manches no puedo creer que yo Aliz haya dicho todas esas palabras, pero fue genial decirle a tania todas sus verdades, lo único malo es que ahora no tengo empleo.

Decidí no preocuparme aún y relajarme en el parque, no sin antes comprar una nieve para la calor y el dolor de cerebro, fui directo a la neveria y elegí mi nieve de sabor gansito, mmmm estaba disfrutando cada vez más mi nieve cuando un idiota en su motocicleta pasa por un charco a una velocidad violentamente rápida, mojandome completamente y tirando mi sabrosa nieve, es cuando recuerdo un video de la internet y siento ganas de gritarle "la madre que te pario", como aquel señor maldiciendo en un partido de fútbol, pero sólo pude gritar:

-¡Maldito invesil!-, lo grite con tanta fuerza que el chavo volteó a verme a través de sus lentes oscuros y esbozo una torcida y picara sonrisa malnacidamente sexi que sí no estuviera enojada ahí papá!, pero el maldito me mojó y no fue bueno para pedir disculpas.

Desempleada, mojada y con un humor de perros camine a casa, cuando el letrero en un café-internet brillo ante mis ojos.

Me paré enfrente de la cafetería y abrí la puerta con ansias, la señora que atendía se veía vuelta loca atendiendo a unas personas que parecían desesperadas, ya que ella era muy lenta, las personas terminaron por irse y ella exausta me miro y dijo:

- ¿En que puedo ayudarte?.-

-mmmm sí, este yo, pues venía por el empleo, creo que puedo ayudarle.

Ella no vacilo y corrió a abrazarme diciéndome: -pequeña acabó de poner el letrero porque la empleada que estaba encargada me largo todo aquí y yo la verdad no puedo sola y menos con los hijos que tengo que serán muy guapos pero son flojos para ayudarme un rato, pero tú me has caído del cielo deja te hago una prueba y vemos que tal te desenvuelves ¿sí pequeña?-.

- Sí claro-, pero la verdad era que me quedé perpleja, no podía creer que tuviera tanta suerte, a pesar del mal rato de hace unas horas, pero como negarme a la oportunidad de seguir comiendo y teniendo techo, sólo trabajado se consiguen, a menos que me saqué la lotería, caso ilógico.

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