Capitulo 2. La suerte no está de mi lado

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Me levanto temprano, yo siempre me levanto temprano, aún no sé por qué, pero incluso en verano lo hago. Me dispongo a hacer que mi mañana sea productiva, por lo que desayuno, revisando mi teléfono móvil, sin dejar de pensar en la situación tan bizarra que viví ayer.

Me pongo mis legan preferidas y una camiseta de tirantes y me dispongo a salir a correr al pequeño parque que hay cerca de donde vivo. Sin embargo a los pocos minutos de empezar a trotar descubro un Gimnasio muy grande, por lo que me pica la curiosidad y entro.

Wow, esto es enorme y súper lujoso.. Me acerco a la recepción y pregunto a la chica acerca de los horarios y esta me responde con una gran sonrisa. Hay un día gratis, como de prueba y decido aprovecharlo. La joven recepcionista me lleva al sitio de las máquinas y me asigna un entrenador para hoy, a lo que mi única reacción es tragar saliva dificultosamente, mientras miro al chico medio embobada. Es imposible que existan esta clase de chicos.

-Buenas, Hugo, aquí te traigo a Nuria, viene a probar el gimnasio, y tu te encargaras de ella . -comenta Elena , la muchacha que estaba en recepción.

-Bien, perfecto, encantado Nuria, vente conmigo que vamos a empezar. -comenta Hugo.

-En tus manos queda, cuídala – habla Elena mientras se gira sobre sus talones.

-Puedes contar con ello. -dice a media sonrisa.

Entre risas y ejercicios nos hemos conocido un poco ambos. El es un chico de 24 años que esta compaginando su trabajo de entrenador personal en este gimnasio, junto con sus estudios de magisterio. Le gusta mucho el deporte de contacto y es más, es quien lo imparte en el gima también, por lo que creo que lo más seguro es que siga viniendo aquí para practicarlo. Físicamente es un chico alto de pelo castaño y los ojos de un verde que hipnotizan, además de ser un tío musculoso, aunque no de esos que están excedidos de ello. Es muy risueño y una persona que me ha inspirado confianza desde el minuto 1, y que ha conocido una parte de mi más cercana, no como cierto chimpancé.

Me dispongo a despedirme de Hugo, con el cual he intercambiado el número de teléfono, ya que quiero seguir yendo allí, ahora que ya me he inscrito. Camino a un paso lento pero firme, ya que estoy entre exhausta y pensativa, por lo que al llegar a casa me doy una ducha bien fría para poder olvidarme de todo.

Casi sin darme cuenta llega la hora de vestirme y marcharme a la Universidad. Por el camino me pongo los audífonos y voy mirando los mensajes recibidos, ya que a lo largo de la mañana no había tenido tiempo de estar muy pendiente.

(67 mensajes de 6 conversaciones ) . Pero solo me fijo en los dos primeros.

Jaime: Estás muy perdida por aquí, y hecho de menos hablar contigo. Deja de dormir marmota.

680 21.. : ¿Estás lista para hoy niña? On fire.

Me quito los audífonos, porque ya estoy dentro del edificio, pero esta vez me dispongo a subir en ascensor, no me quiero topar con nadie al igual que el otro día.

Para mi desgracia, soy súper impuntual, a más no poder y el profesor ya está dentro. Bien Nuria, empiezas muy bien. Llamo y entro tímidamente a lo que el profesor me da paso para continuar, y me sorprende ver que están juntos en grupos de tres. Me dirijo al profesor después de que haya explicado un poco más el proyecto a realizar y le digo que no tengo grupo, que si podría integrarme con mis amigas en el suyo.

- Señorita Milán, Ballestas y Janira, una joven que vendrá en unos días serán parte de su grupo. - dice el profesor dando el tema por zanjado.

Me giro sobre mis talones para buscar al tal Ballestas y mi mirada va directa a Alex, el cual se sienta sentado solo en mitad de la clase. No puede ser él, por favor que no sea él. A lo que inmediatamente mi teléfono vibra y lo miro en busca de alguna escapatoria.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora