Capítulo 3. Esto es una apuesta

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Por suerte las clases acaban antes y se me pasan rápido. Estoy en la avenida de debajo de la facultad esperando a Jaime. Hace mucho que no lo veo y en verdad ahora que estamos bien quiero aprovecharlo lo más que puedo.

Veo aparecer una cabellera negra a lo lejos y lo distingo enseguida ya que su estatura es muy peculiar no es que sea muy alto, obvio más que yo si, pero eso no es difícil tampoco, pero vamos que es de estatura media.

-Hola bombón – digo animadamente mientras le doy un beso tierno en los labios, cosa que el recibe con gusto

-Hola morena ¿Qué tal tu día? - dice mientras caminamos en busca de un sitio para sentarnos y tomar algo.

-Bueno la verdad es que ha pasado bastante rápido y buen podría decir que tranquilo. -le digo sin entrar en detalles ya que no quiero ni acordarme de el chimpancé y de que tenemos que hacer un trabajo juntos.

La noche transcurre tranquila y marcha a la diversión. No queremos cenar en un bar, por lo que vamos a un sitio de comida rápida. Para mi suerte había una cola larga, pero que únicamente estaba formada por chicos que al parecer venían juntos. Me quedo un poco helada cuando reconozco la voz de uno de los chicos que hay delante, y empiezo a incomodarme, por lo que casi le digo a Jaime rogando que nos vayamos del lugar y cenemos en otro lado, pero los chicos han acabado de pedir y todos se apartan para sentarse. Intento disimular, pero Alex es más rápido y me saluda intensamente a lo que Jaime responde con una mirada entre de enfado y un resoplo que parezco que solo yo soy consciente de ello, porque Alex se empeña en dar conversación.

-Hey nena, ¿tanto me echas de menos que no puedes esperar a mañana en tu casa? - dice con aires de prepotencia alternando la mirada entre Jaime y yo. Mi chico se queda sin decir nada mirándolo intensamente y sin soltarme de la mano.

-No seas estúpido, ya te dije que mañana no – dijo tajante -, y por si no te has dado cuenta vengo acompañada de mi novio, no venía buscando a nadie y mucho menos a ti.

-Ya.. bueno.. lo que digas, hasta mañana linda -. dice con una sonrisa triunfante y se marcha con sus colegas.

Mientras pedimos, ambos estamos en silencio. Y esta vez no nos disponemos a sentarnos en las mesas de ahí, sino que lo pedimos para llevar, ya que no nos hace mucha gracia el hecho de tener que soportar a un grupo de niñatos que están haciendo alboroto y mucho menos a Alex mirando continuamente .

Cuando vamos camino a casa, Jaime se para en seco antes de cruzar una esquina.

-¿Me puedes explicar a que a venido eso? ¿de que conoces a ese tipo? Y ¿por qué te habla con tanta confianza y de esa forma? - dice cruzado de brazos. Ya me extrañaba que no dijera nada.

-Es un compañero de clase únicamente, con el que tengo que hacer el trabajo que te he comentado antes. Es así de chulo y engreído con todos, no es por que quiera intentar nada conmigo, además no me cae bien. Simplemente tengo que aguantarlo durante tres semanas que tenemos de plazo para el proyecto – digo entregándole una de mis mas sinceras y tiernas sonrisas, pero no parece agradarle para nada.

-¿Pretendes que te crea? Has quedado con el en tu casa. - dijo frio y directo.

-Tienes que creerme.. él se ha empeñado en que quiere hacer el trabajo mañana, pero ni siquiera sabe donde vivo, no va a poder venir.. solo lo veré en clase ya te lo he dicho y cuando tenga que hacer el trabajo, pero siempre en sitios públicos, tienes que entenderme.. - digo casi suplicando .

-Mira Nuria, no sé, estoy un poco arto de este tipo de situaciones.. mejor nos vemos mañana ¿si? - dice entregándome la bolsa de comida rápida -. Cena en casa e invita a tus amigas, yo me voy, hasta mañana.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora