Necesitaba que Alex parara de pegar al chico. Este ya estaba tumbado en el suelo, y aunque también le ha propiciado varios golpes a Alex, no hay ni punto de comparación. La ira se había apoderado de él y no entendía a razones por más que intentara advertirle y gritarle.
Ya lo tengo. Un beso. Un beso hará que se distraiga y parara de golpearlo. Si no lo hacía se iba a meter en problemas, y aunque Alex no fuera de mi agrado, tampoco le deseaba algo así.
Agarro su brazo con fuerza para que volteara a verme. Sus ojos llenos de furia me impactaron y los míos empezaron a aguarse. Me arme de valor y fije mis labios en los suyos. Me miraba con sorpresa sin entender nada, pero rápidamente cuando empecé a mover mis labios sobre los suyos, su expresión se relajo y me siguió el beso. En cuestión de segundos ya se estaban llevando al chico que estaba tirado en el suelo y me quede mirando, separándome a la vez de Alex, el cual seguía buscando mis labios, cosa que dejo de hacer cuando se dio cuenta de por qué lo hice.
Veo como sus ojos se tornan en un azul más oscuro de lo habitual. Se gira sobre sus talones y a grandes zancadas se hace paso entre la multitud dirigiéndose a la calle. Corro detrás de él para que no se escape, ya que considero que debemos hablar.
Me lo encuentro sentado en el bordillo de la calle de enfrente de la casa. Él tenía los codos recargados en sus rodillas y con sus manos se tocaba el pelo desesperadamente. Me acerco hacia donde se encontraba y decido sentarme junto a él.
Cuando me siento su mirada hace contacto con la mía, pero rápidamente la aparta y la posa frente a él. Le daré su tiempo, no quiero agobiarlo después de todo lo que acababa de pasar.
-¿Por qué me besaste? - pregunta de repente.
-Tu sabes por que lo hice.
-Quiero oírlo de ti misma. - dice girándose hacia mi.
-Tenia que hacer que pararas antes de que te metieras en líos o simplemente lo mataras – digo – te grite, te suplique y no paraste – él abre sus ojos mas de lo normal.- y cuando te cogí del brazo para que pararas me miraste con tanto odio que no sabía que hacer. Pensé que sería lo mejor.
-¿Y si te hubiera rechazado o tratado de malas maneras? - dice esta vez con tono mas divertido.
-Era un riesgo que tenia que correr. - digo subiendo mis hombros
-¿Piensas que te hubiera rechazado?
-No lo hiciste- digo alzando la ceja.
-Lo sé, mi parte de apuesta va viento en popa, te llevo ventaja – dice riendo. - al final quien tócala mercancía, se la queda.
-Ay pero por favor Alex, ni en momentos así, puedes dejar tu egocentrismo a un lado .- digo divertida.
-Me has hecho que me olvide de todo eso. - dice. Quiero responder a su comentario pero realmente no se como tomármelo, ya que me pilla un poco por sorpresa.
-Ven te llevare a casa y te curare las heridas que tienes. - digo señalando su cara y manos.
-Puedo conducir, niñita – dice buscando sus llaves- además has bebid... - para en seco cuando ve que le enseño las llaves de su coche divertidamente. - ¿Cómo diablos tienes tu las llaves de mi coche? - rio ante su comentario y me levanto del bordillo.
-Si te llevaban preso, de alguna manera tendría que volver yo a casa ¿no? - digo y le tiendo mi mano para que se levante.
-Me dejarías solo e indefenso bajo la atenta mirada de presidiarios que seguramente me quieran hacer suyo.. eres mala Milán. - dice levantándose apoyado en mi mano. Ese contacto hace mella en mi y un escalofrío me recorre el cuerpo de arriba a abajo.
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¿Por qué tú?
Roman pour AdolescentsNuria es una chica de 18 años que recién entra en la Universidad, tiene pareja desde hace cuatro años pero se siente un poco abatida en ella, ella no es la que era, él no es el que era, todo ha dejado de ser lo que era, y lo peor es que lo sabe aunq...