Capítulo 18. Pelea.

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Realmente sabía que no iba a desistir a lo de esta noche. Si no quedaba con el, vendría a casa, y realmente no estoy dispuesta a que se repitan otras situaciones parecidas a la anterior. Por lo que accedo a ello. ¿Qué podría pasar? Iba a cuidar únicamente de su hermanita, con ignorarlo sería suficiente.

Son las nueve de la noche. La quedada sería a las diez y media, por lo que aún me quedaba tiempo para cenar y prepararme.

El sonido del timbre de casa me sobresalta, y me hace sacar mi cabeza del libro que estaba leyendo. ¿Quién será? No espero a nadie. Abro la puerta con cierta intranquilidad y me encuentro con un Alex demasiado.. ¿Sexy? Osea, no es que venga súper arreglado, ni elegante, lleva puesto un vaquero que se ajustaba perfectamente a sus trabajadas piernas y trasero y una camisa blanca perfectamente puesta en su buen trabajado torso y brazos, añadiéndole un toque de su pelo medio alborotado que haría que todas las chicas quisieran estar con él. Rectifico. Todas menos yo. Me quedo sorprendida ante lo que veo y lo miro de arriba a abajo, sin darme cuenta de que él se estaba percatando de que a mis ojos le agradaban lo que veía.

-¿Te gusta lo que ves? - dice con media sonrisa en su rostro.

-¿Qué? - digo saliendo de mi trance – No, simplemente no te he visto nunca así y no creo que sea el atuendo indicado para la bolera.. - hago una pausa mientras veo que Alex atraviesa la puerta introduciéndose en mi casa. - No te deje pasar.

-Prefiero hablar dentro, no es de buen gusto molestar a los vecino – dice yendo hacia el salón. ¿Sabía donde estaba? Obvio que sí, ya ha estado aquí otras veces.

-¿Y bien?

-Y bien ¿qué? - dice tomando asiento como si estuviera en su casa.

-¿Que qué haces aquí? Íbamos a la bolera ¿no? - digo y el asiente – Y habíamos quedado más tarde ¿no? - vuelve a asentir- Ay ya deja de asentir y dime, entonces ¿Qué haces aquí?

-Te llevare a cenar primero – dice levantándose – soy un caballero y además te quiero un rato para mi solo. - habla con media sonrisa.

-No voy a ir a cenar contigo – digo riendo

-Hombre.. si quieres .. nos podemos quedar aquí y hacer otras cosas mas entretenidas – dice acercándose a mi mordiéndose el labio inferior.

-Já, ni lo sueñes – digo acercándome a él desafiante y el sonríe con su gran caja de dientes perfectamente alineados y blancos- Contigo no haría ni ritmo. - él se ríe y se separa.

-Bien, pues ve a cambiarte, aquí te espero – habla acomodándose en el sofá de nuevo.

-Orgg, eres insufrible. - digo alzando mis manos.

Me ducho en tiempo record, para no dejar que Alex este a sus anchas por mi casa como si nada.

-Listo – dije terminando de arreglar mi pelo.

Sonreí realmente satisfecha al ver mi reflejo en el espejo, me había quedado muy bien. Llevaba un vestido a dos colores, la parte del busto era celeste, mientras que de la cintura para abajo era de color negro, finalizando con mi pelo suelto pero con unas ondas en las puntas de este haciendo el acabado mucho más perfecto.

Me coloque la pulsera que me había regalado mi padre hace tiempo y tomé mi cartera color celeste en donde guarde mi móvil y otras cosas. Llevaba unas cuñas, no muy altas, ya que tampoco no quería parecer demasiado arreglada y me perfumé.

Maldije el hecho de sentirme nerviosa, ¿acaso era normal? Él ni si quiera me importaba.

Por segunda vez volví a respirar profundo y avance hacia el salón y abrí lentamente la puerta. Desde el umbral podía ver a Alex de espaldas a mi mirando por el balcón. Camine unos pasos más para quedar más cerca de donde estaba, pero viendo que uno no se percataba de mi presencia, me vi obligada a captar su atención.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora