-No sé si te has dado cuenta todavía, pero más de la mitad de mi ropa está en tu armario.
-Y aun así, siempre te pones mis camisas para desayunar. Y para dormir.
-Es que me encantan, huelen a ti. Además, si se manchan, las lavas tú.
-¿Qué voy a hacer contigo?
-Quererme tal y como soy. O aceptar mis propuestas de un suicidio doble.
-Calla y come, que a este paso vamos a llegar tarde.
Dazai se permitió una sonrisilla traviesa antes de sentarse en la cocina y tomar el café y la tostada junto a él. Después de meses haciéndole el desayuno, Kunikida había aprendido que estaba tan delgado porque comía más bien poco, que el café lo prefería solo y que las tostadas tenían que estar muy hechas y llevar aceite de oliva virgen y tomate. Tenía un novio muy exigente en esos aspectos, pero verlo sonreír y disfrutar de la comida hacía que valiese la pena patearse el supermercado en busca del bendito aceite, de los mejores tomates frescos y de la marca de café exacta. Y si además a esa sonrisilla le añadía el plus de verlo con su ropa puesta... por esa escena se iría hasta Sudamérica a nado para recoger los granos de café él mismo. O a dónde hiciese falta, todo fuese por su suicida favorito. Por las mañanas al menos llegaba a pensar que no existía nada más adorable que el ex mafioso llevando sus camisas, admirando cómo le quedaban largas las mangas pero cómo dejaban sus espectaculares piernas al descubierto.
-Pero en serio -comentó el moreno, bebiendo un trago de café mientras el otro lavaba los platos-, deberíamos hacer algo con lo del armario.
-¿Qué sugieres?
-¿Qué tal si empezamos a vivir juntos? -Vale, eso no se lo esperaba. Doppo se quedó paralizado por un momento, con las manos llenas de espuma de fregar. No dejó caer el plato por los pelos-. Ya duermo aquí la inmensa mayoría de las noches. Tanta diferencia no puede haber.
-Osamu, ¿sabes lo que supone la convivencia?
-¿Turnarnos para fregar los platos? Estoy dispuesto a ayudar con ese tipo de tareas.
-Más allá de eso. Convivir implica estar bajo el mismo techo.
-Técnicamente, ya lo estamos. No creo que el techo sea distinto en tu lado de la cama. Vamos a seguir teniendo encima a Kyoka-chan y Atsushi-kun hagamos lo que hagamos. O a Kyoka-chan, porque creo que Atsushi-kun pasa más tiempo en casa de Akutagawa-kun que en la suya.
-No me refiero a eso. ¿Has convivido con alguien antes?
-Con Mori-san de crío.
-Dejando a un lado el miedo que me da oír eso, no cuenta.
-¿Por qué no? -Se quejó Osamu-. Ya he vivido en pareja antes. Con Odasaku. Y funcionó bastante bien hasta que, ya sabes, se murió. Pero eso no fue por la convivencia, espero.
-Ya veo. -Kunikida se volvió un momento. Antes, cuando hablaba de su antiguo amor, el rostro del suicida se contraía en una mueca melancólica. Sin embargo, esa vez se mostraba sorprendentemente calmado. Quizá lo iba superando poco a poco a su lado, pues a veces hasta se atrevía a bromear con el tema. Cuando sus ojos se cruzaron, le dirigió una sonrisa. Parecía querer decirle que todo estaba bien-. ¿Estás seguro de esto? Por mí no hay mucho problema siempre y cuando nos organicemos de forma adecuada. Tengo en mi ideal la manera perfecta para establecer un equilibrio igualitario entre las tareas domésticas y...
-Hagamos un trato. -De repente, Dazai se había puesto serio-. Ni ideales obsesivos por tu parte ni intentos de suicidio por la mía.
En ocasiones, Doppo odiaba a su novio por esa clase de ofertas imposibles de rechazar.
-Hecho.
-Pues yo también lo veo bien. ¿Cuándo me mudo? -Exclamó con una sonrisa.
-¿De verdad quieres hacerlo?
-¿Por qué tantas dudas, Doppo?
-Porque no quiero forzarte a algo ni acelerar nada. Cuando empezamos a salir hicimos el trato de ir a tu ritmo, todo lo lento que necesitases. Te recuerdo que todavía no he terminado ni de quitarte las vendas.
Y era verdad. La misma noche en la que pasaron de "compañeros con derecho a roce" a amantes se comprometieron a no invadirse ni saturarse. Por eso, cada noche que pasaban juntos Kunikida tenía permiso para quitarle sólo uno de sus vendajes, descubrir una herida y escuchar la historia de esta. Así hasta que no quedase ni una. Y, por desgracia, todavía quedaba inmóvil la venda de su cuello, la última de estas.
-Hace ocho meses de eso. Está bien. Confío completamente en ti.
-Pues... bienvenido, Osamu.
***
-Presidente -el dúo de detectives entró al despacho tras llamar educadamente a la puerta. Yosano estaba allí, presentándole a Fukuzawa unos informes de su último caso-, Dazai y yo tenemos una petición. Más o menos.
-¿Os vais a casar? -La médico pareció emocionarse-. ¡Es maravilloso! Naomi y yo nos apuntamos como damas de honor.
-No nos vamos a casar, Yosano-sensei...
-Pero casi. Una pena que el matrimonio igualitario todavía no esté permitido en Japón.
-Es cosa de Asia en general. -Yukichi suspiró, negando para sí mismo con la cabeza-. ¿Qué queréis exactamente? Si buscáis mi bendición, no es necesario ni pedirla.
-Por tener, tenéis el visto bueno de toda la Agencia.
-Gracias, presidente, Yosano-sensei, pero no es eso. Queremos irnos a vivir juntos.
-O, más concretamente, quiero mudarme a su casa.
La doctora enarcó una ceja, mirándolos de hito en hito. Se esperaba algo similar, pero seguía siendo un paso muy importante.
-¿Vais a estar bien los dos en un apartamento? Son algo pequeños.
-No te creas, jefe, en el mío entramos tres perfectamente.
-¿Tres?
-Naomi, su hermano y yo. Buscarle novio es más difícil de lo que creíamos, es muy exigente.
-Todo lo que tenga que ver con esos hermanos es perturbador...
-Para nosotros el tamaño no es un problema, ya prácticamente vivimos en mi casa. En realidad, veníamos a pedir un par de días libres para poder mudarnos con tranquilidad.
Fukuzawa asintió, pensando en la petición y mirando su vaso de té verde. Decidir no le llevó demasiado tiempo.
-La ciudad está tranquila, así que no hay problema. Tomaos el tiempo que necesitéis y enhorabuena.
-Gracias, presidente.
-Yo sólo tengo una recomendación. -Habló Akiko-. No os muráis en el intento. Va por ti, Dazai.
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Cómo convivir con un suicida [Kunikidazai] [BSD fanfic yaoi]
Fanfiction[Segunda parte de: Cómo conquistar a un suicida] Una vez conquistado tu suicida particular, creías que todo el trabajo estaba hecho, ¿eh? Iluso. ¿Y qué pasa cuando te propone que os vayáis a vivir juntos? ¿Lo tienes todo preparado? Ya sabía yo que n...