Capitulo 2

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Tal vez este sería su destino, para este momento es que había nacido.

El hoy y el mañana no existirían si no existe un ayer, y el ser que es ahora se debía a cada uno de los momentos vividos en su pasado, un pasado que él no eligió, pero si podría determinar cómo sería su futuro desde este mismo instante.

Estos pensamientos solo fueron momentáneos, este sentimiento que reinaba sobre su corazón y que había empezado a hacer mella en él desde aquel día en que todo sucedió, tras mucho tiempo, hoy llegaría a un feliz término.

***

Las personas se arremolinan alrededor suyo, como buitres urgidos por saber lo que sucede allí dentro. El lugar donde el auto había sido impactado se encontraba con una gran magulladura, el hombre dentro se encontraba recostado con la frente pegada al volante, por simple inercia su cuerpo había sido llevado hacia el lado del copiloto pero gracias al cinturón de seguridad que llevaba puesto en ese momento, el cuerpo había regresado a su puesto original. Aunque esto era un poco extraño para las personas que se encontraban allí.

-Debes levantarte, y acabar con ese tipo que acaba de hacerte este daño- escuchó en medio de su ensoñación, con su rostro bañado en sangre y una gran herida sobre su ceja y una más en el extremo de su boca, logró levantarse un poco y con gran esfuerzo quitó el extremo del cinturón que lo mantenía allí cautivo.

Con ayuda de algunas personas logró abrir la puerta del auto, le dirigió una mirada asesina al conductor que con mirada atónita observaba la escena. Vio cómo se acercaba lentamente y con paso vacilante hasta él.

Nadie noto que en la mano llevaba una gran llave que deslizo hasta uno de los extremos, y con una mirada sádica y sus ojos inyectados de sangre, levantó su mano con fuerza con la intención de acabar con la vida de su oponente.

Un sonido ensordecedor rasgo el imponente silencio que se cernía sobre la escena y como si este fuera alguna clase de advertencia, las personas allí reunidas salieron en distintas direcciones con rostros despavoridos, y sin mirar atrás en un par de segundos estuvo la escena completamente vacía a excepción de los dos conductores que por alguna razón se mantenían aun de pie uno frente al otro.

***

Las manos le sudaban de una manera muy poco común en él, fue hasta el lavado y bajo el agua refrescante de la llave expulsó el sudor de sus extremidades, aprovechó y se juagó su rostro al mismo tiempo.

Cruzó la mirada con la persona que se encontraba al otro lado del espejo, su mirada fue de real desconcierto y no pudo reconocer a ese chico de mirada asesina que lo observaba desde el otro extremo.

-Este eres tú, no puedes negar tu naturaleza. Esto es lo que naciste y tendrás que vivir con esto- Una sonrisa pícara se formó en su... ¿Qué era aquello? ¿Acaso era su reflejo?

Un sentimiento de ira inexplicable se formó desde lo más profundo de su ser, ascendiendo rápidamente hasta su rostro el cual se tornó de un fuerte rojo carmesí. Cerró con fuerza sus puños y sin dudarlo levanto su brazo llevando su codo hacia atrás y con un fuerte golpe impacto en el centro del espejo, creando una gran grieta, cuarteando la sonrisa aun permanente en aquel reflejo.

-No puedes ocultar lo que eres- dicho esto una risa enfermiza aumentaba de decibeles dentro de su cabeza, que creyó que esta simplemente explotaría.

Se llevó las manos con fuerza a los lados de su cabeza, como si con este simple acto pudiese acallar la voz enfermiza que hablaba en su cabeza. Su cuerpo se contrajo hacia adelante por el dolor provocado por aquella voz, cayendo de rodillas en el claro azulejo que cubría el piso del baño. Las extrañas figuras que eran formadas por los azulejos comenzaron a degradarse formando en su lugar ¿Símbolos? ¿Letras? Cerró sus ojos con fuerza pero aun haciendo esto pudo notar como aquellas extrañas figuras de oscuros contornos seguían formándose a través de sus parpados. Pasado un minuto, tal vez más, no podría determinar en realidad el tiempo que paso con sus ojos cerrados, decidió abrirlos, y logro distinguir lo que aquellas figuras formaban... solo era una palabra, escrita con grandes letras negras sobre fondo blanco:

MORTE

***

Una figura un poco más alta que los otros dos, se acercó lentamente a ellos, analizando cada aspecto y movimiento de estos.

-¿Sabes lo difícil que es encontrar a uno de estos en esta maldita ciudad?- Escupió las palabras con una fuerte voz grave, como de mando; aunque esta era fuerte, lo hacía de una manera pausada dando con claridad su punto -Y ahora ustedes dos me han ahorrado muchas horas de extenuante trabajo, creo que debería agradecerles- su voz cargada de sarcasmo.

El tipo que sostenía la llave sobre su cabeza, empezó a temblar de manera significativa haciendo que esta cayera estruendosamente sobre el caliente pavimento. Sin hacer ningún movimiento brusco, dio media vuelta quedando frente a su interlocutor, el cual pudo notar lleva una gran capa de color negro que llegaba hasta arriba de sus tobillos. En un lado de su rostro tenia una larga cicatriz que iba desde arriba de su ceja, atravesando esta, bajando por uno de los lados de su ojo y terminando cerca de su oído. Sobre su vestimenta oscura se podía notar la gran masa muscular con la que este contaba.

-Vienen por ti, no podemos dejar que nos atrapen, no ahora- dijo una voz preocupada dentro de su cabeza, así que con movimientos agiles tomo la llave que había caído hace un momento y con todas sus fuerzas la lanzó contra aquel extraño personaje, sin esperar a que esta impactara contra él, dio media vuelta y casi chocando con el otro salió despavorido del lugar.

La carrera no duró mucho, tras recorrer algunos metros, un gran estruendo resonó y un silbido atravesó el aire, y el cuerpo impactado cayó de bruces contra el pavimento y antes de que lograra hacer otro movimiento un fuerte impacto en la nuca lo dejo allí tendido, sin posibilidad de levantarse nunca más.

-No debes ser tan idiota como ese, haz como si acá no pasara nada, no podemos arriesgarnos a que nos pase igual... cuentan con nosotros- solo escucha como aquella voz que lo ha acompañado toda su vida, comienza a procesar todo lo que ha sucedido.

Pero... ¿Quién es él?¿Qué es lo que quiere?

Al borde...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora