Capitulo 1

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La luz se refleja sobre sus ojos negros, ahora rojos por el continuo llanto que lo embarga. Su vida es una continua monotonía desde hace algunos años, nada a cambiado, tan solo sus cambios físicos los cuales son notorios a simple vista.

El día de hoy no será uno más, hoy, será distinto a todo lo que ha sucedido últimamente y eso él lo sabe...

***

El tranquilo chico de rizados cabellos se encuentra fuera de la que será su nueva escuela por los próximos tres años de preparatoria.

Su padre había decidido llevarlo personalmente hasta la entrada del edificio, por los próximos meses no lo vería de nuevo, ya que estaría interno estudiando.

Su padre se despide de el con un abrazo muy afectuoso.

-Te veré dentro de algunos meses, si necesitas algo, llama- le dice su padre.

-Lo se padre, no hay necesidad de tantas prevenciones, tan solo será una año más de estudio, no sucederá mayor cosa- diciendo esto se despidió de su padre nuevamente y se bajó del auto.

Allí quedo de pie en la acera observando como el auto de su padre se alejaba por la poca concurrida calle, rumbo a su trabajo en el otro extremo de la ciudad. Así se giró hacia el gran edificio de cuatro plantas que se alzaba frente a él, era de un color anaranjado, con pocas muestras de haber sido pintado en algún momento. A la entrada había un gran portón metálico con el logo de la escuela grabados en cada una de las rejas, y el nombre en letras mayúsculas por encima de este formando un gran arco de innombrable altura. A la entrada tras presentar su carnet correspondiente a nuevo alumno interno, pudo notar que alrededor del edificio se encontraba un gran prado de pasto corto en el que se podían ver ya algunos chicos sentados sobre este; a lo lejos en cada extremo se podían ver dos árboles de frondoso follaje, y una pareja debajo de uno de estos besándose apasionadamente.

"Seguro no les importa las reglas del Instituto"- Pensó.

El conocía a la perfección la mayoría de las reglas de este lugar, en el momento de ser admitido, se le fue entregado un pequeño librillo donde estaba constituida todas y cada una de las reglas, deberes y derechos de cada estudiante perteneciente a este, y el estaba muy seguro que una de ellas citaba ir en contra de cualquier muestra afectuosa de mayor nivel, dentro de las instalaciones.

Aunque esto no le incumbía, así que prosiguió su camino por el gran camino empedrado que llevaba a la puerta principal, con su maleta en mano, y la correa de su bolso sobre su hombro.

***

Tras despedirse, había puesto marcha a su auto dirigiéndose hacia el que sería un día más de trabajo. En la radio había sintonizado una de sus emisoras favoritas, e iba marcando el ritmo de la música con sus dedos sobre el volante.

El día fuera era uno más de los excelentes días que se presentaban en esta estación del año. En el cielo no había ningún atisbo de nubes, todo se encontraba despejado, y así fueron pasando una a una las canciones hasta que llego a una, la cual era su favorita, así que aprovechando el semáforo en rojo, le subió el nivel a su radio.

Esta canción le hacía recordar a su hijo, la letra significativa marcaba una a una las características de él, y así tarareando la letra, puso la marcha a su auto, le dio gas y en el momento de llegar al cruce freno en seco por causa de un auto que se detuvo frente a él y por el alto volumen de la música no pudo notar como aquel camión se saltaba el semáforo y lo impactaba...

***

El aire fresco dentro del edificio, era una completa contraposición al intenso calor que se presentaba afuera, de nuevo pensó en aquella pareja que seguramente estarían tan sumergidos en lo suyo que ni sentirían el intenso golpe de la naturaleza sobre sus cuerpos.

Me acerco a una persona que seguramente sería un estudiante más, o al menos eso demostraba. Era un chico bajo de cabello negro a la altura de los hombros.

-Disculpa, ¿sabes dónde debo presentarme para que me asignen un cuarto?- pregunta mientras descarga su maleta sobre un banco cerca de donde se encontraba el chico.

-Hermano, estas en el lugar equivocado, las asignaciones las hacen al lado de atrás- dice señalando con su dedo una puerta la cual seguramente llevaba a la parte de atrás - Allá está la secretaria que asigna los distintos dormitorios-

Y así sin decir nada más se levanta dirigiéndose hacia las escaleras que se encontraban al fondo, con un paso vacilante y tambaleándose hacia los lados logro poner su primer pie sobre el escalón y apoyándose en el reposabrazos continuo subiendo, ante la vista atónita de su interlocutor, que no entendía del todo el comportamiento de tan extraño chico, el cual no le dirigió ni un instante la mirada.

Recogiendo sus maletas de nuevo, se encaminó hacia aquella puerta que lo transportaría hacia una nueva etapa de su vida, una que ni él habría planeado.

Al borde...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora