Capitulo 5

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En mis lágrimas tormento incesante que consume mi alma, vuelo desesperado sin confines, buscando el tiempo en el último grito de libertad...

-Me haces creer que el amor vendrá, pero tú nunca me diste una oportunidad, pero tú nunca me has dicho que soy el único, si pudiera hacer que te enamores desearía que te enamoraras de mí, si eres una verdadera creyente, el amor vendrá hacia nosotros- escribe con el filo del cuchillo plástico que han traído hoy junto a su comida, escribe con su sangre como tinta, sus muñecas como tintero y la pared como su lienzo.

Tal vez ella lo vea, tal vez...

***

Korina se hace a un lado, tras los fallidos intentos de detener al tipo que se acerca con bate en mano a golpearme.

-Esto no es necesario- trato de convencerlo, estiro mi mano hacia adelante con la palma apuntando hacia él, mientras con mi mano libre tomo del brazo a Korina llevándola hacia atrás –Sera mejor que retrocedas- ella toma mi palabra y se recuesta en el tronco del árbol con sus manos en su rostro, esperando lo peor.

El tipo, del cual aún no conocía su nombre dio un siguiente paso pisando fuerte frente a mí, levantó el bate en mi dirección y lo abalanzó con bastante fuerza directo a mi cabeza apenas dándome tiempo a agacharme y esquivar este golpe,

aprovechando la fuerza que este llevaba para acercarme a él e impactar su estómago con mi puño, el golpe lo recibió en uno de los costados de este ya que al girar para enviar un segundo golpe con su arma, dejo desprotegido su flanco izquierdo, allí seria donde impactaría mi siguiente golpe, pero en ese pequeño segundo en que me distraje con el punto donde lo impactaría, el con su codo impacta justo por encima de mi ceja, enviándome hacia el otro lado aunque no con mucha fuerza, pero sí logró llevarme hacia el pasto. Se alcanzó a escuchar un grito ahogado de Korina, sin perder tiempo y con la adrenalina sofocando mis arterias me levante de un solo salto; no deseaba llegar a este punto, debía contenerme o este calor incesante que nacía en medio de mi estómago subiendo con rapidez a través de mi sistema, terminaría todo en una gran tragedia.

***

Korina veía toda la escena desde el árbol al que se encontraba recostada. Ella sabía que podría detener a los tipos que querían hacerle daño al chico nuevo, pero con una sonrisa pícara formándose en su rostro se recostó al grueso tronco y tan solo se dedicaría a observar hasta qué punto sería capaz de llegar la situación.

No se sorprendió al ver al chico esquivando cada embestida que llegaba desde distintos puntos atacándolo. En realidad no tenía planeado algo por estilo, pero no perdería la oportunidad de ver que capacidades tenía realmente él.

Levantó un momento la mirada y pudo notar como el chico de cabello rojizo la observaba intensamente, no pudo determinar cuál era su intención, pero había en él un brillo especial, como el cazador que está a punto de darle fin a su presa.

-Acaba con él de una buena vez- lo escuchó decir, sin necesidad de levantar la voz su orden fue escuchada y acatada al instante.

Lo único que se pudo ver a continuación fue un bate cayendo con fuerza sobre un pálido chico que no entendía lo que sucedería después, pero como seguido por un instinto que surgía más de lo que podía entender, levantó la palma de las manos hacia el grueso pedazo de madera que se acercaba a gran velocidad y con un fuerte estruendo todo quedó sumido en la oscuridad.

-Brad, ¿Qué es lo que sucede?- se escuchó una voz alarmada a través de la oscuridad –Brad.... Respondem....- no se escuchó nada más tras esto.

Sin atreverse a moverse del lugar en el que se encontraba, cerró con fuerza sus ojos, aunque no estaba acostumbrada a lo que podía hacer, se aferró a las escasas energías que sentía fluían por su cuerpo, y se concentró en estas deseando que el lugar se iluminara de nuevo.

-vamos, ilumínate- susurró contra sus manos que mantenía apoyadas alrededor de su boca.

Lentamente abrió sus ojos y pudo ver que su ruego había tenido un buen resultado, aunque no aclaró del todo, si lo pudo hacer de tal manera que podía observar la escena completa.

Ahogó un grito que surcaba desesperado su garganta en busca de una salida pronta; no podía creer lo que sus ojos veían, al frente de ella yacían dos cuerpos inertes boca abajo sobre dos grandes charcos de sangre que salían de sus gargantas desgarradas, las cuales se encontraban a simple vista, y más alejados de ellos, estaba el chico que aun sostenía un destruido bate de madera en su mano. Aunque su extremidad se hallaba desprendida de su cuerpo, y en medio de su pecho se lograba ver un destello de sangre borbotando de este, por entre una gran herida que surcaba desde el inicio del hombro del cual fue arrancada su extremidad correspondiente, hasta arriba del borde oscuro de su sudadera característica de su equipo de beisbol.

Se llevó ambas manos hasta su rostro, cerrando sus ojos, como si este gesto lograse alejarla de la oscura realidad que ahora se cernía sobre ella. ¿Cómo era posible aquello? ¿Quién era capaz de hacer algo tan horrendo?

Sin pensarlo ni un segundo más salió disparada hacia adentro, dirigiéndose hacia la entrada del Instituto. Era tal el miedo que la rondaba que olvido por completo, que se encontraba con alguien, ese alguien que no se dedicó siquiera a ver si era uno de los muertos, pero ya era demasiado tarde para ella, ya nada podía hacer, quería borrar con todas sus fuerzas aquellas horrendas imágenes que observo. Ahora de su mente intentaría borrar todo lo relacionado con ello. Y no importaba si eso significaba anular todo recuerdo que pudiese tener de aquel chico que había conocido aquel mismo día, aquel que la había atraído con tan solo una mirada dedicada entre ambos.

Corriendo a toda velocidad atravesó los pasillos, entrando apurada a su habitación, sin siquiera notar si su compañera de cuarto se hallaba allí o no, entro a la ducha, cayendo sentada contra la pared de esta, cerrando los ojos, concentrando sus energías para eliminar aquellos recuerdos. Este era uno de los pocos beneficios que tenía tener estos "dones".

Pero, nadie escapa jamás de su destino.

***

Todo acabaría pronto, aquellos que lo despreciaron y lo maltrataron, todos verían su verdadera forma, y uno a uno caería.

No importan las consecuencias cuando de vengarse se trata.


Al borde...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora