Capítulo 1: Empacando

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La rapidez con la que este día había llegado me abrumaba. Por fin cumplía 18 años.

No me había levantado por completo cuando mis padres invadieron mi habitación sosteniendo un ponquecito con una vela rosa en el medio y entonando el himno del cumpleaños.

-¡Feliz Cumpleaños bebe!- exclamó mi madre abrazándome

-Ya no es una bebe, Callie.- repuso suavemente mi padre.- Allison ya tiene 18.

Ahora era su turno de abrazarme y entregarme el pequeño presente.

Pase por alto la simplicidad del muffin, estaba consciente de que mis padres habían mandado a hacer un inmenso pastel relleno de chocolate y de cubierta rosada para la gran fiesta de esta noche.

Mi madre, Callie Mead, era una reconocida escritora, así que era de esperarse que el cumpleaños 18 de su única hija fuera un evento bastante publicitado. Toda la elite de nuestra ciudad había sido invitada.

En medio de la organización, logre que mi madre invitara a algunos de mis amigos luego del mega escándalo que protagonice cuando descubrí que ella sólo pretendía invitar viejos empresarios y dueños de importantes revistas y editoriales.

***

El reloj en la mesita marcaba las 8 de la noche.

Me acerqué al espejo para darme los toques finales antes de bajar. Llevaba un vestido de coctel rosado que mi madre mandó a hacer con un famoso diseñador cuyo nombre nunca pude recordar. Era irrelevante, porque  honestamente me parecía muy ridículo usar un vestido rosado para mi cumpleaños número 18, pero fui incapaz de refutar.

Mi cabello dorado estaba recogido al nivel de la coronilla y caía en hondas.

Si, no había duda de que lucía como la típica niña de mamá y papá. Pero eso estaba por cambiar.

-Señorita Allison, los invitados la están esperando.- comentó la mucama asomándose tímidamente a través de la puerta.

-Ya voy a bajar.- respondí con una sonrisa.

Me volví para darme una última mirada en el espejo para así llenarme de valor: ¡Sólo una noche! ¡Sólo una noche más! me repetía.

Únicamente tenía que bajar a la fiesta e interpretar mi papel de niña buena a la perfección y entonces podría cumplir mi plan.

Todos me observaban mientras bajaba lentamente por las escaleras de la elegante mansión en donde vivía.

Los invitados alzaron sus copas a mi salud y tan pronto como puse un pie en el ultimo escalón, mi madre me tomó por el brazo y me condujo entre la multitud que intentaba acercarse para saludarme.

-Señor Collins permítame presentarle a mi pequeña Ali, su próxima gran escritora.- expresó mi madre con sumo orgullo.- Ali el señor Collins es el dueño del editorial Sunshine.

Ahora entendía porque tanta amabilidad, aquel hombre era el responsable de que el libro más exitoso de mi madre  llegara a los anaqueles de las librerías más importantes a nivel mundial.

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