Capítulo 16

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Dulce María

Dulce sentía la mirada intensa de Christopher, que por un lado era terrorífica pero por el otro lado era realmente atractiva.

-¡Deja de mirarme así! -dijo Dulce

-Quiero... pero no puedo... Dulce, estas...

Dulce relleno el vaso de agua y se lo lanzó a la cara

-¿Mejor? -preguntó Dulce

-¡Ay! No seas tan agresiva -dijo Christopher secándose con una toalla

-Lo siento, tenía que hacerlo... ¿Por que estás despierto a esta hora?

-Pues... No sé porque no podía dormir... y bueno este sillón no es muy cómodo -dijo Christopher

Dulce se acordó de cuando lo vio recostado hace unos momentos y no pudo contener sus impulsos de acariciarlo.

"¿Todo el tiempo estuvo despierto?" -pensó Dulce entrándole el pánico

-Oh, ya veo... -dijo Dulce y se sentó a su lado. De verdad que el sillón estaba muy duro para dormirse aquí.

-¿Y tú porque te despertaste? -preguntó Christopher

-Tenía mucha sed... pero de haber sabido que estabas despierto, me las aguantaba -bromeó Dulce

-Ay si ajaaa, para mi que querías que yo te viera así -bromeó devuelta Christopher

-¡Ey! -dijo Dulce pegándole con una almohada

-Aaaah, ¿Con que quieres guerra? -dijo Christopher y se subió sobre ella para hacerle cosquillas. Dulce se retorcía, no podía parar de reír.

Roberta Reverte

Unos ruidos lejanos provenientes de la sala la despertaron. Eran risas. Roberta miró a su lado y se percató de que Dulce no estaba. Era su oportunidad.

Salió del cuarto en puntitas y se asomó sigilosamente y notó a Christopher y a Dulce jugando, y al ver esto, Roberta sonrió. Después, se dirigió al pequeño cuarto donde se encontraba Diego, él estaba más que dormido que un oso.

Roberta se acostó a un lado de él y lo abrazó.

-¿Mmmm? -murmuró Diego con los ojos entre abiertos

-Hazme cancha, que te extraño -susurró Roberta

Diego se movió de tal modo que cupieran los dos y la abrazo de vuelta con los ojos cerrados dándole un beso en la frente, y así ambos, se quedaron profundamente dormidos.

Christopher Uckermann

-¡Ya! ¡Basta! -dijo Dulce entre risas

-Está bien, solo pararé porque si me cansé -dijo Christopher sonriendo

-Oye... de verdad está sala está muy incómoda para dormir... ¿seguro que te quieres quedar?

-No tengo muchas opciones, si te soy sincero

-Pues, podemos despertar a Diego y ni modo, que se turnen o se duérmanse juntos

-¿El y yo? Jajajaj, buen chiste, con trabajos y cabe una persona ahí, y además... somos hombres

-Ay, ¿Eso que tiene de malo? Pero bueno, entonces hay que despertarlo para que se turnen -dijo Dulce levantándose del sillón y dándole la mano a Christopher jalandolo hacía el cuarto de Diego

Cuando ambos llegaron abrieron los ojos de par en par.

-¿No que solo cabía una persona? -dijo Dulce al ver a Diego y a Roberta dormidos cómodamente abrazados

-Pues... en esa posición al parecer si se puede -dijo Christopher

-Voy a despertarlos, no voy a permitir este tipo de conductas -dijo Dulce

-No hagas eso, ya se durmieron... además están en una situación complicada, déjalos que se relajen. Regresaré a la sala

-Pero... no vas a poder dormir bien

-No te preocupes por mí, solo quedan... como 6 horas para que sean las 8 am -dijo Christopher mirando el reloj

A pesar de que sabía que mañana iba a amanecer todo adolorido, se dirigió lentamente a la sala

-Chris... no. Hay espacio... en tu cama -dijo Dulce

-¿Que? -preguntó Christopher sorprendido

-Si... Roberta ya se fue así que... puedes dormir a mi lado... si quieres

-¿En serio? Ósea, ¿No te incomoda? Es que... -empezó a decir Christopher

-Deja de balbucear y metete antes de que arrepienta

Christopher la obedeció y se metió a la cama dándole la espalda a Dulce para no distraerse. Si de por sí no podía dormir, menos ahora sabiendo que una de las mujeres más hermosas se encontraba junto a lado de él, y que cualquier pequeño movimiento podía rozar su delicada piel.

Dulce María

Dulce no podía creer lo que le había sugerido. ¿En que estaba pensando? Definitivamente ya no iba a dormir en toda la noche. Las palabras de Roberta seguían presentes en su mente las cuales eran "Si todavía quisieras a tu novio, no estaríamos aquí". Y por supuesto tenía razón, si Dulce todavía lo quería, no estaría acostada en la misma cama que otro hombre.

Sus pensamientos se llenaron de confusión y deseo. No podía alejar de su mente el fuerte pecho desnudo de Christopher. Dulce deseaba verlo una vez más.

Se giró y lo primero que vio fue la tonificada espalda de él. Ella se moría de ganas de acariciarla, pero no sabía si se volvería arriesgar a que el estuviera despierto.

Se escuchó un suspiro profundo de Christopher, dándole a entender que el se había dormido. Dulce consideró una vez más en sentir su espalda. Era como tener la misma tentancion frente a su cara.

Dulce sabía que podía despertarse, pero ya no le importaba, no podía contenerse más. Acarició primero con los dedos sus hombros, después, con la palma de la mano acarició toda la espalda. Ella sentía que estaba en el cielo, cada toque hacía que valiera la pena arriesgarlo todo.

Christopher se dio la vuelta con los ojos abiertos y la miro fijamente. Por alguna extraña razón, en vez de apenarse por lo que había hecho, se sentía cómoda y segura al ver la intensa mirada de Christopher.

Él se acercó aún más a ella y su mano paso por debajo de la playera que traía puesta Dulce, y ahora él era el que le acariciaba tiernamente la espalda de Dulce.

Dulce no hizo ni un ligero movimiento para quitarse, ni si quiera intento replicar, si no que lo contrario, su mano empezó acariciar el pecho de Christopher. Ambos estaban complaciendo aunque sea una pequeña parte de lo que ambos querían.

Ninguno dijo nada, ya que la miradas y las caricias dijeron todo.

Ellos se querían.

¿Que tal les pareció el capítulo chicas? Ahora sí las consentí un poquito. ¡Las quiero!

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