Capítulo 27

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Diego Bustamante & Roberta Reverte

Ambos se dirigieron al local de fotografía que Dulce le indicó a Roberta

-Buenas tardes, ¿Los puedo ayudar en algo? -preguntó un señor detrás de un mostrador

-Venimos a platicar con el señor Sebastián Mascaro -dijo Roberta

-¿Por qué motivos?

-Negociación-contestó Diego

-Pues están delante de él -dijo el señor

-Una fuente nos dijo que ayer en la noche, usted fotografió al señor Paco Alvarez saliendo de un departamento, y que él le pagó por hacerlo, y seguro quiere que lo publique en alguna revista o algo... -dijo Diego con tono investigador, se había tomado el papel muy en serio

-Espere... Usted no quiere que yo publique esas fotos. ¿Son secuaces de Dulce María o que? -dijo Sebastián

-Métase en sus asuntos. Le daremos el doble de dinero si usted borra esas fotos -contestó Diego

-Suena tentador... Pero el señor Alvarez es un amigo mío y....

-Uy que pena que tenga que rechazar el dinero... -dijo Roberta sacando el fajo de dinero

-¡Está bien! No las publicaré, denme el dinero

-No antes de ver que las borre -dijo Diego

Sebastián tomó su cámara y les mostró como las borró. Roberta le entregó el dinero y se fueron.

-Somos el mejor equipo estando juntos -dijo Roberta dándole un beso en la mejilla

-No hay nadie que nos pueda parar -contestó Diego sonriendo

De pronto ambos sintieron un gran mareo.

Christopher Uckermann

Dulce y Christopher se encontraban abrazados entre las sábanas. Ambos se sentían en las nubes.

-De ahora en adelante va a ser muy difícil verte y poder controlarme para no hacerte mía -dijo Christopher

-¡Ay Christopher! Creo que debemos vestirnos antes de que Diego y Roberta lleguen, no han de tardar mucho-dijo Dulce ruborizada y se levantó de la cama

Christopher la siguió y la abrazó por detrás.

-Llámales y diles que se tarden más -dijo Christopher susurrando en su oído

-Te recuerdo que sus celulares no sirven aquí... Ya habrá tiempo, no te preocupes -dijo Dulce guiñándole un ojo

Ambos se vistieron y se dirigieron a la sala. Dulce se sentó en las piernas de Christopher mientras veían la televisión.

Al cabo de unos minutos, Diego y Roberta llegaron al departamento.

-Huele a sexo -dijo Roberta sonriendo haciendo sonrojar a Dulce y Christopher.

Diego se rió y la abrazo.

-Me da gusto ver que arreglaron las cosas. ¿Todo bien? -preguntó Dulce con tono extraño

-Todo bien -contestó Diego

-De hecho... nos gustaría que mañana retomáramos el plan del lago... Estamos muy agradecidos de estar con ustedes pero... yo creo que ya es tiempo, además, nuestros mareos se están volviendo más frecuentes... -dijo Roberta tomando la mano de Diego

-Lo entendemos, mañana se irán entonces, pero por lo pronto hay que celebrar. ¿Que es lo que quieren hacer? Podemos jugar juegos de mesa, o ver series o tomar fotos, o tocar música o... -dijo Christopher entusiasmado

-Definitivamente lo pusiste de buenas Dulce -dijo Diego entre risas

-Tocar música suena bien -dijo Dulce

Christopher sacó dos guitarras, una se la extendió a Diego y la otra se la quedó él. Ambos tocaban al unísono mientras Dulce y Roberta cantaban. Se escuchaba como si una canción fuera reproducida dos veces al mismo tiempo. De pronto los cuatro empezaron a cantar.

-Que cursis somos -dijo Roberta riéndose

-Pues vale la pena para finalizar nuestro último adiós -dijo Diego

-Ahora si ya nada los va a retrasar de su partida -dijo Christopher

O al menos, eso pensaban.

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