Capítulo 37

39 4 1
                                    

Paula

- ¿Desde hace cuanto lo tenías pensado? - me preguntó Diego.

- Pues desde hace no mucho - dijo Andrés.

- Es verdad, creo que fue el día que te fuiste a ver a tu padre, tuve una conversación con Andrés sobre eso y bueno... ya iba siendo hora.

- Y tu no se lo ibas a pedir - dijo Ángel.

- Zasca - dijo Rosi.

- Ala... - dijo Diego.

- Bueno, lo peor ya ha pasado, ahora vamos a pillarnos  un pedal - dijo Andrés.

- De eso nada, Andresito - dijo Miriam.

- Ah, ¿y me lo vas a impedir? - dijo el, cogiéndola de la cintura y llevándola a dentro de la casa.

- Pues nosotros tenemos una discomóvil que nos está esperando - dijo Rosi.

- ¡Es verdad! - dijo Belén cogiendo a Rosi del brazo y llevándola a la fiesta.

- Anda que me esperan eh - dijo David.

- Vente con nosotros, venga - le propuse.

- ¿Y estar de sujetavelas? Lo siento, pero yo por ahí no paso.

- Ay bueno, pues vale  - le dije.

- Pues la verdad, a mi no me apetece mucho la discomóvil... - me susurró Diego al oído cogiéndome por la cintura.

- ¿Y que te apetece hacer? - le dije girandome, quedando cara a cara.

- Tenemos el chalet para nosotros... 

- ¿No están Miríam y Andrés?

- Pero se irán.

- Eso ya pinta mucho mejor - dije besándolo.

Y nos metimos en una habitación que había de matrimonio. Solo digo que nos quedamos despiertos hasta que los demás volvieron de fiesta, a eso de las siete. Al rato, Diego se quedó dormido, y como yo no me podía dormir, bajé a la cocina a por algo de comer. A los quince minutos oí como alguien bajaba las escaleras y era Belén.

- No has venido - dijo ella.

- Ya... es que me he quedado aquí con Diego.

- No había nadie... - se quedó unos segundos pensando - ¿HABEIS FOLLADO? 

- No grites - le dije.

- ¿Eso es que si? - dijo ella en un tono más bajo.

- Un poco.

- ¿Como que un poco? 

- ¿Poco que? - dijo Ángel.

- Se ha follado a Diego.

- Calla - le dije dándole un azote en el culo.

- Dime que quedan donuts de fresas.

- En el segundo cajón - le respondí.

- Por eso no has venido - dijo Ángel.

- Ha estado bien - dije.

- ¿Solo bien? - dijo Belén extrañada.

- Vale... muy bien - respondí yo con risita nerviosa.

- Me alegra no ser la única que no se puede dormir  - dijo Miriam.

- Únete - dijo Belén.

- Todo me da vueltas... - dijo ella.

- Ha follado tia - le dijo Belén a Miriam con la boca llena del donut.

- ¿Que has que? - dijo Miriam.

- No es tan raro, jope - dije yo.

- Es raro que alguien quiera follarte - dijo Belén.

- Gilipollas - dije dándole un codazo.

- ¿Y si nos bañamos? - dijo Ángel.

- ¡Vale! - dijo Miriam.

- Estoy seguro a que soy más rápido que tú nadando - dijo Ángel.

- Vamos a comprobarlo - dijo ella.

Se tiraron los dos a la piscina, Belén y yo  nos quedamos en el bordillo mojándonos solo los pies. Hicieron varias carreras y quedaron empatados. Luego se acercaron al bordillo y nos pusimos a hablar.

- Oye, eso de tu frente es... ¿sangre? - dijo Belén. Miríam se paso la mano por la frente y, efectivamente, era sangre.

- Debe de ser del golpe que me he dado - dijo con risa tonta.

- Vale, creo que ya es hora de irse a dormir - dije yo.

- ¡No! Yo me quedo con mi amigo Ángel.

- Hace unos días te caía mal - dijo él.

- ¿Ah si? - dijo ella - yo de eso no me acuerdo.

-Venga, fuera de la piscina, vamos - dije yo bajando las escaleras.

- Vale mami - dijo Miriam como si fuera una niña pequeña.

Se secaron y entramos dentro, Miriam cogió su móvil, algo que no me pareció muy buena idea yendo en ese estado. Vi como estaba llamando a alguien.

- ¿A quien llama? - le pregeunté a Belén que estaba a su lado.

- No lo sé - dijo ella.

- Kiiikooo guapetonn ¿que hacees? - dijo ella arrastrando las palabras.

- No puede ser - dije mirando a Belén.

- Dame el móvil ya - dijo Belén.

- Que no, que estoy hablando con mi amigo Kiko - dijo ella apartando el móvil para que Belén no lo cogiera.

- Hazle cosquillas y yo lo cojo - le dije, e hicimos eso y le di el móvil a Belén.

- ¿Kiko? Hola, Miriam siente mucho haberte molestado a estas horas es que... va un poquito mal, pero no te preocupes que no volverá a pasar. Adiós - le dijo Belén y le colgó.

- Esto no lo tocas hasta que te despiertes esta tarde - dijo Ángel.

- Solo quería saber como le iba la vida - dijo ella - me voy a dormir, aguafiestas.

- Yo creo que también me voy - dije.

- Si, no vaya a ser que tu amado se despierte y no te encuentre al lado - dijo Belén.

- Muy graciosa - le dije.

- ¡Pos me he caído! - gritó Miriam desde las escaleras y riéndose.

- Ay, señor - dije yo, fui y le ayude a subir y la lleve a su cuarto, la acosté y se quedó dormida al momento.

Yo fui al cuarto donde estaba con Diego, seguía durmiendo, que bonito era verle dormir. Me acosté de cara a él, cerré los ojos y me dormí.


IncapazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora