Diego
Iba en el coche de Andrés, un poco nervioso, hacía mucho más de un mes que no veía a mi padre, no tenía ni idea de como iba a reaccionar al verle.
- Eh tio, no te comas la cabeza - me dijo Andrés que me notó pensativo.
- Es que no sé que le voy a decir cuando le vea.
- Pregúntale por qué hizo lo que hizo, necesitas respuestas.
- Si, bueno...
- Todo irá ben, dime a qué hora te recojo.
- A las diez?
- Me parece bien, me iré al centro de comercial o algo de eso mientras.
- Vale - le dije, ya habíamos llegado - muchas gracias.
- Ni se dan, hasta luego.
Y se fue, y yo estaba en frente de la puerta de mi casa, me decidí a abrirla. Nada más entrar, me dirigí al comedor donde deduje que estarían, y, efectivamente, allí estaban.
- Mira, tete, papá está aquí - dijo mi hermana.
- Hola hijo.
- Hola papá.
- ¿Que tal estás?
- Clau, cariño, ¿por qué no nos vamos a la habitacion a jugar? - dijo mi madre.
- Vale mami - se fueron y cerraron la puerta.
- Estoy bien - le dije sentándome en el sofá que estaba justo en frente de él.
- Me alegro, me ha dicho tu madr...
- ¿Por qué te fuiste? - le interrumpí.
- Verás hijo... yo necesitaba alejarme un poco de todo, tomarme un respiro...
- ¿Y no podías haber avisado? - le dije en un tono más elevado.
- Lo siento...
- No papá, es que... - tenía la voz temblorosa, a punto de llorar - no cogías ni las llamadas ni nada.
- Me dejé el móvil en casa de tu abuela...
- ¿Y tu tampoco podrías haber llamado? - le dije, y ya me estaban cayendo un par de lágrimas que retiré en seguida de mi rostro.
- Lo siento muchísimo hijo, pero lo importante es que he vuelto, he vuelto para quedarme y no me volveré a ir.
- Espero - le dije y se levantó a abrazarme.
- Ahora cuéntame tú, ¿que ha sido de tu vida? - me preguntó - tu hermana me ha comentado algo de una chica...
- Será bocazas... si, bueno, es mi... novia aunque no oficialmente.
- Me gustaría conocerla algún día, dicen que es muy guapa - dijo guiñándome un ojo.
- Si... lo es, la más guapa.
- ¿Estás enamorado?
- No lo sé, ¡y tampoco te lo diría! - me reí.
- Ay, bueno, bueno... que sepas que me alegro mucho.
- Gracias papá.
Seguimos hablando durante un buen rato de todas las cosas que habían pasado desde que él se fue, hasta que fueron las diez y Andrés me llamó. Subí al coche y al principio me quede callado.
- ¿No me piensas contar nada? - me dijo Andrés - ¿como ha ido?
- Bien... muy bien de hecho.
- Me alegro nen.
- Yo también.
Le dije a Andrés que me dejara en el chalet de Paula, llamé al timbre, su abuela me abrió y ella estaba cenando. La saludé y me senté a su lado, su abuela me ofreció cena y no me pude negar, ay que, si no, me la metería en vena.
- ¿Como te ha ido con tu padre? - me preguntó.
- Muy bien, la verdad, no me esperaba para nada que iba a ser así - le conté - ah, por cierto, quiere conocerte.
- ¿En serio? - se rió - dile que se venga un día de estos, el día del espectáculo, por ejemplo, cenamos y luego pasamos un buen rato.
- Se lo propondré.
- Y tú, ¿como estás?
- Bien también, ¿y tu Pau?
- Bien, aunque no he hecho nada en toda la tarde a parte de pensar en como te iría con tu padre.
- Que niña - y la besé.
Cuando acabamos de cenar nos fuimos a la discomóvil. De camino Paula me preguntó que si sabía algo de Ángel o si había pasado y yo le dije que no, que Andrés no me había contado nada, pero suponía que si algo había pasado Rosi sería la primera en contárnoslo.
Llegamos, y allí estaban todos menos... menos Ángel.
- ¿Y Ángel? - le preguntó Paula a Hector.
- Ha preferido quedarse en el chalet viendo una peli.
- Allí esta bien - dije yo.
- También me ha dicho algo de que mañana se iría, que visto que aquí nadie le quiere...
- Si, ahora que me vaya de víctima. No te jode... - dije.
- ¿Que decís de una víctima? - apareció Rosi.
- Ángel, que mañana se va - le respondió Héctor.
- ¿Que? - y a Rosi se le borró la sonrisa de la cara, dio media vuelta y se dirigió a la puerta.
- ¿A donde te crees que vas? - le gritó Paula.
- A que Ángel no se vaya - le contestó ella.
- Me voy con ella.
- ¿Para que? - le pregunté.
- Porque es mi amiga, y ese tío esta como una regadera.
- Te acompaño - le dije.
- Puedo cuidarme sola - me dijo.
- No lo dudo, pero como tu bien dices, está como una regadera.
- Si Rosi le quiere hacer recapacitar para que no se vaya, no creo que tu le vayas a ser de mucha ayuda.
- Ya bueno...
- Venga me voy , nos vemos en un rato - me besó y se fue.
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Incapaz
Fiksi RemajaLa vida de Paula y Diego da un vuelco al conocerse pero... ¿será Paula capaz de sentir lo mismo que él? Y es que, ella se ve incapaz de sentir algo por alguien que vaya más allá de la amistad, ya que, anteriormente le hicieron mucho daño. ¿Pasará pá...