¿A Quien Amas? Hetalia Yaoi

Aceptación

Me quede mudo unos instantes pero cuando dirigí mi mirada a la puerta pude ver ahí mismo a Yao, mirándome con reprobación. Tenia en sus manos un botiquín de primeros auxilios, si las miradas mataran quizá ya estuviera muerto pero ahora mi única salvación seria que me soltara pero no lo hace. Kiku se aferraba a mi cuerpo como si su vida dependiera de ello, el enojo de Yao se incrementaba a medida que el tiempo pasaba.

-Suéltalo en este precisos instante - dijo Yao a Kiku con frialdad, sujetándome de mi bufanda tirando de esta.

-No pienso hacerlo - le respondió este para sujetarse a mi brazo con fuerza, en respuesta el otro empezó a tirar de mi bufanda con fuerza ahorcándome.

-¡Que lo sueltes! - grito mi pareja mientras tiraba mas fuerte, cortándome el aire. Creo que moriré.

-Moriré... - dije apenas tomando un poco de aire. Para sentir como el aire escapada de mis pulmones, cuando me oyeron dejaron de tirar de mí. Respire aceleradamente para recuperar el aire perdido- ¿Q-Que creen que soy? ¿Un juguete? - les pregunte mientras me levantaba soltando a Kiku de mi brazo.

-Es tu culpa, no me gusta que estés al lado de otros de esa manera. No me gusta para nada - me dijo Yao para acercarse a mi para darme un beso tomándome de sorpresa. No habría problema alguno que lo hiciera pero estaba aquí Kiku observándonos- ¿Por qué abrasabas a mi hermano? - me cuestiono.

-Ivan-san dijo que se quedaría a mi lado para curarme, no es necesario que vengas aquí a interrumpirnos de esta manera armando una escena tan infantil, no es común para alguien de... tu edad - dijo su hermano para que le prestáramos atención.

-Puedo venir a buscar a Ivan cuando quiera después de todo estamos comprometidos - dijo mi Yao sonriendo victorioso a mi lado, mirando a Kiku con enojo- Por eso no me agrada que andes abrasando de esa manera tan impropia a mi pareja - dijo para abrasarme.

-Has venido a restregarme en cara que te casaras ¿para eso has venido aquí? - la forma en la hablaba Kiku sonaba molesta.

Pude ver como estaba entre los dos hermanos en esta situación hubiera querido salir pero estaba atrapado, por un lado estaba feliz por que Yao estaba sujeto a mi, pero por otro tenia el disgusto en saber que Kiku aun sigue con su absurdo amor así mi.

-Yo mejor me voy, me dio algo de hambre- dije para rápidamente soltarme de su agarre y salir casi por decir corriendo a la cocina, estaba nervioso.

Creo que todos mis planes se irían a la basura si Kiku se le ocurre abrir la boca, incluso aun recuerdo su amenaza "Si no quieres que le diga todo sobre nuestra relación será mejor que aprendas que no están en las mejores condiciones para despreciar mi amor, fingiré un tiempo frente a Yao, pero espero que sea el tiempo suficiente para que veas que soy yo quien debes presentar como tu pareja oficial ante mi familia que también es la de Yao. Recuérdalo el es mi hermano... " Pero no creo que sea capaz, después de todo es su hermano, no debería interferir de esta forma, nunca le di motivos para interesarme en mi persona, eso es lo que mas me disgusta, nunca podre verlos con otros ojos.

Me dio una fuerte jaqueca por seguir pensando en esto. Si hubiera una forma de sacarme a ese estorbo de mi camino podría estar mas tranquilo. Suspiro pesadamente para tomar un trago de vodka de mi petaca, nada mejor para tranquilizarme que un buen trago. Todo este absurdo empezó luego de esa noche, esa maldita noche donde lo ayude, quizá fue en ese momento. Aun lo recuerdo perfectamente, como expuso su cuerpo delante de mi sin miedo pidiendo que lo tomara, sacudí mi cabeza tratando de apartar esos recuerdos, pero aun no logro comprender como perdí el control en el pateo ayer, como pude dejarme llevar por un estúpido impulso y me atreví a tocarlo, aun no logro comprender lo malditamente estúpido que fui en ese momento. Si la primera vez que toque a Yao supe que no habría nadie más a quien amaría y tocaría de esa manera ¡¿Por qué demonios toque a Kiku entonces?! Juro que me daría una golpiza a mi mismo si pudiera pero no puedo, golpeo mi cabeza contra la pared dos veces para tratar de aclarar mi mente pero nada me sirve para tratar de comprender que me provoco.