Falta una semana

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Hoy es 7 de julio y es el cumpleaños de Shin-chan, por eso me dió ganas de hacer esto xd tendrá 7 partes que consiste en una semana antes del cumpleaños del megane :v

Perdón por las faltas ortográficas ;-;

☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

Takao

Mi cabeza está hecha un caos, pronto será el cumpleaños de un chico peli-verde, los ojos del mismo color, alto, tiene un extraña obsesión con el "Oha asa" y su personalidad es la más rara del mundo. Ese chico es el qué me hace sentir un dolor de estómago cada vez que lo veo y puedo percatarme que también le ocurren algo a mis mejillas dando un leve rubor en ellas. Me estaba volviendo loco poco a poco por él, no me disgustaba, pero él sentirme feliz y triste no era muy amigable que digamos.

Se llama... 

Midorima Shintarō

Éste peli-verde es la razón por la cuál estoy perdido en mis pensamientos todo el día, desde que me enteré que el 7 de julio era su cumpleaños y solo faltaba una semana para aquel día, estuve pensando que debía regalarle. Suena tonto que después de tanto tiempo recién me entere de su cumpleaños, sabía que era unas de las informaciones más importantes de su persona, pero yo, Takao Kazunari, recién se entera.

Era más complicado de lo qué esperaba, a pesar de saber que le gusta y también que es lo que le disgusta aún no me puedo tomar una desición de cuál será su regalo. Se podría decir que es demasiado especial como darle un regalo cualquiera, tenía que ser algo que en verdad lo haga hacer alguna expresión en ese rostro que tiene.

Estaba tratando de ordenar mis pensamientos mientras caminaba hacia el instituto con el causante de aquel problema.

—Shin-chan me dió ganas de hacerte algunas preguntas... ¿Puedo? —Él megane solo asintió, a pesar de no saber que es lo que haría o le preguntase siempre me decía que sí. —Entonces si tuvieras la oportunidad de conceder un deseo, ¿qué desearías? —Traté de sonar normal, a pesar de las ansias que tenía por saber la respuesta.

—¿A que viene esa pregunta? —Sabía que iba a preguntar aquello y aun así no pude evitar ponerme helado.

—El que hace las preguntas soy yo, Shin-chan —Protesto haciendo un puchero.

—Tsk, que molesto. Entonces...

—¿Entonces...?

—Desearía que todos mis artículos de la suerte fueran gratis y me los fueran a dejar a mi casa —Me sorprende que haya formado una sonrisa mientras decía algo típico de él.

Imaginaba que algo relacionado iba a decir, solo solté una risa tapandome la boca para no dejar salir las carcajadas que estaba conteniendo. Shin-chan me miró mal por el acto que hice, siempre es lo mismo de siempre.

Seguimos nuestro camino en silencio.

—Oye, Bakao. —LLamó sereno.

—¿Qué pasa, Shin-chan? —Él nunca comenzaba una conversación, me pareció raro.

—Me dijiste que ibas a hacer preguntas, pero solo me mencionaste una.

—¡Ah! Es verdad... entonces responde estas preguntas y podrás pedirme lo que sea, ¿sí?

—Está bien. Pero, ¿qué tipo de preguntas?

—No te preocupes por eso. Haber... ¿qué signo soy, Shin-chan?

—Escorpio...

—¿Mí altura?

—1.76...

—¿Comida favorita?

—Kimchi...

—¿Mí mejor materia?

— Ingles...

—Shin-chan, das miedo. Y también, ¿porqué siempre respondías con tono bajo? —Comencé a reír a carcajadas.

●●●

Después de haber llegado al instituto, nos dirigimos a nuestro respectivo salón. Siempre llegamos más temprano de lo usual para no estar apurados —ya que nos pasó un par de veces— y así tener un peso menos en los hombros.

Pasó las primeras horas de clases y llegó el descanso. Bueno, al menos mi cabeza se podría enfriar un poco.

Le pedí a Shin-chan que fuéramos a la terraza, el aceptó sin ninguna objeción de su parte. Al llegar sólo me senté para sentir la fresca brisa que recorría en aquel lugar, hacía que algunos mechones de cabello se deslizaran con la suave brisa.

Me quedé mirando a Shin-chan —que estaba a mi lado sentado— y veía como él también tenía una expresión de relajamiento en ella, se lo veía muy atractivo a mí vista, no pude evitar sonrojarme al ver aquella expresión y agache mi cabeza por la vergüenza que tuve.

—Shin-chan... —Lo dije muy bajo. Para mi suerte no me escuchó.

Comencé a acercarme a él, lento, muy lento para mí gusto. Haciendo esos segundos muy largos. Estaba al frente de él, dejé de respirar para que no me notará, fui cerrando los ojos lentamente sintiendo su respiración en mi cara... quería que ese instante fuese eterno, tenerlo tan cerca me gustaba.

Shin-chan hizo un movimiento con su cabeza justo en el momento cuando ya iba a rozar sus labios con los míos, dejando aquel beso en su mejilla izquierda. Sentía mi cara caliente, recién había reaccionado a aquel acto raro que estaba a punto de hacer, quedándome en shock.

El peli-verde fue abriendo los ojos poco a poco, viéndome a mí que estaba al frente de él. Sentí mi cuerpo helado, al encontrar su mirada fijamente en mí, desvíe la mirada dejando salir lo qué se me ocurrió para salvarme.

—Shin-chan...—Me quedó mirando, esperando mi respuesta. Me sentía intimidado, no sabía porque había reaccionado de esa manera. Ya que solo lo hice por impulso, su cara estaba tan linda que no pude evitarlo. No quiero dañar mi relación con él. La única opción que tuve fue mentir —¡Te sorprendí, ¿verdad?!

—Tsk, deja de molestar, Bakao —Bufó con un notable rubor en sus mejillas mientras se acomodaba los lentes para que no lo viera.

Se terminó el descanso y nos dirigimos al aula de clases donde nos esperaría las materias. No hubo nada nuevo después, sólo fuimos al club después de clases y nada más. El resto fue lo normal de todos los días; molestar a Shin-chan y a los senpai.

Yo solo quería irme a casa, no podía con todo lo sucedido hoy. Aunque solo fuese una cosa, igual no lo podía creer. Fue un infierno con Shin-chan hasta llegar al lugar donde nos separamos y nos dirigimos a nuestras casas.

Y así fue mi primer día, pensando el regalo de Shin-chan.

¡¡Feliz cumpleaños, Shin-chan!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora