Extra #1

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Es hora de decirlo.

Era lunes y Takao esperaba con ansías este día, ¿Por qué? Se iba a encontrar con su novio al fin, después de tantas horas de espera para que sea de mañana. Si, no pudo dormir por querer ver al megane.

En el caso de Midorima, a pesar de que no tenía más que esa cara seria, en el interior se moría de ganas por estar con el molesto de Bakao.

Al fin sonó la alarma que esperaban con ansias hace horas, se levantaron enseguida y fueron a darse una ducha para después ponerse su uniforme correspondiente. Se vistieron y alistaron sus cosas para el día de hoy, después bajaron las escaleras encontrando a su familia con una sonrisa; Midorima a su madre y Takao a su hermana, madre y padre.

La madre de Shintaro se dio cuenta del buen humor de su hijo, haciendo que preguntara:

—¿Por qué tan feliz? —Su madre estaba mirándolo como comía, Shintaro sintió una descarga eléctrica en su cuerpo. Puso su mano en su boca sacando una conclusión —No me digas que...

—Madre, no es nada de eso —La interrumpió antes de que diga algo—. Sólo hoy me siento bien, y ya. —corrigió Shintaro nervioso.

A pesar de que no quería aceptar, su buen humor era visible a simple vista, tenía un aura impregna diciendo "Hoy es el mejor día de mi vida" o algo así, aunque, solo su madre pueda ver esa aura.

Estaban comiendo tranquilamente la familia Takao, la diferencia es que Kazunari tenía flores a su alrededor y no paraba de sonreír. Su familia cruzó miradas haciendo una sonrisa maliciosa. Takao seguía comiendo, mientras tarareaba una canción, cosa que lo hacia ver como un libro abierto, era tan obvio.

—Hermano, ya pareces a esos chicos guapos que tienes un aura con rosas —Su hermana ya sabía que le pasaba, se lo confirmó al ver a su hermano despedirse de Shintaro.

—Que dicen —se rió tiernamente—, a mi no me pasa nada —dijo Kazunari con una sonrisa mientras comía. Volvieron a mirarse entre sí, como si estuvieran diciendo "Es tan obvio...".

La familia ya se cansó de Kazunari y su comportamiento tan falso.

—¡Al fin tengo un yerno! —gritó la madre de Kazunari, después siguió el padre que alzó un pulgar y su hermana que gritaba junto a su madre. La cara de Takao se fue tornando de un color rojizo, no podía evitar sentirse tan feliz y no era su culpa, más bien, era de Midorima, o al menos eso era lo que pensaba.

—¡Ya hagan silencio! ¡Me voy! —No tardó en coger sus cosas y salir de casa, su familia era muy alocada y cuando celebraban algo eran peor, la mejor opción en ese momento fue irse.

                                                            ♦∆♦

Los dos se reunieron en el lugar de siempre, en donde se encontraban para ir al instituto. Takao dio la iniciativa dándole un beso en la mejilla al contrario como saludo, haciendo que los dos quedaran con la cara roja. Si un beso en la mejilla los ponía así, entonces se desmayan si es que por algún motivo se llegan a besar en los labios.

Fueron conversando sobre que les pasó esta mañana, había similitudes, esto hizo que hubiera una carcajada por parte de Kazunari y una sonrisa leve de Shintaro.

Las clases como siempre aburridas, pero tenían que aprender por el futuro y si tienen malas notas sería una carga para el club, solo era prestar atención a la clase, nada más.

Ya habían concluido las clases y los dos se dirigían hacia el club. Al llegar se cambiaron y fueron directo al gimnasio, ya estaban preparados para las preguntas de sus "queridos" senpais. Ingresando al gimnasio, Otsubo se fue acercando al par, para decir:

¡¡Feliz cumpleaños, Shin-chan!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora