2 dias 2/3

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Takao y su hermana estaban sentados pensando en donde comenzar su búsqueda, era temprano y no tenían de que preocuparse aún por ello. Cuando ya se cansaron de pensar Suzuki se puso de pie con las manos en la cintura para voltear a ver a Takao con un aura de superioridad.

–Hermano, dejemos de pensar y solo revisemos cada lugar de este centro comercial, puede que en el camino puedas encontrar lo que quieres —sentenció aquello mientras señalaba a su hermano, algunas personas les quedaron mirando haciendo que el rostro de la pequeña se sonroje.

—Es verdad. Entonces vamos a pasear. —Le sonrió mientras se ponía de pie para ir caminando, su hermana le siguió el paso quedando a lado de él con una sonrisa.

Ashley no dejaba de correr por algo lindo que viera y Midorima sin dejar de perseguirla, para los ojos de la madre de Shintaro y Ritsu era lo mas tierno que veían ese día sonriendo al ver aquella escena. Cuando Shintaro se dio cuenta de las sonrisas bobas que tenían sus acompañantes no pudo evitar sentir su cara arder de la vergüenza, era costumbre estar persiguiendo a Ashley para él y no se dio cuenta de donde estaban en ese momento por lo concentrado que estaba persiguiendo a la pequeña.

Ya que ya habían comido, lo único que hicieron es obedecer a lo que propuso Ashley diciendo que un segundo postre no estaría mal. Así fue como acabaron comiendo helado, un cono para cada uno siguieron paseando por aquel lugar.

Para la hermana de Takao estaban en un paraíso, no podía evitar correr hacia ese local en donde vendían libros, a ella le gustaba mucho leer y Kazunari lo sabía, pero estaban en ese lugar por él dándole un reproche a su hermana, lo único que hizo fue un puchero para dejar el libro en la estantería y salir del local para seguir con su búsqueda. A pesar de que aún se emocionaba por ver cosas que le gustaban ya no corría hacia ellos, sabía que su hermano la iba a regañar si lo hacía, por lo cual se tenía que contener lo más que pudiera.

Siguieron caminando y Kazunari comenzó a irse a las nubes, sin escuchar a su hermana y a todo a su alrededor. Tenía que darle algo al menos, él sabía que tendría que hablarle y eso sería un poco incómodo por lo pasado anteriormente, pero si no lo hace sus días de dolor de cabeza, confusiones y acciones serán en vano, algo que Takao no quiere.

Recordando aquella vez en donde salieron los dos y se encontraron con un lugar que le encantó a Midorima, cuando fueron a un parque cercano a ese lugar este peli-verde no dejaba de hablar de lo que le hubiera gustado comprar si hubiese traído mas dinero en ese momento. Haciendo que Takao empezara a reír a carcajadas por ver a Shin-chan hablando hasta por los codos, cosa que nunca creyó ver. El megane al darse cuenta de porque se estaba riendo comenzó a sonrojarse mientras bufaba, para los ojos de Takao ese momento fue unos de esos recuerdos inolvidables con Midorima.

Su hermana a estado moviendo sus manos al frente de la cara de Takao, se había detenido y parecía estar distraído en su mente haciendo que Suzuki se preocupara. Ya que no hacia caso a su acción, le golpeó sus cachetes con la palmas de sus manos al mismo tiempo, Kazunari bajó de su nube quejándose de el dolor que tenían sus mejillas.

—Te lo buscaste —Le regañó su hermana algo enojada para después seguir caminando de forma extraña. Takao la siguió rápidamente mientras se disculpaba.

Siguieron caminando, la gran mayoría de lugares vendían ropa, y él quería darle algo que signifique mucho para los dos, así como una fotografía que se la tiene por varios años, pero ya tenían fotografías juntos y estaba conforme con eso. A lo lejos vio unos puestos en donde se podía hacer karaoke, Takao pensó que al menos algo para relajarse un rato diciéndole a su hermana que vayan a cantar juntos, ella asintió y fueron caminando.

El megane y sus acompañantes estaban en la segunda planta recorriendo el lugar, disfrutando de el tiempo que pasaba con las personas que quería. Una sonrisa amarga se hizo presente en su rostro al imaginarse poder estar con Takao así nuevamente, con sus paseos raros. Su madre no tardó en darse cuenta, desde ahí arriba se podía ver que había mucha gente amontonada en la planta baja, llamando la atención del peli-verde y sus acompañantes.

¡¡Feliz cumpleaños, Shin-chan!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora