Caminaba en círculos dando vueltas en la habitación como si fuera un tigre enjaulado, pensando una solución a su problema... no
Ella no era ningún problema
Él fue el idiota que la dejo irse, que no la trato como debía, ni como ella se merecía.
Él siempre ha sido muy frívolo, sobre todo con las chicas, cuando algo le gustaba, buscaba la manera de conseguirlo a toda costa, pero una vez que lo tenía, no le importaba en lo más mínimo.
Esa actitud, parecía, lo hacía tener una novia diferente cada semana, así era el, se aburría rápido, y por esto, conocía todo tipo de actitudes en una chica, más aprendió que todas tenían algo en común: caen rendidas si les hablas bonito
En cuanto se dio cuenta de esto, pudo tener a cualquier chica que quería rápidamente.
Pero la conoció a ella... bonita, dulce, amable, inteligente, divertida, una igual a muchas ¿que la hizo tan especial?
Ni el mismo lo sabe aún, por más que piensa en ello no logra descubrirlo, no coqueteo con ella como lo había hecho con todas, decidió tomarse su tiempo esta vez.
Pero un día, sus amigos comenzaron a molestarlo sobre el asunto, que ella era hasta ahora el "capricho" más largo que ha tenido, y que no le daban más de una semana para que se aburriera de ella.
El claro se molestó, pero antes de decir cualquier cosa, fue alguien más quien hablo, era ella.
— ¿Un capricho? —
El tono con el que le había hecho aquella pregunta estaba clavado en su mente, obvio estaba molesta, pero pudo notar aquel nudo que se formó en su garganta y como se humedecían sus ojos, estaba molesta claro, pero también le dolía.
Ella ya había salido corriendo para cuando el había reaccionado, casi golpea a todos ahí mismo, pero prefirió ir a buscar a... ¿su chica?
Ellos no han llegado a eso, ni siquiera sabe si se pueden llamar amigos ¿que la hacía tan importante entonces? no lo sabía, pero si sabía una cosa... ella valía la pena.
Dejo de dar vueltas en el mismo lugar y salió del cuarto para buscarla, por fin había comprendido todo. La busco por horas, y la encontró sentada al pie de un árbol, con la cabeza agachada, escondida entre sus rodillas. Se sentó en silencio junto a ella y luego le hablo.
— Hola — Ella levanto la vista, tenía los ojos hinchados, y sus mejillas estaban marcadas por las lágrimas que por ahí habían pasado. — Quiero decirte algo — Dijo él, decidido a hablar, cuando vio que ella no contesto, prosiguió.
— Si, eres un capricho — Miro como aquellos brillantes ojos se abrían con sorpresa y amenazaban con seguir derramando lágrimas. — Aun no acabo... eres un capricho, sí, pero eres el capricho más hermoso e increíble que he tenido en toda mi vida, no sé qué tienes de especial... pero eres especial, hace poco lo entendí, sí eres un capricho, pero eres MI capricho y no pienso dejarte ir tan fácil, por que como habrás visto, no hay hombre más caprichoso que yo, y pienso luchar por lo que quiero... tú"
No se arrepintió de sus palabras, ella le sonrió y tomo su mano, si algo admitiría sobre él, es que en efecto, era caprichoso como solo el sabia serlo.
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558 Palabras.
Este capítulo es fruto de esos momentos de inspiración, en los que no sabes ni cómo ni porque ¡Pero llegó!
- Darkness_003
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Romance - shots
RomanceExiste el amor en todos lados, Y para demostrarlo Traigo estos ejemplos.