Tu Fin (Erwin X Levi) Yaoi

Parte 2

-La verdad es que no te necesito precisamente para eso.- Comentó, mirándome lentamente de arriba a abajo.- ¡Escuadrón Levi!.- Llamó la atención, haciendo que mi equipo se pusieran en filas haciendo el gesto de la legión, esperando ordenes, gritando todos al unísono "¡Comandante Erwin!".- Encárgense de que si Capitán sea atendido y acaben con su obligación de ayudar a sus compañeros. Necesito que uno de ustedes busque a la Mayor Hanji, necesito verla en privado en mi despacho en 20 minutos. Después retírense.- Ordeno.

-Entendido, comandante Erwin.- Gritaron todos.

Gunter y Erd se encargaron de mi mientras Petra y Auruo ayudaban a los demás de la brigada. Me llevaron arrastras hasta una de las salas, en las que me negaba a ser atendido rotundamente...

-¡Soltadme!.- Gritaba zarandeándome de un lado a otro, sin conseguir nada, ya que ambos me tenían sujeto cada uno de un brazo, sentándome en una silla.

-Capitán, cálmese, no tardaran en curarle.- Decía Erd mientras Gunter me sujetaba por los hombros, para impedir levantarme de la silla.

-¡Me niego! Esto está lleno de polvo. No pienso quitarme quitarme la bota aquí.- Grite, mientras seguían intentando levantarme e irme a mi cuarto.- ¡Que me curen en mi cuarto, joder! Está mil veces más limpio que esta porquería. ¡Paraaaaaaaaaaaaad!

Por mucho que gritase o me resistiese, no conseguí nada. Solo acabe con los dos de mi escuadrón sujetándome junto con otros 3 miembros del equipo de exploración, que fueron llamados para ayudarle, ya que no podían los dos solos conmigo. Y la enfermera estaba un poco nerviosa.

Una vez consiguieron quitarme la bota, la enfermera se encargó de vendarme el pié y de hacerme la atención necesaria. Me dijo que necesitaría un tiempo de reposo, sin realizar esfuerzos... genial.

Cuando acabó de atenderme, todos los chicos se me quedaron mirando, expectantes.

-Tenéis 5 segundos para largaros de mi vista... traidores.- Dije escupiendo fuego con cada palabras. El resultado fue que los 3 chicos que no pertenecían a mi escuadrón se fueron en menos que canta un gallo, pero Erd y Gunter siguieron mirándome, preocupados.- ¿Qué hacéis aún aquí?.- Pregunté, asesinándoles con la mirada nuevamente.

-Capitán, sabe que no queremos molestarle, pero no puede andar así hasta su habitación.- Confesó Gunter rascándose la cabeza.

-Nosotros le llevaremos, Capitán, en un abrir y cerrar de ojos estará en sus aposentos.- Dijo Erd moviendo rápidamente las manos de un lado a otro, nervioso y sonriendo.

Y así fue...

Erd me llevaba encima suyo, en sus espaldas, agarrando mis piernas que colgaban en sus caderas, mientras tenía mis brazos rodeando su cuello. Llamábamos la atención de todo el mundo. Alguno sonreía, pero cuando veían que les estaba viendo se les borraba de enseguida.

-Capitán...- Me llamo Gunter.

-¿¡Qué demonios quieres?!.- Pregunté, gritando.

-Debería de aflojar su agarre del cuello de Erd, Capitán. Creo que está usando demasiado fuerza.- Explico Gunter de forma tranquila, intentando no alterarme... mal, porque ya estaba alterado, y mucho. Mira que hacerme dar tremendo espectáculo frente a toda la brigada como si fuese una damisela en apuros.- Se está poniendo incluso colorado.

-¡Me da igual!.- Dije, apretando involuntariamente el cuello de Erd.

-¡Uaawhhh!.- Se quejaba Erd sin poder respirar, soltando mis piernas y estirando de mis brazos para que soltara mi agarre. Pero yo ya estaba pegado como un mono a él.