Tu Fin (Erwin X Levi) Yaoi

Parte 8

El capitán, una vez encima del pene del rubio, lo sujeto posicionándolo en su entrada, comenzando a dejar caer su peso para que entrase. Su culo estaba demasiado apretado. Siempre le pasaba, y más aún cuando pasaba muchos días sin mantener relaciones con Erwin.

Intentaba bajar poco a poco, notando el dolor y el placer, ya que el rubio estaba masajeando su polla mientras se metía la del rubio. El mayor aceleró el movimiento de sus manos sobre el pene del pelinegro, desesperándose... desesperándolo. El menor solo había conseguido meter un trozo del enorme pene de Erwin, y este, desesperado, aún con la herida, comenzó a mover las caderas rápido mientras seguía masajeando al menor.

-¡Ah, ah!.- Comenzó a gemir Levi, por la mezcla de dolor y placer echando su cuerpo hacia delante, apoyando sus manos nuevamente sobre los hombros del rubio, debido a sus movimientos. El mayor, aprovechando que su compañero tenía que apoyarse sobre él para aguantar sus estocadas, dejo de masajearle el pene, posando sus manos sobre los hombros del pelinegro, profundizando sus estocadas, aun sin estar el culo del menor dilatado.-¡Ah, ah! ¡Joder, joder, Dios Santo!.- Gemía Levi sin poder resistirse a la fuerza que ejercía el mayor. Este impedía que Levi se moviera, echando su peso hacia abajo, mientras él seguía introduciéndose sin cuidado alguno en el interior del pelinegro.

Una vez entro por completo dentro del capitán, le dejó descansar, ya que sabía que comenzaba a estar exhausto por la mezcla de dolor y placer. Le dejó caer en su pecho, mientras le regalaba caricias por la espalda, escuchando su agitada respiración.

Cuando notó que ya había descansando algo, agarró sus caderas, comenzando a levantarle y bajarle sobre su polla, sacando nuevos gemidos de él, mordiendo sus labios. El menor se incorporó un poco, moviéndose para que Erwin no tuviese que usar tanta fuerza.

Sus gemidos se mezclaban por toda la habitación. El ambiente se comenzaba a notar aún más cargado. Levi pasaba las manos por su cuerpo, por sus pezones, por su pelo... provocado aún más a Erwin, el cual le pellizco con rudeza uno de sus pezones, haciéndole gemir más alto.

Basta. Ya es suficiente. Continúa con tu cometido. Pensaba Levi.

Paró de moverse, pidiéndole una pausa al comandante.

-Espera aquí.- Dijo sonriéndole falsamente. Se levanto de la cama completamente desnudo dirigiéndose a por las cuerdas. Volvió con ellas en las manos mientras Erwin se incorporaba un poco sobre sus codos, mirando atentamente.- Estas malo. Ahora me toca a mí.- Dijo, cogiendo las manos de Erwin y atándolas fuertemente al cabecero de la cama para que este no se pudiera desatar. El rubio yacía serio. Sus miradas se cruzaron y Levi sintió mucho dolor, pero no había vuelta atrás, que era lo que siempre pensaba.

Una vez tuvo bien sujeto al rubio, se dio la vuelta y se acercó a su chaqueta, sacando su navaja. Respiró, intentando acompasar su respiración, puesto que le estaba invadiendo un sentimiento de culpa que no podía con él.

-¿Ya has te has decidido por matarme?.- Preguntó el comandante, haciendo que Levi abriese mucho los ojos y se quedase en estado de shock. Así estuvo al menos por unos 30 segundos, sin saber que decir.

-Desde...¿desde cuándo lo sabes?.- Preguntó el pelinegro girándose poco a poco para enfrentarle.

-Desde siempre.- Confesó relajado mientras seguía tumbado en la cama y atado. El menor se acercó a la cama, subiéndose sobre el capitán en la postura que estaban anteriormente, abriendo su navaja de mariposa ante la mirada del mayor.

-¿Cómo lo has sabido?.- Preguntó, observándole, mientras volvía a sujetar el pene del rubio, introduciéndolo nuevamente dentro de él, ya que seguía excitado.

-¡Uhh!.- Gimoteó el rubio cuando Levi se penetró a si mismo.- Yo lo sé todo, parece mentira que no lo sepas. Desde que llegaste al equipo sabía tus intenciones.- Respondió.

-¿Por qué no me has detenido antes?.- Siguió moviendo sus caderas hacia arriba y hacia abajo, mientras tenía sujeta en su mano aún la navaja abierta, cerca del cuello de Erwin, el cual no mostraba un ápice de terror o decepción.

-Quería saber hasta qué punto eras capaz de llegar. Y sobre todo saber si te arrepentirías antes de ello.- En una de las subidas y bajadas de Levi, el rubio aprovechó moviendo su cadera hacía arriba rudamente, metiendo por completo la longitud de su miembro, sacando un gemido ahogado de los labios del menor.

-¿Por qué?.- Exigió saber, acercando la navaja al cuello de Erwin.

-Tenía dos teorías. Una es que lo hacías porque la recompensa sería mucho mejor que la vida que te estábamos ofreciendo aquí, poniendo en peligro tu vida por luchar contra titanes, por el bien de la humanidad. La otra es que te estabas mentalizando tanto en asesinarme porque estas enamorado de mi, pero eres incapaz de reconocer u aceptar tus sentimientos.- Explicó.- Así que dime, ¿qué te estaban ofreciendo a cambio de mi asesinato? Mmmmm. Has tardado mucho, mucho, mucho tiempo para decidirte. Y momentos no te han faltado, hemos estado a solas en muchas ocasiones. Así que pienso que es más la segunda que la primera.- Confesó, enfureciendo a Levi, el cual tenía la mandíbula muy tensa debido a la fuerza que estaba ejerciendo con sus dientes, mientras algunas venas de su cuello y frente crecían notoriamente.

-¡¿Tú qué coño sabes, eh?!.- Amenazo, rozando con su navaja el cuello de Erwin, dejándola ahí posicionada.- ¡No tienes ni idea de nada!.- Gritó.

-Si me vas a amenazar con un cuchillo sobre mi garganta...- Comentó lentamente el rubio, moviéndose contra el cuchillo, haciendo que rajara superficialmente su cuello lo suficiente como para que comenzara a brotar la sangre, haciendo que el menos alucinase.-... raja al menos un poco, porque si no, nadie te creerá.- El menor, rápidamente retiro el cuchillo del cuello de Erwin, el cual comenzaba a sangrar bastante, aun muy impresionado por el atrevimiento del mayor.- Adelante.- Provocó.- Hazlo de una vez. ¿No has esperando tanto tiempo ansioso a este momento?.

-¡Cállate!.- Exigió el pelinegro, volviendo a acercar el cuchillo al cuello de Erwin.

-¿Quieres que me calle ahora mientras me follas o cuando acabes de follarme?.- Se burló el comandante, haciendo que el capitán perdiese los nervios y le diese una enorme bofetada en la cara, haciendo que la girase.

Ambos aún seguían excitados. El miembro del rubio seguía introducido en la entrada del pelinegro. El primero, en ningún momento dejó de dar pequeños movimientos, ya que sabía que el que estaba encima suya seguía igual que él.

-Si me vas a matar, prefiero que me mates cuando al menos yo llegue al orgasmo. Es una buena forma de morir con mi polla metida en tu culo.- Siguió provocando, haciendo que Levi le pechase en esta ocasión un puñetazo detrás de otro, marcando su cara.

Levantó la navaja en el aire, sobre el corazón de Erwin, preparado para bajarla rápidamente y atravesar su corazón. Pero no pudo, dejándose caer sobre el pecho del mayor mientras que con la otra mano se estiraba del pelo, saturado, confuso. Había perdido el control de sí mismo y de la situación.

Miró al rubio, el cual tenía el labio sangrando junto con la nariz, y un moratón comenzaba a salir por debajo de su ojo. Su expresión no reflejaba nada. Absolutamente nada, cosa que hizo que Levi se frustrase aun más.

Volvió a acercar la navaja al cuello de Erwin gritando para rajarlo.

Pero no pudo.

Gritó más fuerte aun, mentalizándose de su cometido, diciéndose que era su misión, que por eso había esperado tanto tiempo. Acercó nuevamente la navaja al cuello del mayor, mientras ambos se miraban intensamente.

Tampoco pudo desgarrar el cuello del comandante Erwin.

Simplemente no podía.

Abandonó las pocas fuerzas que le quedaba volviendo a tumbarse sobre él, dejando escapar unas lágrimas de rabia mientras dejaba un par de golpes en su pecho.

-Te odio, joder.- Confesó Levi, sin mirarle a los ojos, ya que estaba apoyado en su pecho.