Amor en el Titanic

Capítulo 6: Anakin y Obi-Wan, Padmé y Satine

Narrador Fernanda:

Al llegar a mi cuarto, me quité mis zapatos y me arrojé a la cama para llorar; yo amo a Stefano, a pesar de haberlo conocido sólo hace unos días.....no sé cómo se dieron las cosas, pero sólo sé, que mi vida ya no sería la misma si él no está presente en ella, pero me invade el miedo cada vez que recuerdo lo que pasó en mi casa, hace seis años. Es peor que el frío aquí en el Atlántico, lo peor, es que no me permite ser feliz con la persona que yo quiera, porque me da miedo a decepcionarlo o a cometer una barbaridad en frente de él y me haga perderlo todavía más; no quiero lastimarlo y mucho menos, que si le cuento lo que me pasó me va a despreciar y al mismo tiempo, va a querer matar a Rush Clovis en frente de Padmé y Satine y no quiero que piensen que fui yo quién se lo pidió.

Fernanda: - Será mejor, que ni Stefano ni yo....estemos juntos - dije entre sollozos - aunque se me parta el corazón por eso - me dije llorando de dolor, después de eso, me preparé un baño de agua caliente y me recosté sobre la tina un muy buen rato, pensando en el beso que me dio....fue hermoso de verdad, nunca pensé que volvería a enamorarme, por segunda ocasión y mucho menos, de alguien que me aceptara tal cual y como soy....lo que siempre me había imaginado que sería sentir el amor de alguien, se acaba de materializar en un hombre....llamado Stefano, quién resultó ser también de tercera clase - ay, Stefano, ¿qué me hiciste? - puse mis dedos en mis labios, recordando la sensación de su boca en la mía; pero de la misma manera, quería imaginarme la forma en que sus manos se sentirían tocando lugares inimaginables, sin embargo, ahora no quiero pensar en lo que sucedería después, por lo que cuando se enfrió el agua, me salí del baño y me sequé para después acostarme y descansar para enfrentarme a un nuevo día. El nuevo día, llegó más rápido de lo que pensé, pero al ver la hora ya se había pasado mediodía, cuando alguien tocó a mi puerta - ¿quién? - pregunté con sueño.

Anakin: - Fer, ¿podemos pasar? - llamaron mis amigos de tercera clase, a lo que reí con simpatía y me puse mi bata para recibirlos.

Fernanda: - ¿Qué clase de pregunta es esa, Anakin? Claro que pueden pasar - dije sonriendo, como si nada de lo que pasó ayer, me hubiera afectado - ¿pasó algo de lo que me debo enterar? - dije después de ponerme mi vestido.

Obi-Wan: - Pues, digamos que nos pasó algo a todos - confirmó cuando me senté en mi silla delante de mi cama.

Fernanda: - ¿De qué hablas? - pero me espanté al ver la hora, porque tenía que estar en media hora en el restaurante, para hacer la ceremonia que iba a hacer el capitán - Lamento si los apuro muchachos, pero tengo que estar en media hora en el restaurante....así es que directo al grano, si no les molesta, por favor.

Anakin: - De acuerdo, pues es algo demasiado difícil de explicar...a..anoche, creo que los tres comenzamos a sentir algo nuevo por ya sabemos quién - eso me detuvo en seco, sabiendo perfectamente a lo que querían llegar, pero dejé que hablaran primero - no quiero hablar por todos, pero sí quiero admitir que es muy posible que yo.....me estoy enamorando de Padmé - confesó tímido, pero de alguna manera, lo comprendía....aunque el caso de él, es muy diferente del mío, Padmé está comprometida con alguien realmente nefasto y en mi caso, Stefano es un hombre libre y yo también, pero yo tengo la pesadumbre de un pasado muy triste.

Obi-Wan: - Y....yo, también debo decir que también estoy, empezando a sentir amor por Satine - dijo muy nervioso, pero no se notó en su voz sino en sus ojos - la verdad, es que durante estos dos días, no he podido sacármela de la cabeza, ni por un sólo instante; es como si un ángel me hubiera echado una flecha de su rostro y ahora, jamás me la podré quitar ni aunque me muriera.

Fernanda: - Obi-Wan, no me hables de muerte por favor - dije tratando de simpatizar la conversación - ninguno de nosotros tenemos la autoridad de decidir, cuando morir ni cuando no - dije terminando de ponerme mis alhajas.