Amor en el Titanic

Capítulo 5: La fiesta en tercera clase

Narrador XX:

Al entrar en el comedor, del restaurante, todos se pusieron a la mesa y la cena comenzó con los aperitivos y la servida del vino.

Obi-Wan: - ¿Señora? - le llamó a Dalia en voz baja, aterrado de ver tantos cubiertos - ¿Por qué tantos cubiertos? - la señora Dalia, rió un poco ante su nerviosismo.

Dalia: - Descuida hijo, sólo empieza desde afuera para adentro, todo saldrá bien - él, sólo se encogió de hombros, hasta que empezaron a servir la comida de la cena y sin que nadie la viera, Fernanda, les iba mostrando qué cubiertos sacar entre comidas.

Jobal: - Dígame, señor Skywalker - le llamó retando a ambos hombres, para ver si los podían destruir ante todos - ¿dónde viven ustedes exactamente? - preguntó cínicamente. 

Anakin: - Pues....nuestra dirección actual, es el RMS Titanic hasta llegar a Nueva York y después de ahí, estaremos en las manos de Dios para seguir con nuestro rumbo - dijo sin importarle los intentos de humillación de Jobal. 

Jobal: - Y ¿cómo es que consiguieron entrar al viaje, entonces? - preguntó algo sorprendida, pero logró mantener disfrazada su emoción. 

Obi-Wan: - Verá, Anakin y yo, nos la pasamos sobreviviendo de lo que apostamos en juegos de azar; pero de igual manera, vamos de lugar en lugar para ganar dinero honestamente, pero obtuvimos nuestros pasajes del Titanic, jugando en un juego de póker - Fernanda y los dos, sonrieron un poco al recordar el majestuoso juego - fue una mano con mucha suerte - Satine y Padmé, sonrieron con el vino en la boca, incrédulas de lo suertudas que son, a que ellos consiguieran sus boletos justo a tiempo; todos los que estaban ahí, incluyendo a los creadores del Titanic, estaban impresionados. 

Sr. Vilaus: - La vida es un juego de azar, siempre - dijo seguro, uno de los comensales que estaba sentado con ellos. 

Pre-Vizla: - No....yo creo que cada quien crea su propia suerte, ¿verdad Kenobi? - preguntó para burlarse de los dos, pero ninguno lo escuchó.

Obi-Wan: - Sí...claro - dijo dándole el avión. 

Jobal: - Y ¿les parece a ustedes bien, tener esa clase de vida despectiva? - dijo tratando de encontrar un punto débil en alguno, pero por más que quisiera, no había forma de romper el espíritu animado de ambos caballeros de tercera clase. 

Anakin: - Sí...así es, madame - dijo reconociendo que sí era feliz - tenemos todo lo que necesitamos en la vida, aire en los pulmones, a nosotros como familia y un deseo insaciable de saber ¿qué vendrá el día de mañana? 

Obi-Wan: - A mí en lo personal, me gusta el hecho de no saber qué pasará mañana, ni a quién podré conocer....pues henos aquí, ayer dormíamos debajo del puente de Southampton y hoy, nos encontramos en el barco más grande del mundo y tomando champaña con ustedes, personas de fina clase - la mayoría rió, excepto Jobal, Vizla y Clovis, ya que ninguno se encontraba impresionado, sino ansiosos por deshacerse de ambos. 

Fernanda: - Sobre todo, damas y caballeros, deben saber que aquí ambos caballeros, tienen muchas habilidades; por ejemplo, el señor Skywalker es un experto en ingeniería de barcos, ya que me ha ayudado a estudiar de los libros que tengo en mi casa - Anakin, se puso algo rojo por la pena, pero dejó impresionado al señor Ismay y al señor Andrews - tal vez, no caería mal una plática entre ustedes tres, señor Ismay, ¿no lo cree? 

Señor Andrews: - No, en absoluto - dijo impresionado. 

Fernanda: - El señor Andrews - le habló en voz baja a Anakin - es el maestro arquitecto del Titanic, creo que tendrás una buena conversación con él - Anakin, se quedó impresionado y asintió con la cabeza - y aquí, el señor Kenobi, es un gran maestro de la oratoria y tiene un buen toque al hacer negocios; además de ayudar a mi hermano, en el taller de coches de mi padre... - dijo tomando su copa de champaña - ha cerrado muy buenos tratos conmigo, en los últimos tres años, con clientes de gran nivel - dijo sonriente, haciendo que Obi-Wan también se pusiera rojo de la pena, pero sonriendo a la vez; pero al mismo tiempo, hacía que se encogieran más Pre-Vizla y Rush Clovis, así se pasó el tiempo de volada, hasta que ya eran cerca de las nueve y Anakin y Obi-Wan, se tenían que ir a la fiesta de verdad.