Pánico y Caos

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-Por favor, no otra vez...

Tony Stark, genio, millonario, playboy, filántropo y Iron Man apresuró el paso, alejándose de la gran fortaleza de Valaskiaf tan rápido como sus débiles y temblorosas piernas le permitían, en serio, parecian hechas de gelatina en vez de hueso y músculo, una digna imitación de Bambi. El pánico inundaba su mente, destrozando cada pensamiento remotamente inteligente,por ejemplo: no era sensato vagar solo por una ciudad extraterrestre que ni siquiera conocía bien, no llevaba un mapa, sólo tenia a su usual y encantadora-sarcástica personalidad. En ese instante no podía importarle menos la posibilidad de perdarse, no mientras todas y cada una de las neuronas en su cerebro gritaban "Necesito mi traje, necesito...traje"

De alguna forma llegó a un gran jardín, necesitaba esconderse, debía alejarse de todo. Sus rodillas dejaron de responder y cayó al suelo, luchando para que sus pulmones aceptaran una bocanada de aire, rogándole a su mente que se alejara de ese portal, del frío, la falta de oxígeno y el ejército alien, regresando a atormentarlo de nuevo.

-¿Hombre de Metal?

La voz que lo preguntó era conocida, incluso odiada y sólo lo empujaba más hacia el abismo.

-Respira, Stark

Sintió unos brazos rodear su pecho, sabia que era Loki quien lo abrazaba y eso debería empeorar el pánico, pero no, esas manos alejaban al vacío, desapareciendo la sensación de caer sin paracaídas, sin traje o Jarvis, oscuridad como su única compañera.

-Todo está bien, no tienes necesidad del traje-Murmuraba el Dios del Caos, abrazándolo como si se tratara de un niño, la pálida mano que acariciaba su cabello lo acercaba más al pecho cubierto de metal y cuero-Nadie puede lastimarte, no mientras estés conmigo.

¿Ese era el mismo hombre que lo aventó de su propia ventana? La voz era la misma y a la vez tan diferente.

-Rodolfo, vaya recibimiento, si sigues así tal vez comience a sospechar que te agrado.

-Cállate Stark. ¿Preferirías si te aviento de una ventana?- Dijo, un toque de diversión inofensiva en su voz- Creí que no lo disfrutaste la última vez ¿O acaso estoy equivocado?

Tal vez debería, no sé, alejarse del hombre culpable de la batalla y posterior destrucción de Nueva York y en definitiva algo estaba mal con él porque lo único que deseaba era prolongar ese momento de paz lo más posible. Al parecer el Dios del Caos y el Mercader de la Muerte tenían mucho en común.

-¿Y que hace aqui el hombre más buscado de los nueve reinos? Si la memoria no me falla tu juicio es en unas horas ¿Interrumpo un gran escape?

-Mm ahora tendré que matarte-Loki soltó al inventor, permitiendo que lo viera por primera vez, pudo apreciar la forma en que sus pómulos sobresalían y las numerosas cicatrices marcando su pálida piel-El Padre de Todo me quitó mi magia. Como bien dices, en todos los reinos hay un precio por mi cabeza y es una parte de mi anatomía que preferiria conservar.

Permanecieron en silencio por unos momentos más, la compañía del otro un verdadero bálsamo para Tony. Y ¿No era eso irónico? En esos minutos se había sentido mejor que en el último mes. Carecía de sentido, nada más ayudaba.

-¡Aléjate del mortal, lengua de plata!

Un guardia asgardiano parecido a Thor (cabello dorado y musculoso) empujó a Loki al suelo, esposando las manos del dios detrás de su espalda, en un ángulo que no podía ser cómodo.

-El Padre de Todo te prohibió lastimar a otro frágil mortal, espera a ver lo que tiene preparado para ti-Dijo el guardia, forzando al otro a levantarse.

-Am, disculpe, el "frágil mortal" puede escucharlos- Intervino Tony levantándose para quedar al mismo nivel de los demás -Mi amigo, el reno no estaba molestándome y puedo defenderme yo solito, aunque eso tal vez no lo sepas.

-Aun así debo llevarlo a su juicio, se acerca la hora.

-Nos volveremos a ver, Hombre de Metal-Loki sonreía mientras se alejaba

-¿Es una promesa?

El hechicero no respondió dejando que el hechicero lo guiara y diablos, Loki se las arreglaba para lucir orgulloso y arrogante aun mientras lo arrastraban ante Odin, el papi de todo. Si se tratara de Tony en su lugar, estaría al borde de la locura, riendo por los nervios o emborrachándose hasta ver doble.

Comenzó el tedioso camino de regreso al castillo, luchando la tentación de tomar una muestra de cada planta y cada sustancia. Y por más que lo intentara no lograba alejar a Loki de sus pensamientos...

Luz de Sol y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora