Un Suspiro de distancia

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No tenía las palabras para describir qué lo impulsó a quedarse junto al loco extraterrestre quien literalmente lo mandó a volar desde su propia ventana, tal vez era su tendencia a las relaciones auto-destructivas y sin ningún futuro, desde que Pepper lo dejó no había estado con nadie y eso era mucho tiempo para un playboy como él .

Además de que Loki lo estaba mirando con tal intensidad...

-Tal vez deberíamos ir a un  lugar mas privado...-Murmuró el dios, sus intenciones claras por la forma lasciva en que lamió sus labios, su mirada fija en el ingeniero.

-Sí.

Siguió a Loki por los dorados pasillos de la fortaleza, si estuviera solo, seguramente ya se habría perdido en medio de ese laberinto de pasillos y amplios salones, cada uno igual al anterior. Después de lo que pareció una eternidad llegaron a un cuarto donde todo era una mezcla de color verde y negro en absoluto contraste con  el dorado metálico que parecía predominar en el lugar. Incluso para Tony la estancia parecía excesiva, demostrando una vez más que Loki era una persona de extremos.

Libros se apilaban hasta el techo en cada centímetro de pared disponible con otros artefactos que de buen gusto estudiaría en su laboratorio al regresar a casa. Y claro, una cama más grande que la suya en medio del cuarto, con excesivas almohadas y una colcha verde con intrincados bordados en hilo dorado.

De repente Loki estaba muy cerca, sus frentes unidas, labios casi rozándose. Sentía su aliento cálido sobre su piel al igual que esa tensión que siempre conllevaba la cercanía. Suspiró, su mano moviéndose por instinto a acariciar el cabello negro ; nunca lo admitiría a nadie, mucho menos a Loki pero su cabello le había provocado tentación desde la primera vez que lo vio al hackear a Shield. 

Tony se acercó,  uniendo sus labios en un beso que pronto se convirtió en una batalla por dominar al otro, dientes mordiendo labios, manos acariciando cada milímetro de piel accesible.

-Anthony...

Le tomó un segundo darse cuenta que el dios del Caos intentaba quitarle su camisa, perdiendo la batalla con los pequeños botones. 

-¿Es en serio? ¿Puedes conquistar un planeta, pero no puedes desabrochar una camisa?

-Como dicen, la práctica hace al maestro-Murmuró el otro, aventando la prenda lejos-Además,  aprendo rápido. 

-Si, ya me di cuenta...

-Me encantaría ver al "genio" de la Tierra demostrar su habilidad.

Rayos, él solito se había metido en la trampa, la armadura parecía no tener botones, cierres o velcro, nada, ninguna forma obvia de abrirlo o desarmarlo. Por los dioses del Olimpo, cavó su propia tumba.

-Sin sonar ofensivo, pero no hay forma de quitarte eso sin desarmarlo-Confesó Tony admitiendo la derrota- Aunque yo también estoy dispuesto a aprender.

-Vaya, mortal. No suenas tan seguro ahora.

Loki guió sus manos hasta el flanco izquierdo de la armadura, donde se ocultaba una cruza rara entre cierre y velcro, de lo más extraño (y eso lo decía uno de los hombres más ingeniosos del mundo). Tony se apresuró a desabrocharlo, el deseo nublaba su mente como antes lo había hecho el miedo. Removió la tela-metal, dejando el pálido pecho al descubierto, revelando los sutiles y flexibles músculos que parecían hechos de porcelana. Su cuerpo le recordaba a un felino,  elegante y lleno de gracia.

Tony deslizo sus manos en el pálido abdomen del otro y luego su espalda, disfrutando la suavidad y el frío de la piel, algo que en Loki parecía ser normal. ¿Era raro confiar en el dios de las mentiras y entregarse por completo al deseo que los consumía a ambos? Para Tony la respuesta era fácil, si algo se sentía tan bien no podía ser malo, como la forma en que esos delgados labios besaban y mordían su cuello y esas manos hacían arder de una forma agradable cada parte de su cuerpo con el mas mínimo contacto... Si eso estaba mal, no le importaba ni un poquito, pero...

-¿Esto no cambia nada verdad?-Preguntó Tony movido por su estúpido cerebro que se negaba a apagarse.

-No, mañana yo seré un esclavo y tu seguirás siendo mi enemigo.

-¿Y estás de acuerdo con eso?

-Stark-Gruñó Loki, empujándolo sobre la cama y sentándose encima de sus piernas-¿De verdad crees que este es el momento?¿Nunca te han dicho que hablas demasiado?

-Nueve de cada diez...

Loki lo calló besándolo apasionadamente, lo cual fue, cabe mencionar, bastante efectivo. Tal vez fuera la única forma de lograr que Tony Stark dejara de hablar sin aventarlo por una ventana o su equivalente asgardiano.

Su cerebro accedió a un cese de hostilidades cuando las manos del dios rozaron el borde de sus jeans, antes de desabotonarlos y en un movimiento rápido bajarlos hasta sus tobillos para luego tirarlos del colchón,  no era justo,  a Tony ya solo le quedaban puestos sus boxers rojos (en algún punto del camino hacia la cama debió quitarse los tenis y calcetines) había que corregir la situación y pronto. 

El otro, como si le hubiera leído la mente se agachó para deshacerse de las pesadas botas negras y lento, demasiado lento para el gusto de Tony se quitó los pantalones, el cuero revelando la piel pálida, huesos de la cadera marcados y unas largas piernas. Le tomó un instante notar que Loki no llevaba ropa interior, su miembro ligeramente rosado y erecto. Tony se lamió los labios de manera inconsciente,  el dios era tentación  pura.

Loki, con una sonrisa auténtica se recostó encima de el, haciendo que sus entrepiernas se rozaran,deliciosa fricción  provocando gemidos de ambos, pálidas manos tocaban su pecho y piernas, era demasiado y al mismo tiempo no era suficiente. Esas malvadas manos le quitaron los boxers, antes de tocarlo justo donde quería. Como si fuera un  reflejo Tony comenzó a acariciar la entrepierna del otro, disfrutando cada instante de contacto, deseando recordar cada segundo.

Todo quedo reducido al movimiento de manos y caderas, besos y mordidas en el caso de Loki (en serio, el dios tenía algo con morder cuello y orejas, al día siguiente Tony tendría que usar una bufanda) tal vez fueron solo unos minutos, o varias horas de apasionados toques y caricias, cuando al mismo tiempo, con la fuerza de una estrella en nacimiento, los dos amantes llegaron al orgasmo.

Despues de unos minutos Loki se levantó y regreso con una toalla húmeda para limpiarse a si mismo y a su compañero. Los dos habían pasado tanto tiempo solos, tanto tiempo dudando de si mismos que no deseaban pasar la noche en cuartos separados.

Tony estaba exhausto y se rodó a su costado para intentar dormir.Loki se acostó atras de el, abrazándolo ¿Estilo cucharita? 

-Woa, espera. Tony Stark NUNCA es la "cuchara pequeña"

-Ahora lo es-Murmuró Loki, su voz amortiguada por la almohada.

-Pero yo...

-Ya duérmete Anthony.

Y por primera vez en su vida, Tony Stark decidió obedecer. 

Luz de Sol y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora