No te vayas...

921 98 8
                                    

El juicio al principio era, ¿Cómo describirlo sin resultar ofensivo? ABURRIDO, 500% aburrido. 

Realeza de los nueve reinos se presentaba ante Odin, quien cabe mencionar lucía casi tan aburrido como él. Y se decían  toda clase de nombres raros e impronunciables que Tony jamás esperaba lograr recordar, y no por falta de capacidad. Pero ya se sentía confundido con los tres chiflados y su acompañante femenina que lucía lista para matarlo a la menor provocación. Y siendo honestos, él prefería llamar a la gente por apodos ingeniosos que resultaban imposibles de olvidar. Hela, Frigga, Sif, Hogun y Fandral, ¿O era Randall? Recordar los nombres era literalmente una tarea de otro mundo. 

Su mente no estaba hecha para tolerar el aburrimiento, un Tony Stark aburrido era un verdadero peligro para sí mismo y el resto de la especie humana.El problema;  Thor le prohibió llevar su traje de Iron Man o cualquier forma de tecnología terrestre.Eso se traducía a cero Jarvis, cero Iron Man y cero distracciones.

Se sentía perdido en medio de una feria medieval o una pésima adaptación de Shakespeare y detestaba sentirse así. Estaba consciente de que desencajaba como un frijol en un saco de arroz, con sus jeans deslavados, camisa negra, saco digno de una alfombra roja,  tenis tipo converse y barba de candado. Aparte claro está del factor estatura y complexión.

¿En serio todos en Asgard eran más altos que el?

Su modus operandi usual era compensar la estatura con bromas pesadas y más de su usual sarcasmo, solo había un gran inconveniente, nadie en el reino dorado sobre el arcoiris parecía dispuesto a confraternizar con el pobre y primitivo humano.

El día resultaba casi rutinario y tal vez así fuera, quizás no se consideraba como un día común y corriente a menos que juzgarán al hijo adoptivo del rey por una amplia gama de crimenes.

Entonces llegó Loki, el hombre del momento. Con su armadura de metal y cuero,igual a la que usaba el día de la invasión menos los cuernos de reno, claro.

Lo primero que le llamo la atención al genio y auto-proclamado playboy fueron los pesados grilletes metálicos rodeando las muñecas, muslos y cuello del dios, con cadenas tintineando a cada paso, tipo el fantasma en Canción de Navidad. Loki era guiado como vil perro por uno de los guardias, quien llevaba una de las cadenas en su mano. Y aún así el muy maldito se las arreglaba para lucir orgulloso, con esa pálida piel, cabello negro como de anochecer y ojos de esmeralda. Espera, ¿Metáforas? ¿Que demonios? Tony Stark NO hacía metáforas. 

El acusado avanzó hacia el trono con una seguridad envidiable, ignorando a los demás presentes.

-Loki Laufeyson-Dijo Odin, su voz potente como un trueno-Tus crímenes contra Midgard y los demás reinos  son numerosos y perversos en naturaleza. La única razón de que sigas con vida es por la bondad de la reina y después de este día no volverás a verla.

-Sólo dime mi condena, ahorremos los sucios detalles ¿Quieres? No es que me desagraden nuestras pequeñas charlas. No, si me desagradan-Respondió el dios del Caos, demostrando una vez más porque se le conocía como "lengua de plata"-No soy tu hijo, me agrada verte admitirlo.

Hubo un murmullo indignado entre los presentes. Tony aprovechó la distracción para adelantarse en el gran salón,  esperando no hacer algo ilegal o tabú en la cultura de un mundo tan bélico. 

-Disculpe, Padre de Todo-Yaaaaaai, logró decirlo sin una pizca de sarcasmo-Me gustaría hacerle una pregunta al acusado.

-Adelante, Hombre de Metal.

Loki se volteó para verlo con esos ojos que hasta ese momento sólo habían reflejado enojo o arrogancia, ahora había algo más, algo que Tony no podía ni quería nombrar. Y si, este mortal se atrevía a interrogar a los dioses,  aunque quizás eso no hablara muy bien de su sentido de preservación o falta del mismo.

-¿Te arrepientes de algo?-Era una pregunta simple, una que le carcomía la mente al millonario.

-Tal vez debí aceptar ese trago...

Tony no pudo evitar sonreír como un gato de cheshire. Sí, estaba enojado por las vidas inocentes que se perdieron en Nueva York, por las pesadillas y ataques de pánico. Pero había un pequeño-diminuto detalle; A Industrias Stark se le podían atribuir más muertes que a la invasión extraterrestre.La voz de Odin llevó de vuelta al presente.

-El concejo acordó perdonar tu vida...

-Vaya, gracias, no se hubieran molestado-Resopló Loki.

-Por tus crímenes serás condenado a una vida de esclavitud. Pasaras tus días sirviendo en Asgard y en las tardes y noches trabajaras en Midgard con el Hombre de Metal para proteger y compensar al pueblo que deseabas destruir con tu guerra-Continuó Odin, Tony quería reclamar pero al parecer su turno de hablar ya había pasado- Perderás tu magia y cualquier intento de escape provocará tu ejecución. El concejo te ha otorgado una última noche como hombre libre.

El Super-Papi-de-Todo golpeó su lanza contra el suelo.

-Está hecho, tu castigo comenzará mañana, Laufeyson.

Los guardias se ocuparon de quitarle las cadenas y grilletes, una tarea más complicada que armar un cubo rubik con los ojos cerrados. Tony se acercó, movido por su curiosidad. Si, si ya sabía eso de que la curiosidad mató al gato, pero el se consideraba demasiado terco para morir.

-¿Que harás con tu noche libre, mi amigo el reno?

-Se me ocurren varias ideas...

Los demás comenzaron a salir con la discreción de una estampida.

-¿Algo en especifico?

El humano estaba consciente de que jugaba con fuego, pero había un algo inexplicable atrayéndolo al dios y bueno, cualquiera en la Tierra sabía que Tony Stark no era famoso por resistir la tentación.

-No te vayas-Respondió Loki rompiendo el silencio-Quédate conmigo...

Luz de Sol y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora