Los Anti-Vengadores

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Vivir con los vengadores al parecer era mucho más complicado y dramático de lo que Tony jamás hubiera imaginado, con dos espías,  un soldado, un dios de las mentiras y una diosa de la muerte que aparecía cuando menos la esperaban. En los últimos dos días había descubierto que Hela y Natasha tenían una amistosa rivalidad, Clint y Loki no tardaron ni media hora en comenzar un juego estilo gato-ratón con bromas y maldades inofensivas.

Dichas bromas abarcaban desde mover de lugar el café favorito del semidiós hasta cambiar todas las flechas del arquero por gomitas de lombriz y alpiste,  aunque las sospechas de ésa última apuntaban más bien a Hela.

Había logrado contar veinte peleas, quince sesiones de entrenamiento, trece amenazas de muerte, dos misiones y cinco visitas de Gelatinas.

Los labios de Loki estaban sanando bien y aun no tenían noticias de Asgard. El dios se mostraba más seguro y Tony no podía evitar sonreír cada vez que lo veía hacer alguna diablura, siempre y cuando él no fuera el blanco de sus pesadas bromas.

Era sorprendente lo rápido que se pasaba el tiempo al convivir con los héroes más poderosos del mundo. Aun más le sorprendían las marcadas diferencias entre la mayoría de ellos y sus múltiples similitudes. ¿Quién diría que a todos les gustaba desordenar la sala sólo para ver a Steve quejarse después? Amaban el café, hacer llamadas de broma al director Fury y las noches de películas con mucha, demasiada comida chatarra.

Aunque no todo era bueno...

Hela, de acuerdo con la evidencia reciente, tenía una tendencia a aparecer en los peores momentos. Literalmente aparecer sin aviso alguno.

El primer incidente sucedió cuando Tony se estaba bañando esa mañana, lo cual en sí era un suceso bastante inusual. El problema, no se bañaba solo, cierto dios de ojos verdes y piel pálida estaba con él. 

El segundo fue durante unos de los raros momentos a solas que compartían él y Loki en la tarde cuando los demás Vengadores salían a patrullar la ciudad, momentos merecedores de un rating B,  ambos estaban demasiado ocupados acariciando sus cuerpos y entonces... Hela apareció parloteando sobre su hermano Slepnir quien visitó Helheim y mandaba saludos para su madre. ¿Madre? 

-Espera, ¿Slepnir el caballo?-Preguntó Tony, cubriendo su cuerpo desnudo con una sábana intentando recordar algo de mitología nordica. 

-No, Slepnir la marmota- Respondió ella, fastidiada y eso que aún no la llamaba Gelatinas, aunque después de semejante interrupción se lo merecía.-Claro que el caballo.

-Tu hermano es un caballo...¿Cómo es eso posible?

Una mirada asesina de Loki los calló a ambos mucho más rápido que cualquier amenaza.

-Padre, necesito hablar contigo sobre un motivo urgente.

-Cualquier tema que desees hablar conmigo puede discutirse enfrente de Anthony.

Por un momento Hela lució insegura, como si sus palabras fueran a matar al humano o a destruir el mundo.

-Vamos, Gelatinas ¿Que puede ser tan serio? 

-Tu vida corre peligro, he sentido tu muerte cercana, no puedo revelar mucho, sólo se que sera a manos de una mujer con armadura y magia.

Ahora, esa era una noticia inesperada. Le encantaría quedarse a discutir pelos y señales pero sonó su teléfono con el tema designado a Natasha,  "Witzy-Witzy Araña ".  

-Mini Espia- Dijo contestando la llamada.

-No tengo tiempo para esto, Stark-Susurró con la respiración agitada- Estamos siendo atacados por los Anti-Vengadores abajo de la torre Stark, necesitamos tu ayuda.

Se cortó la llamada, en realidad no había mucha elección  pensó Tony mientras salía del cuarto hacia la plataforma, su mente preparándose para la batalla.

-Jarvis ensambla el traje.

-Anthony, no lo hagas-Imploró Loki siguiéndolo mientras el traje se armaba alrededor del genio.- No tienes porqué ir, alguien más puede salvar al mundo. 

-Lo siento, Loki-Respondió mientras la pieza facial tomaba su lugar- Yo soy Iron Man.

Encendió los propulsores , antes de comenzar a descender rodeando la torre, trazando complicados espirales porque Tony Stark siempre disfrutaba hacer una entrada epica.

-Señor, tiene una llamada del señor Loki- Anunció Jarvis con su acento británico. 

-Ese terco... Dile que estoy ocupado.

-Ya lo hice y el señor Loki insiste. 

-Vale, pásamelo. 

Hubo un instante de silencio mientras sólo se escuchó la respiración del dios.

-Stark, si te mueres te revivire y luego te matare lenta y dolorosamente con mis propias manos.

-Bien, es una cita- Respondió con una sonrisa a pesar de estar volando directo al peligro.

-Te amo.

-Y yo a ti, Rodolfo.

Terminó la llamada con un nudo en la garganta...

Abajo alcanzaba a distinguir a Natasha peleando cuerpo a cuerpo con una mujer de su misma estatura y traje negro con detalles rojos, ambas se movían con la agilidad de un felino y la pelea parecía bastante pareja. No queria ni imaginar lo que sería provocar la ira de ambas. A sólo unos metros Clint esquivaba balas y respondía flechas en todas las direcciones posibles.

Comenzó a buscar a Steve cuando una esfera morada y brillante lo golpeó en el pecho, al instante comenzaron a sonar multiples alarmas y el reactor se apagó.  Diablos. Nunca llegaria a tiempo al repuesto.

-Jarvis...

No hubo respuesta. 

-¿Qué es el poderoso Tony Stark cuando le quitas la energía a su traje?-Preguntó Anderson, volando en su traje cerca de él,  lo suficiente para que la escuchara.-Estas solo, Tony y pronto estarás muerto.

Abrió el casco para ver qué caía,  el suelo parecía demasiado cercano. Su oponente había volado lejos, sólo podía esperar que la caída no lo matara.Debía ser un récord de alguna clase, caer tres veces cerca del mismo edificio, pensó. Tal vez Gelatinas tenía razón.  Alcanzó a ver un destello verde antes de perder la conciencia, recuerdos de los chitauri y la batalla de Nueva York plagaron su mente...

Luz de Sol y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora