No es Real, pero es Nuestro.

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Pepper se quedó en silencio por unos momentos, como si intentara decidir qué pensar. Tony por su parte estaba un poco impaciente, nunca fue el tipo de persona capaz de esperar en un silencio tan tenso como ése. Y con Loki a su lado, digamos que prefería hacer otras cosas en vez de desperdiciar su valioso tiempo juntos.

-No quiero ser aguafiestas, pero ¿De verdad pensaste en lo que estas haciendo?-Preguntó la rubia, mirándolo como si fuera su madre después de encontrarlo escabullendo a una chica a su cuarto-Es un asesino, un monstruo...

Loki apartó la mirada y se alejó a una esquina del taller, escondiéndose entre las sombras. Tony sintió de nuevo ese impulso de proteger al dios, incluso de las palabras de su amiga.

-No lo llames así. 

-¿Cómo debería llamarlo?¿Cuernitos?

-Si él es un monstruo, ¿Eso en qué me convierte a mi?

No era la mejor de las decisiones confrontar a Pepper,en especial cuando la culpa lo hacía defender a Loki y su propio deseo de probar que las personas sí cambiaban, que el ser marcado como un villano o un "mercader de la muerte" no era una situación permanente, que él podía dejar su pasado atrás...

-Tony...

-La mejor arma es la que sólo se debe disparar una vez.

-El ser un monstruo es algo que nunca he ocultado-Intervino Loki, demostrando de una vez por todas porqué era llamado lengua de plata- Anthony lo sabe mejor que nadie. Y si a él no le molesta salir con la persona responsable de la pelea de Nueva York , tampoco debería molestarle a usted,señorita Potts...

-Yo...

-No me interrumpa. Si quisiera hacerle daño a su amigo, ¿No cree que ya lo habría hecho?

Pepper asintió,  dejó una torre de folders y papeles en una de las mesas.

-Necesito que firmes ésos, Tony. Ojalá sepas que estás haciendo.

Su amiga-asistente se retiró sin mirar atrás, el sonido de sus tacones perdiéndose a la distancia. Bueno, eso pudo ser peor, mucho peor. Tony tenía un talento único para arruinar las cosas, con máquinas y programas era excelente pero entender a los seres humanos en general era demasiado complicado y Stark siempre gozaba de un buen desafío.

-¿Dónde estábamos? -Le preguntó al dios, con una sonrisa bastante sugerente.

-En que debes firmar esos papeles. Tal vez podría ayudarte-Había un brillo travieso en aquellos ojos verdes, un reto oculto que fascinaba al playboy-Recuerda que debo al menos fingir trabajar para ti, Heimdall podría estar mirando. 

-Dime que es una broma.

Loki lo ignoró, sentándose ante una de las mesas con la mitad del papeleo. Ahora que sus planes para la noche estaban oficialmente aurrinados sólo le quedaba aceptar la derrota y comenzar a firmar. Tony sirvió dos tazas de café antes de unirse,  sentándose con su propio montón de hojas del otro lado de la mesa. Así por lo menos podía ver la forma en que aquella intensa mirada verde paseaba por las hojas y esos delgados dedos movían con agilidad y elegancia una pluma e imitaban su firma a la perfección.  

¿Era normal que encontrara eso tan atractivo?

Era tan aburrido, pensó unas cuantas horas después mientras tamborileaba sus dedos contra la mesa. Ni siquiera se molestaba en leer los documentos, sabiendo que Pepper los había revisado antes. Comenzaba a ver ligeramente borroso cuando sintió un pie deslizarse por su pantorrilla. Levantó la mirada para ver a Loki concentrado en un contrato mientras tomama un sorbo de su cafe.

Volvió a concentrarse en su propia montaña de papeles que parecían multiplicarse cuando apartaba la mirada. Entonces regresó el pie, esta vez acariciando su entrepierna por debajo de la mesa y requería de hasta la última gota de su auto control para no empujar a Loki sobre la mesa y asegurarse de que el travieso dios encontrara incómodo sentarse al día siguiente.

-¿Pasa algo, Stark?-Preguntó Loki, la imagen de la inocencia.-Pareces distraído...

-Sólo... admiraba la vista.

-No volveré mañana, habrá un gran banquete y se requiere de mi presencia hasta la media noche.

-Cuidate, Cuernitos. 

Loki se acercó, afuera ya casi amanecía.  Les quedaban pocos minutos para despedirse. Tony lo acompañó a la azotea, sus manos entrelazadas. Se sentia tan natural para ambos... 

-Anthony...

-No te preocupes, Lokes. Te estaré esperando.

El dios se acercó para compartir un último beso antes de separarse y dirigir la mirada al cielo.

-Heimdall...

Una luz multicolor envolvió al  alto y delgado cuerpo. Unos segundos después ya no estaba. Tony se quedó ahí por un buen tiempo, mirando al cielo, debía considerar la propuesta de la tal Hela, si Loki estaba en peligro cada vez que estaba en Asgard... No, no debía pensar en eso. Loki era capaz de defenderse en caso de ser necesario ¿verdad?

Regresó a su taller, su patéticamente vacío taller y se enterró en su trabajo, ignorando el dolor en su estómago y cabeza, pero más importante,  escapando de la preocupación que no debería estar sintiendo.

Luz de Sol y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora