🍼Terminando 3° mes

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«Una arcada sonó antes que el liquido se dejara salir, el olor sólo siguió causando más las nauseas y el mundo le seguía dando vueltas. Para Manuel esto era lo que más odiaba y gracias a eso no podía disfrutar de las exquisitas comidas que le preparaba su esposo.
Cada vez que terminaba de vomitar imploraba no volver hacerlo en todo el día y más en días de trabajo.

—¿Mejor? –preguntó su jefa de oficina afuera del baño personal.

—Eso creo. –respondió.

Buscó el papel de baño con sus ojos miel, y al conseguirlo limpió su boca. Se acercó al lavabo y tomó agua para luego botarla repetidas veces, mientras intentaba quitar ese mal aliento; afuera se pudo oír una segunda voz, casi desesperada y cansada, en ese caso Manuel supo rápidamente que era Martín e hizo una sonrisa inconsciente.
Intentó parecer lo peor posible, casi siempre que esto sucedía el argentino hacia lo posible para irse a casa y dejar al chileno descansar en sus brazos o simplemente se mantenían cercanos en su oficina.

—¿Manuel? –golpeó la puerta, exactamente como se lo espera el ojos miel, Martín.
—¿A... Amor? –el nombrado se hizo el sufrido pero con una sonrisa maliciosa.
—¿Bebe, estás bien?
—Mas o menos. Tengo muchas náuseas.
—¿Queres estar en mi oficina? ¡Ya va hacer hora de colación!

Manuel abrió la puerta e hizo un puchero, intento ser lo más miserable posible. El ojos claro se le apretó el corazón de la preocupación y lo abrazo

Vieja❤ (mami):

Felicitaciones el periodo de nauseas y mareos esta finalizando, ¡ya no tendrás que soportar esos desgraciados vómitos!
12:37 AM

😭💞
Leído 13:12 PM

Y allí se encontraba Manuel, tendido en su cama matrimonial que compartían con Martín, hoy le tocaba una hora con su matrona; ya que, iba aclarar muchas dudas respecto a sus siguientes meses de embarazo, e incluso debe saber cuando su reposo.

Su rubio esposo estaba trabajando y tenía toda la casa para el solito. Ah, pero no había nada más que hacer que solo tuvo una opción y fue socializar con su ya feto en su barriguita.
Levantó su playera para dejar a la vista su pequeño vientre, gracioso y tierno a la vez, con su dedo índice presionó un poquito en donde se suponía que habitaba su bebe. Sentía que si aquel habitante llegara a patear lloraría allí mismo, sin embargo nada sucedía o simplemente el no podía sentirlo aún.
Después de varios cariños a su pancita y pequeñas palabras se dispuso a ver la hora, en media hora debía estar caminando hacía la clínica.

—Bien... Ropa de algodón dónde mierda estay. –preguntó para el mismo y se dispuso a buscar su ropa.

En ese gran espejo se podía ver la figura de Manuel y eso a él le atraía, ya que podía admirar mejor su cuerpo. Y en ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas notando como la poca cintura que tenía se agrandó. ¡Tanto que le costó tener esa pequeña cintura! Ser largo y delgado no era para nada fácil.

🍼🍼🍼🍼🍼🍼🍼

“Apenas llegue y ya estaban lloviendo vergazos” eso mismo pensó viendo a su matrona que después de saludar le extendió una hoja de título «Dieta». La miró confundido y tomó asiento, ella solo consiguió reír.

—Como ya vas a comenzar tu cuarto mes deberás tener una dieta, ¡tú bebe ya es un feto!

—De esa misma wea quería conversar. –tomó su silla y se acercó más a la mesa que los separaba.

—Fijate en tu hoja. Cómo te dije, tu "homúnculo" va por su próximo nivel más avanzado.

—¡Pero, Naty! ¿por qué no me dejai ser libre? Mi homúnculo me pide dulce.

—Cariño, debes controlar tu ansiedad, ¿o queri' parecerte a la Paty Maldonado?

—Puta, que paja. –miró de reojo a la ventana. Se sentía regañado tal como lo hacían sus profesores o su
madre.– ¿cuando empiezan mis meses de descanso?

—Prenatal. –le corrigió.

—Esa wea.

—A los 6 o 7 meses. Sé paciente.

Manuel casi comenzó a hacer un berrinche, se sentía muy cansado y ya habían pasado solo 3 meses. Suspiró intentando retirar todo lo malo que se acumuló y la miró fijamente analizando de Natalia, o de sobrenombre “Naty”.
No debía tener mas de 35 años, y lo más probable es que ocupe cremas hidratantes de piel. Su cabello pelinegro llegaba a sus hombros y tenía unos grandes y hermosos ojos café... Café caca para Martín. Era delgada y plana; podría jurar que se le notaban las costillas.

Se sacó sus lentes y también analizó de Manuel. Aunque, se atrevió más allá de analizar, es decir, criticar su físico: —Manu, ¿cuánto comes? Estas muy delgado.

—Intento no comer demasiado. –admitió serio por fuera y avergonzado por dentro

¿Hace falta explicar la discusión qué se creó? No ahora, por favor.

Nsjdkaka ioro, ¿les gustaría una maratón de capítulos seguidos?

Positivo [ArgChi] MPREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora