🍼 Empezando 4° mes

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Seco sus lágrimas creyendo que sería la última vez que lo haría, no podía creer que su esposo fuera tan intolerante algunas veces y que esta fuera la ocasión. Las discusiones eran algo inevitable en la vida de relaciones amorosas, y en esta ocasión Manuel junto a Martín no pudieron escapar; creando una lucha de palabras cayendo poco a poco en insultos.
Uno se fue con lágrimas en los ojos y otro tirado en la cama sin dejar de llorar.

El chileno ojos miel se hundió tanto en la oscuridad en esa oportunidad, que admitió el haber comenzado los insultos, él no tenía la culpa en ese caso. En una tan bella relación como la tenia con su esposo no era todo el tiempo rosa; eso lo deprimió más. Se dio cuenta que necesitaba mimos, no de cualquiera, unos especiales que solo Martín lograba dar.
Sollozo, intentando ser lo más silencioso posible, pero fue inevitable que un sonoro suspiro con una carga de sollozos rebotara en las cuatro paredes de la habitación.

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Martín tenía un rumbo sin destino, aveces Manuel necesitaba más paciencia de la que tenía, eso lo volvía agotador y se recopiló peor con su corto embarazo.
Ninguno de los dos se lo buscó y tampoco era la total culpa del estrés que forma el trabajo, fue inexplicable y tonto a su vez.

El guapo argentino se encaminó a la gran plaza que estaba inundada en personas pasando por este, al por fin encontrar una banca se sentó con pesadez. Intento admirar del lugar, pero los pensamientos no salían y las preguntas acerca de estos se volvía mayor.

Sus planes se salieron de las manos, quería un embarazo fuera de estas intensas discusiones, aunque de todas maneras fue inapelable que no se formaran.
Sus lágrimas cesaron como una cascada, Manuel no solía ser tan cruel y sacar cosas en cara, por lo tanto procuró parar sus lamentos constantemente con sus mangas, ¡los niños no eran de ayuda! Solo podían empeorar la situación por sus gritos alegres, ¿cuando lograría escuchar a su hijo de esa forma?

Después de unas buenas horas decidió volver a casa, el camino se hizo corto; por estar rezando para que Manuel se encuentre dormido, mientras que cada paso se volvía una nueva tortura de pensamientos, debatió varias veces si debía alquilar un hogar o mudarse de país y dejar que el tiempo solucionase el problema.

Entró a casa silenciosamente, encontrándose frente a frente a un Manuel que se lograba notar lo agitado que estaba por haber corrido hasta llegar a la mitad del pasillo, ambos estaban sorprendidos admirando los hinchados ojos que tenían y en silencio siguieron así intentando disculparse de forma mental. El ojos miel rompió ese momento llenando sus ojos de lágrimas, apretando sus manos y haciendo una imagen melancólica para Martín creando espinas en su corazón; apretujándose de dolor por busca de amor.
Inconscientemente se abrazaron  cayendo de rodillas al mismo tiempo, Manuel sollozando mientras se lamentaba repetidas veces a pequeños susurros involuntarios pero necesitados.

Sus discusiones no eran a largo plazo, básicamente se necesitaban uno al otro. De tantas guerras mentales entre ambos; los dos terminaban perdiendo de manera solitaria y desgraciada.
No se les podía olvidar que un bebé venia en camino y estas discusiones debían acabar ya.

Maratón 1/5

Positivo [ArgChi] MPREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora