👀 Conociendo el mundo

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La madre principiante palpeaba la espalda de Carlitos, sus noches no han sido buenas y sus ojeras eran tan claras que parecía fantasma de lo falta de sueño que estaba. Su esposo estaba trabajando y muy pronto llegaba con más pañales para su hijo. El lactante se quejó a base de un labio tiriton que algo ocurria y esforzaba a hacer.

—¿Qué pasa, bebe?

Manuel posicionó mejor a su hijo y esta vez palmeo por su pecho hasta su pancita, lentamente esperando a que la causa sea un eructo, pero nunca imaginó que sus ojitos se fueran abriendo tan lentamente, dejando al chileno aturdido de la sorpresa. Su cejas estaban fruncidas y sus bracitos se movían intentado hacer algo por abrir completamente los ojos.

—Oh, wn, oh, wn. —repetía Manuel mientras se quitaba la luz con su sombra.

Sus oídos se agudizaron al sentir la puerta abriéndose y unas bolsas moverse bruscamente al abrir la puerta. La primera sorpresa que se llevó Martín al entrar fueron los ojos tan grandes de Manuel y la segunda, hizo que sus bolsas se cayeran, corrió a ver a los ojos de su bebe, eran azulados, casi plomos, sin embargo, ambos sabían que eso significaba que sus ojos serían como los de su madre, un hermoso color miel.

—Wn, ponme un pañal, me hizo cagar de la sorpresa.

—¿Es broma, no?

—Es de verdad... —lo miró serio y luego rió.— es broma.

—Ah, ya.

Martín puso jabón en gel en sus manos y al momento que fue bien esparcido tomó a Carlitos, este rápidamente tomo un dedo de su padre y lo miró directamente a los ojos, con su ceño algo fruncido lo miró hasta que el sueño le ganó y llorara por su madre.

—Pasa pah acá, lo asustai.

Positivo [ArgChi] MPREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora