🍼Empezando 5° mes

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Aburrido Martín golpeaba su lápiz contra los papeles con una breve información de la empresa. Se encontraba en una reunión de una hora y media, y lo único que podía oír eran palabras y palabras de personas extranjeras con un intento de mejorar lo que sería de la empresa, sin embargo Martín sólo escuchaba estupideces por parte de los presentes.
Dio un suspiro con pesadez, y miró la hora en su reloj de muñequera, aún quedaban unos largos treinta minutos más; pero esto valía la pena, ya que podía irse antes de su trabajo y raptar a Manuel un rato en su hora de colación.

-...Y por esto debemos subir los impuestos almenos un 60%. -terminó de dar su respuesta un viejo anónimo.

-Si te llegas a dar cuenta, che. -subió la mirada seria el argentino.- Subir un 60% cuesta mucho a partir de un ciclo en que aún no logramos salir, y con todos los edificios que queres hacer; nos costará una buena inversión de dinero que podremos repartir en cosas como mejorar el rendimiento de los trabajadores, tales como nuevas oficina o un nuevo ambiente con mejores empleados. -debatió Martín.

-Exacto. ¿Qué tal si esos edificios son un fracaso? -habló un Paraguayo.

-Lo mejor que debemos hacer es mejorar el rendimiento en las oficinas y empresa. -compartió otro trabajador.

-Bien, creo que hemos finalizado veinticinco minutos antes. ¿Alguien qué quiera compartir algo más?

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Martín admiraba a Manuel con una gran cara de tonto enamorado, no podía amar más a su esposo mientras este se concentraba en su trabajo. Podía jurar que su órgano principal del sistema circulatorio se desprendía de su pecho y sus ojos tenían la misma forma que un corazón.

-Jefesito. –apareció Maria muy tímida.

Martín solo articuló una palabra que se escuchó casi similar a una queja y sus ojos observaron a la chica, era joven y nueva en el trabajo; su timidez lograba pensar eso. Ella acomodó su teñido cabello de un rubio claro, sus ojos cafés miraron con temor al mayor y notar que su vista estaba en ella se atemorizó más, creando un sonrojo innecesario para la conversación.

-¿Pasa algo, señorita? -Martín intento ser lo más formal posible.

-S...si, emh... ¿usted va ha almorzar sólo? O... -miró de reojo al mayor y ver su cara confundida se alarmó rápidamente. – ¡es para hablar se trabajo!

-¿Muy urgente?

-No, sólo quiero aprender más de lo que sé... Como se rumorea que es el mejor en toda esta empresa yo...

-Perdón, estaré apurado. Che, para otra ocasión, ¿te parece?

-Si, si.

Martín solo sonrió y dejó que su arrogancia hiciera de las suyas, ¿realmente se rumorea eso de él? Sus pensamientos se esfumaron cuando admiró de como Manuel tomaba su mochila para salir. El argentino mostró sus dientes en una sonrisa y con toda la felicidad del mundo se acercó a el chileno.

-¡Manu! Vamos ha almorzar.

-Ya, po. -contestó calmado y siempre mirando al frente.

-Ah, ¡che!

-¿Qué?

-¿Es verdad qué se rumorea “Martín es el mejor”?

-Si, y que tienes unas cocos plásticos.

-Igual te los saboreas.

Maratón 4/5
(Más relleno que mis bolas inexistentes, ¡lo siento xD!)

Positivo [ArgChi] MPREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora