Capítulo 18

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Annabelle

–Bernier, tienes visita – me volví al guardia con desdén. A menos que fuera Guiliano, odiaba las visitas. Y solamente aceptaba al hermano de Luca porque traía pastel. –¿No va a salir? – El guardia estaba bastante impaciente manteniendo la celda abierta.

Di un paso afuera y deje que me dirigiera como siempre, ya estaba acostumbrada. Me moví con paso pausado para molestia de los guardias, pero mi pierna se encontraba herida así que no podía ir más rápido. Me sorprendí al descubrir que no me llevaban al área común de visitas, sino a una habitación un poco más privada. Esperaba no se tratará de una visita de mi abogado, porque la última vez le había dejado claro mis intenciones con él cuando saliera de aquí. Lo que no sabía cuando sería. Mi abuelo no podía sacarme, pero me brindo los suficientes amigos como para sentirme segura. Aunque nunca podía estar cien por ciento segura.

–Aquí – el guardia abrió una puerta y entré en ella.

–Señorita Bernier – Un hombre rubio se levantó de la única mesa que se encontraba allí para saludarme. –Es un gusto... – extendió su mano, pero la mire como si fuera parte de un insulto. –Siéntese por favor – señaló la silla frente a él.

Me senté aburrida por lo que podría avecinarse, no dejaba de obtener todo tipo de visitas de la policía o personas que trabajaban en campos relacionados. Estaban cada vez más desesperados, puesto que estaban a punto de moverme de lugar. Pero aún no sabían si sería enviada a Francia o Rusia.

–Estaba esperando poder hablar con usted, pero me dijeron que no se encontraba disponible – dijo.

–Fui isolada... Como que tenía todo el tiempo del mundo. – murmuré.

–Entiendo – dijo sonriendo.

–Entonces, ¿vamos a tomar el té o me va a decir que es lo que quiere de mí? – Pregunté, molesta.

–No sabía que aquí sirvieran té – bromeó. –Bien, directo al punto... – susurró en voz baja. –Me llaman... – Lo detuve.

–Si realmente quiere algo de mi, me dirá su nombre real... No hago tratos con desconocidos o personas "alias" – acentúe las comillas con mis dedos. –Por supuesto, también deberá cautivarme... O tentarme. –

–Entiendo, ¿que tal si entonces le habló primero del trato que quiero ofrecerle? – Me acomode en mi asiento esperando escuchar algo interesante. –Perfecto – tomó mi silencio como un sí. –Primero lo primero – murmuró mientras sacaba fotos del bolso negro que mantenía a sus pies.

Habían muchos que desconocía y otros que disgustaban mi vista a quienes por ahora prefería llamar innombrables. Esperé a escuchar una buena introducción o una aplastante pérdida de tiempo. Pero mientras más miraba el hombre, sentía que era diferente a todos los anteriores que habían venido a buscarme antes.

–Esperaba una reacción diferente de su parte, pero... – balanceo sus dedos sobre la mesa, uno detrás del otro haciendo un sonido secuencial. –Hay tres tipos de personas en este mundo, los comunes, de los que nadie sabe y quienes nunca dejarán de ser basura. También están los que tienen miedo, los que se atreven y los que olvidaron que era sentir. –

–¿Y? – Empezaba a aburrirme.

–¿Quién eres Annabelle? – Me preguntó. –¿Sabes quién eres? –

–¿Sabe usted quién es? – Le devolví la pregunta y él rió.

–Soy alguien que ya no tiene miedo y ellos son la basura del mundo – dijo y señaló las fotos. –Necesitan ser llevados al lugar donde pertenecen, sin embargo no tengo los recursos necesarios para acercarme a ellos... –

Las Mentiras de Annabelle (LQNSDB #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora