•| Niñero |• 《YoonMin 》 Finalizada.

Capítulo 23

Caminé con prisa hacia algún lado, quería estar lejos de Suga, ¿como pudo invitar a mis padres? ¿Como hizo eso?

No podía permitir que mis padres tuviesen la oportunidad de verme, después de haberme hecho sentir como vil basura. Realmente estaba muy enfadado. Sin darme cuenta estaba en el centro, caminando solo, bueno, habían muchas personas a mi alrededor, pero no me importaban en lo mínimo.

Riiiiiingggg

Saqué mi móvil de mi bolsillo viendo que esa persona que invitó a mis padres me llamaba, dudé un poco en responderle, pero al final deslicé al teléfonito hacia la izquierda, rechazando la llamada.

Caminé un rato más con la mirada baja, hasta que choqué con el poste, justo mi frente dio con el fierro enorme, solté un quejido llevando mi mano a donde me golpeé.

-Au... -Dolía bastante.

Escuché algunas risitas cerca, algo que me enfureció. Cualquier cosa me iba a molestar. No podía superar eso que hizo Suga.

-Tan fuerte me di...- Al retirar mi mano de donde me golpeé me di cuenta que sangraba un poco y sin duda alguna entré en pánico. ¿Que tal que me desangraba y jamás volvía a ver a YoonGi? No, yo no quiero estar lejos de él.

Saqué mi móvil del bolsillo y justo en ese momento entró una llamada de mi chico.

-Cariño, ¿donde estás? Perdoname mi amor, no quería causarte molestias, mucho menos que te alejaras de mí, estoy muy preocupado, te fuiste y... No sé a donde...-Me senté en una de las sillas de aquel puesto de comida rápida mientras escuchaba a YoonGi.

-Descuida, ya vuelvo ¿sí? Ve a casa, nos veremos ahí.- Corté la llamada, y es que no quería hacer sencillo el hecho de estar bien con él.

Me coloqué de pie comenzando a caminar más atento de regreso a casa, claro que me llevaría tiempo. Al paso de unos minutos la sangre ya había parado pero mis manos iban manchadas y faltaba un tanto para llegar al departamento de YoonGi, mis pies estaban cansados ya, debería pedir un taxi o algo.

-Jiminnie ¿qué haces aquí?- Giré a ver, era Jin y Lisa.

-Voy a casa, es que... Salí.- Solté una risita saludando a ambos .

-¿Qué te pasó? Estás sangrando.- Comentó alertado mi amigo.

-Fue un golpe que me di, pero ya está bien, voy a casa y me curaré.-

-Cuando llegues a casa por favor debes avisarme que te encuentras bien.- Asentí con mi cabeza.

-¿Y tú que haces aquí, hyung?-Le pregunté a este.

-Bueno, vengo por algo para Nam, y Lisa me acompañó para ayudarme a elegir algo bonito.-

-Seguro que sí, si necesita ayuda me llama, hyung, tengo que irme o YoonGi seguirá preocupado.- Rápidamente me despedí de ellos comenzando a correr.

El dinero no me ajustaba para el taxi, no había más que correr.

Corre Jimin, corre.

En un rato más estaba cruzando el parque que llevaba ya a casa, bueno, que estaba cerca. El edificio comenzaba a verse, con la respiración agitada pude hacer presencia en la recepción del lugar.

-H-hola... ¿Y-ya llegó... YoonGi? -Le pregunté al portero del edificio.

-Subió hace unos minutos con unas personas más.- Rápidamente subí a nuestro departamento con prisa.

¿Debía tocar la puerta? Solté un suspiro antes de tocar ligeramente con los nudillos.

-¿Quién? -Escuché decir a Suga del otro lado de la puerta.

-Soy yo... Jimin.- La puerta de abrió y vi a Suga ahí, de inmediato lo abracé soltando un suspiro aliviado.

-Bebé... Sé que me odias, pero odio ver como no estás feliz con tus padres ¿sabes?- Solté un suspiro sin alejarme de este.

-¿Vinieron ahora? -

-Sí... Vinieron.- Suga iba a tomar mi mano pero en ese momento se percató de mis manos llenas de sangre.- ¿¡qué te pasó, amor!? Dios mío... ¿Te golpearon? -Solté una risita negando con mi cabeza.

-No, me golpee, voy a limpiarme y ahora vengo con ellos.- Pasé la sala sin verlos y fui directo al baño para poder limpiar mis manos y mi frente. Cepillé mis dientes volviendo a la sala de estar y sentándome al lado de mi novio.

-Bien, bebé... ¿Quieres decirle algo a tus padres? -Asentí con mi cabeza aclarando a la vez mi garganta.

- Que los odio.- Respondí de inmediato.

- Hijo... Estamos muy arrepentidos de lo que hicimos.- Solté una sarcástica carcajada.

-Claro, no me importa ahora si se han arrepentido, lo hecho hecho está y no hay más, de mi parte no volverán a recibir alguna noticia, YoonGi fue quién los invitó, así que me retiro.- Me coloqué de pie, justo en ese momento mi novio sujetó mi mano haciéndome sentar.

-Mi amor... Todas las personas cometen errores ¿sabes? Y tus padres los cometieron, están aquí por que a pesar de todo te aman y saben que hicieron mal... Todos merecemos una segunda oportunidad.- Me besó de manera rápida para luego abrazarme.

-Me hicieron mucho daño al sacarme de casa... -Murmuré al borde del llanto.- ¿Q-que clase de padres sacan a la calle a su hijo?... Quizá yo fue un malcriado pero... Ellos nunca me prestaban atención, y papá solo llegaba a gritarme... Y mamá... Ay mamá... Tú eres tan sumisa ante este hombre.- Me separé del cuerpo de mi novio para ver a aquellos adultos.- Una persona inteligente perdona... Así que los perdonaré, pero no quiero volver a casa, y quiero que me den dinero para poder vivir bien con YoonGi...

-Hijo... -Papá habló al fin, sacó su billetera y me extendió una tarjeta.- Toma esta entonces, estaré dejando dinero en ella, pero por favor... Debes estarnos llamando de vez en cuando, al menos a tu madre.- Suejté la tarjeta mientras asentía.

-Mamá, debes estar tranquila ¿mh? Me estás viendo, estoy vivo... Les agradezco tanto que hayan llevado a YoonGi de mi niñero... Ahora, quiero disfrutar del tiempo con él.- Me coloqué de pie caminando a la puerta de salida.- Gracias por visitarnos... Pronto los llamaré.

Mis padres se despidieron y agradecieron a mi novio, al llegar a la puerta me abrazaron unos segundos antes de irse, cerré la puerta y volví con mi chico.

-Fuiste un poco grosero, amor..-De inmediato lo abracé negando con mi cabeza.

-Simplemente fui directo, hyung.- Su mano fue hasta mi cabello, donde me brindaba suaves caricias.

-Prometo que te haré olvidar todo ese dolor que ellos te hicieron pasar... Por que estoy enamorado de ti y quiero hacerte feliz lo que me queda de vida.- Sonreí al escuchar aquellas palabras, alcé poco a poco mi rostro hasta poder verlo directo a los ojos, unimos nuestros labios en un delicado beso. No hacían falta palabras para expresarle el amor que yo sentía hacia él.