Hasta la cima

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Caminaba rápido y podía sentir mis pies quemando sobre el asfalto era obvio que justo aquí al verlo al lado de ella supe de inmediato que algo iba a cambiar por mas que me negara a mi misma ese hecho, debía asumirlo algún día el se casara tendría una familia, hijos y con mucha suerte ya no significaba nada para mi, pero mientras la sola idea de eso hacía que mi corazón se hiciera más pequeño era normal que me sintiera así, después de todo ya lo había visto con muchas mujeres.

 recuerdo una vez que fuimos a casa de una amiga de Jhon, ellos habían estado insistiendo mucho con eso de que fuera para hacer amigas y no se que, apenas llegamos una chica puso sus ojos en Will se acercó a él.

-¿Hola, Tu eres Will no?-Dijo la chica de cabello oscuro y largas piernas, yo seguía allí parada justo al lado de Will.

-Si soy yo-El extendió su mano para que se encontrará con la de ella, pero ella se acerco y beso su mejilla-

-Un placer- Dijo con su dentadura perfecta-

-Igual- Sonrió, era como si yo no estuviera alli.

Ellos dos desaparecieron al rato, pedí el baño prestado y justo cuando iba al baño escuche la voz de Will venir de una de las habitaciones, me acerque y la puerta no estaba cerrada del todo, lo vi a él besándola, sentí mi corazón hundirse y las lágrimas amenazaron con salir, luego de eso pedí que me llevaran a casa y Jhon a regañadientes lo hizo, esa noche lloré tanto que creí que jamás volvería a hacerlo y justo así fue, desde ese momento no volví a llorar, fue la primera chica a la que vi que besaba, supongo que por eso dolió tanto, pero no importaba cuanto tiempo pasara o no, siempre verlo con alguien lastimaba mi corazón y así este se hizo mas fuerte, soportando y soportando.

-¿Donde crees que vas?-Voltee para encontrarme con Will quien me había apartado de mis recuerdos

-Ahm a casa-Dije un poco confundida-

-Te dije que te llevaría-

-Es que no quería molestarte Will además ya se me paso el dolor, iré a casa regresa tranquilo-

-¿Hai me acompañas a un lugar?-Su pregunta me tomó desprevenida-

-Ahm es que...

-Por favor- Me interrumpió

-Esta bien-Dije finalmente.

-Vamos-Me regaló una de esas sonrisas que hacían que mi vida valiera cada segundo-

El detuvo un taxi cerca de la escuela de donde había salido sin siquiera notarlo perdida en mis pensamientos., el detuvo el taxi cerca de un parque que parecía bastante viejo.

-¿Dónde vamos?-

-Es una sorpresa-Sonreí me tomo la mano y caminamos por medio del parque y entramos a un bosque rodeado de árboles.

-¡Te va a encantar!-Todo de ti, me encanta; pensé-

-Confió en ti-Frunció el ceño.

-¿Mucho?-

-Lo suficiente-Sonreí 

-Entonces ven-Se detuvo frente a un árbol realmente bastante bonito con grandes ramas que caían a su costado, recordaba ese lugar de alguna parte pero no lograba saber de donde.

-Vamos a escalar-¿QUE?

-No Will tu vas a escalar-Dije sonriendo-

-Ahm no linda los dos escalaremos, dijiste que confiabas en mí, demuéstralo- Cada vez que me decía linda algo así podía sentir como los vellos de mi piel se paraban con el simple movimiento de sus labios al decirlo.

-¿Esperas que escalemos hasta donde?-

-La cima-Sus ojos azules se hicieron mucho más intensos, mostrando una sonrisa por la cual yo era capaz de morir.

-No creo que esa sea una buena idea-

-Si lo es, tu confía en mi- Tomo mi mano-

-Lo estoy dudando-Su mano es cálida y encaja perfecto con la mía-

-Vas primero-Dijo con una sonrisa burlona.

-¿¡Ah!?-Exclamé

-Te ayudare a subir e iré detrás de ti-

-¿Lo prometes?-Dije nerviosa al ver la altura-

-Si -Sus ojos me daban el valor suficiente-

-Bien- Solté su mano para agarrar una rama me impulse de ella y ya no estaba tocando la tierra lo que me dio bastante miedo, luego de otra y otra, ya estaba bastante alto mire hacia abajo y Will venia detrás de mi como prometió, tome otra rama, así hasta que estuve tan alto como para que mis piernas temblaran, solo una rama más y llegó a lo más alto del árbol, mis manos sudaban y mi pulso aumentaba, ¡Dios por favor no dejes que muera así! podía escuchar la risa de Will a mis espaldas mientras el me veía desde abajo disfrutando mi miedo, iba a tomar la otra rama cuando esta se partió, apreté fuerte los ojos.

-Te tengo- Will me sostenía por la cintura y su mejilla junto a la mía, mi pulso se disparó y me abrace a el, me cargo y se sentó sobre alguna rama pero yo seguía con los ojos cerrados no quería ver de donde hace un momento podía haber muerto.

-No quiero mirar-Dije al fin-El rio un poco-

-Ya estás a salvo- Con su mano tocó mi mejilla y dentro de mi ser explotaron todos los cohetes posibles, la piel se me erizó ante su toque, abrí los ojos para encontrarme con Will bastante cerca de mi cara, sus ojos no se separaban de los míos, así de cerca el era el doble de atractivo de lo que creía, su cabello castaño claro con un corte tupé que va perfecto con sus cejas, sus pestañas  largas,  sus ojos azules con un pequeño sol dentro de ellos, su piel parecía de bebé, se veía tan suave, tan delicada, sencillamente verlo de lejos jamás le haría justicia a la suerte de su cercanía, sus labios, no quería ver sus labios, no quería sufrir por ver los labios que yo jamás podría tocar de nuevo, pero no pude evitarlo el rojo de sus labios me llamaba a que los viera, es entendible porque cada mujer que lo conocía moría por besarlo, tan besables, tan delicados así siempre desde que conocí a Will se había visto, me preguntaba si seguían siendo igual de suaves, si seguía siendo el compás perfecto besarlo, escuchaba a mi subconsciente gritar por poder obtener aunque fuese un corto beso de esos perfectos labios, me obligue a mi misma a apartar la mirada.

-Casi muero-Dije sin más, haciendo que se le notara una sonrisa de lado-

-No moriste-Dijo sin dejar de verme-

-Pero casi-Sonreí, quería moverme su mirada era insostenible para mi, pero cuando iba a hacerlo quede mucho más cerca de él, tanto que podía sentir su respiración, haciendo que cada sentimiento desde la niñez hasta aquí se desatará a su voluntad, sus ojos miraron mis labios y luego volvió a mirar mis ojos, esto era lo más cerca que había estado de el en años, la felicidad que sentía jugaba con mis nervios mi corazón impulsado por cada pequeña partícula exigía salirse de mi pecho, la tristeza me invadió de nuevo cuando él apartó su rostro del mío, devolviéndome a mi triste realidad, una realidad donde Williams "jamás me vería más que como su hermanita"


Querida "Hermanita"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora