Cazador de Almas.

Cazador de Almas. Capitulo 10

Capitulo 10:

¡Ahhh que gusto!. Las manos de Ben si que saben como dar masajes. El agua tibia cubierta de espuma me cubre hasta la mitad de los senos. Estoy metida entre sus piernas, apegada contra su cuerpo de espaldas a él y sus manos me masajean, relajando mis músculos. Aún metida en el agua siento mi entre pierna lubricada. Mis pezones están duros y erguidos respondiendo a los roces de las palmas del hombre a mis espaldas. 

Antes de meternos ambos desnudos en la bañera me sujete el pelo con un prendedor, solo quería lavarme el cuerpo del sudor y del semen, aunque adoro estar pegajosa por su néctar. Sintiéndome relajada y excitada Ben me apego mas a su cuerpo.

 Cerré los ojos para disfrutar de sus caricias recorriendo con lentitud y sensualidad mis piernas que encogí juntas, apegadas a mi estómago. Ben separo mis muslos para meter la mano entre medio. Gemí al sentir sus dedos tocar mi vulva, abriendo la vulva con los dedos y recorrerla con lentitud, para luego comenzar a penetrarme con ellos. Gemí y mi cuerpo se arqueo respondiendo a ese éxtasis. Lo sentí sonreír porque estábamos con las mejillas apegadas.

— ¿Sabes como me pone sentir y ver como te lubricas por mi?. ¿Te imaginas lo que me produce verte disfrutando de mis caricias?. Jamás desee a una mujer como te deseo a ti. Me pasaría prendido de tu cuerpo. Tu desnudez es tu mejor prenda. Eres guapa y sensual.

Senti celos al escucharlo mencionar a otras mujeres que tuvieron el gusto de conocerlo sexualmente. Me voy a encargar de que jamás vuelva a mencionarlo o a pensar siquiera en su pasada vida sexual. No quiero saber nada sobre ello, prefiero pensar que su vida sexual comenzó el día que comenzó la mía, con él. 

 Enojada trate de ponerme de pie para salir de la tina de jacuzzi. El me mantuvo apretada contra su cuerpo, él sintiéndome tensa adivino que me sentía celosa. No menciono nada, solo comenzó a morder y a lamer mi lóbulo izquierdo con lentitud hasta que comencé a arquearme por el placer y esperar mas caricias eróticas. A dos manos masajeo y tiro de los pezones con los pulgares e índices. 

Mantuvo la mano izquierda haciendo botar mis senos, apretándolos con la palma y frotando su palma con la punta de los pezones que de duros por la excitación dolían. Bajo con las yemas de los dedos de la mano derecha por la piel de mi estómago, por mi vientre agitado hasta alcanzar el triángulo lubricado entre mis piernas. Abrí las piernas para darle paso. Y suspire al disfrutar como abría mi hendidura con un dedo, luego otro y luego un tercero. Gemí con la cara roja, apoyando la cabeza en su hombro derecho.

 El me miraba disfrutar, gemir, agitarme y ponerme tensa por el orgasmo que se anunciaba. El detenía las caricias para comenzar de nuevo torturando mis sentidos. Y una vez mas volvía a detenerse de masturbarme estando a punto de llegar. Fui acumulando así frustración sexual. Mi cuerpo vibrante pedía calma a través de un orgasmo, pero él me mantenía tensa y expectante. 

 — Por...por favor Ben, permíteme llegar. Necesito liberación.

 — Tranquila mi celosa y posesiva An. Quiero hacer que te vuelvas loca de placer. Voy a hacer que enloquezcas porque deseo que me ruegues mas lujuria y perversión. 

Preciosa, quiero degustar todo tu cuerpo, por delante y por detrás, quiero tener sexo anal contigo, y para eso necesito que estés muy excitada. ¿Quieres que te desvirgine por atrás también?.

 Mis mejillas ardieron y abrí mucho los ojos porque he estado deseando hacerlo, sé que dolera, pero quiero probar. 

Si quiero, pero no sé como pedirlo o como darle el consentimiento a través de palabras. Estoy muy avergonzada.

 — ¿Quieres tener sexo anal o no An?. Si no no quieres no insistiré. 

— Si quiero probar. He estado deseando hacerlo. Quiero hacerlo, enséñame.