''No, no lo creo maestra. Me disculpo'' dije sereno.
''Por lo menos con educación'' murmuró la vieja mientras se iba a su escritorio.
'Guarda la diplomacia, Garret.' me repetía una y otra vez. Si se me salía un coño aquí estaría frito. Tallé mis ojos y volví a mirar a mi alrededor.
A mi lado se había sentado el ''guapísimo'' tipo. Rogaba a los santos a que no me molestara, aún así no sabía con quien se estaba metiendo.
Equis al cuadrado, más dos equis menos tres es igual a cero, álgebra, mi favorito.
Si me gustaba hacer algo era encontrar incognitas, como lo he hecho con toda mi vida. Levanté una ceja hacia la maestra quien me miraba con poder.
Estúpida.
x = b ± √b² - 4ac/2a
Si saco los datos, A sería igual a 1, B sería igual a 2 y C sería igual a -3. Y sustituyo. Escucho mi lápiz rayando el cuaderno.
x = 2 ± √(2)² - 4(1)(-3) /2(1)
x = 2 ± √4 + 12 /2
x = 2 ± √16 /2
x = 2 ± 4 /2
''Divido a x en dos'' susurré para mí mismo.
x¹ = 2 + 4 /2 x²= 2 - 4 /2
x¹ = 6/2 x²= -2/2
x¹ = 3 x²= -1
''Terminé'' dije en voz alta.
Mi lápiz retumbó cuando cayó a la mesa. La maestra Casmund me miraba extrañada y como si algo le había fallado. Expectante y ansiosa por saber quién era yo.
''¿Ha terminado tan rapido?'' preguntó. ''El ejercicio que he dejado supone mantenerlos pensando durante la hora completa, señor Garret''
''Pues creo que conmigo le falló'' sonreí.
Tomé mis cosas y le llevé el cuaderno. Lo revisó. No podía estar incorrecto y no lo estaba. Sus ojos pasaron de expectantes a competitivos en microsegundos.
''Es imposible. ¿Cómo?...'' balbuceó.
''Se llama Matemática Algebraíca Básica. Tiene las tres tildes y, por supuesto, mi ingenio'' respondí con diplomacia. ''Ahora, si me disculpa, me retiro'' caminé hacia la puerta y tomé la perilla.
''¿A dónde cree que va, señor Garret?'' dijo con voz firme.
''Echele un vistazo al pizarrón y lea su propia letra'' abrí la puerta y salí.
Reí. Esto era más divertido de lo que creí.
Bajé la cremallera de mi chaqueta. No era que me gustaba ser chico malo, pero el color negro nunca me faltaba, y menos las botas de motociclismo.
No, no poseía una moto, pero si un Corvette del año 70. Clásico y único. Regalo de mi padre cuando le dije que me acosté con una de sus tantas prostitutas enviadas.
Muchos creen que no tengo madre, pero ella vive alejada de la vida de mi padre. Ella no es como el. Todavía no puedo creer que se amaran tanto para crearme o tan solo yo sea un error adolescente.
La visito una vez al año , si es necesario. Por una semana, no más. Pero puedo jurar que cada vez que la visito, oculta cierta tristeza, supongo que ella sí lucho por mí.
A la hora de la repartición de bienes, o sea, yo, mi padre tenía más dinero que ella. La mandó a volar, puso orden de restricción, pero antes, le dió al menos un lugar donde vivir.
Tenía ocho años, sin embargo, la única semana de cada año que duro con ella estan llenas de abrazos y sonrisas, algo que normalmente falta con mi padre.
Piensa que soy uno de sus empleados, me recompesa por asuntos que deberían estar haciendo ellos. Pero cómo no, si ''el negocio es la vida y la vida es el negocio'' asegura a cada rato con una sonrisa en su rostro.
Su maldito negocio.
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Still There
Teen FictionJude, hijo de uno de los narcotraficantes más buscados en el mundo por la Interpol, vive su vida a escondidas gracias a los negocios de su padre. En busca de la tranquilidad total junto a su madre se embarca en algo que jamás creyó que le pasaría a...