Sabía que si la besaba rompería el silencio y alimentaría la efervescencia de la audiencia que nos observaba. Rompería la ética y rompería la razón.
Sabía que si la besaba, mi instinto inconsciente la volvería a buscar, desesperado y quizás loco por algo más. Debía controlarlo.
Pero no la conocía, no sabía quién era Anne Butterfield, sólo sabía que sus ojos me observaban impacientes qué haría después.
Recordé que su novio me esperaría en las canchas.
Las situaciones estaban en contra, pero Romeo estaba a mi favor, y yo... la volvería a besar.
Todos habían entrado en ese aura teatral y hablador que decía que el amor lo vale todo. Relamí mis labios ahora si haciendo presión con los de ella. Dejé mis ojos abiertos hasta que ella cerró los suyos. Entonces me aparté, habían líneas aún. Le sonreí y ella se basaba en toda la ingenuidad e inocencia como una niña pequeña.
Asentí para que siguiera el acto.
''En mis labios queda la marca de vuestro pecado.'' leyó y volvió a mirarme, una mirada penetrante ésta vez.
''¿Del pecado de mis labios? Ellos se arrepentirán con otro beso.'' la miré y la tomé de la cintura, esta vez la besé, tan suave que esperaba que los cielos se abrieran.
Aplausos, gemidos y chillidos, lloriqueos tambien salían de parte de la audiencia. Me voltee hacia ellos y tomé la mano de la muchacha. La miré y ella sonreía al público, alcé su mano en ademán de agradecimiento y puedo jurar que no había tocado el suelo tan rápido cuando me abrazó.
''Jude, Anne'' dijo la maestra. Un timbrazo más. ''Quiero que se queden unos minutos''
Por todos los cielos, ¿ahora qué?
Eramos los últimos en el salón, la maestra recogía algunos papeles que habían dejado en el piso. Al terminar, pasó por su escritorio y fuimos hasta donde se encontraba.
''Su actuación fue muy buena ¿habían tomado clases de teatro alguna otra vez?'' Me miró.
''No, jamás'' dije naturalmente.
''Yo tampoco'' dijo ella tímidamente.
''Es que me impresionó con la pasión que cada uno de ustedes interpretaba el papel'' dijo sentandose. ''Por eso les haré un regalo,'' dijo entregandonos dos libros, uno a cada uno.
''¿Qué es esto?'' dije sin entender.
''Eso, señor Garret, es el libreto oficial para interpretar la obra de Romeo y Julieta en el teatro de Los Angeles'' dijo feliz la maestra.
''Es que...'' suspiré. ''Escuche, yo jamás quise estar en teatro, más bien lo detesto, hay tanta falsedad...'' traté de calmarme. ''Lo siento, pero tendrá usted que buscar otro Romeo para su obra''
Iba a salir del aula, lo juro pero...
''Jude'' supuse que me miraba, otra vez.
Voltee mi cabeza sin mirarla, solo esperaba lo que iba a decir.
''Olvidalo'' respiró hondo.
Salí por la puerta, tenía una reunión importante con un cliente. Busqué en el mapa las canchas, se encontraban detrás del gimnasio.
Caminé hasta allá y asomé mi cabeza, él ya me estaba esperando. Caminé hacia donde estaba.
''¿Dónde demonios estabas?'' le sonreí.
Si supiera que hace unos minutos me estaba besando con su novia.
''Eso no te interesa, ¿cuántos quieres?'' dije sin más rodeos al asunto.
''Te compraré cinco de inicial, ¿te parece?''
''No, no me parece, ¿crees que este negocio es fácil? te aseguro que podría conseguir la vida y la muerte a través de él'' dije.
''Bien, ¿qué tal si empezamos con diez?'' dijo serio.
''Así me gusta'' sonreí burlón.
Saqué la mercancía de la mochila y alargué el brazo. Pensé mejor.
''Primero el dinero, idiota'' solté. ''Son cincuenta cada uno''
''¿Quieres que te de quinientos dólares?'' dijo casi gritando.
''Oye, baja la voz, ¿si?, Yo vendo la mercancía, yo pongo los precios, tu decides'' dije desinteresado.
''Aquí tienes, espero que sean buenas'' dijo recogiendo sus cosas.
''¡Te aseguro que iras al paraíso!'' me burlé.
Salí de las canchas y fui al estacionamiento. Derecho y a mi casa.
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Still There
Teen FictionJude, hijo de uno de los narcotraficantes más buscados en el mundo por la Interpol, vive su vida a escondidas gracias a los negocios de su padre. En busca de la tranquilidad total junto a su madre se embarca en algo que jamás creyó que le pasaría a...