''Encuentro'' - Capítulo 1 - Parte 3

58 3 0
                                    

Caminé por el pasillo siguiendo el mapa que me habían regalado en la oficina del director. Llegué al patio trasero. Habían mesas y todo estaba cubierto de grama y algunas mesas. Árboles no faltaban, grandes y frondosos. Proporcionaban quizás el 75% de toda la sobra del patio. 

Me senté en una de las mesas, saqué mis auriculares y a tientas presioné el botón de «Play». Miré a mi alrededor y todo estaba desierto, podía ver a través del cristal del ala este de la cafetería cómo las cocineras preparaban la comida. Si, era comida. Por primera vez me han inscrito en una preparatoria de personas de mi nivel. No hay egoísmo, sólo que es molesto recibir una masa verde y viscosa de almuerzo diariamente.

Puse mi mochila de leather marrón oscuro en la mesa y recosté mi cabeza. Era lo que necesitaba más por ahora, dormir un rato. 

Me encontraba en el patio trasero y de pronto ya no estaba ahí. Recuerdo perfectamente esperar el timbre del almuerzo. Ahora me encontraba en el pasillo el cual tenía una aspecto sombrío.

''¡Ayuda, auxilio, por favor!''  eran incansables gritos de mujer y algunos murmuros de hombres pero no entendía qué decían ellos.

¿Qué?

''¡Auxili...!'' su boca  fue tapada.

Luego no escuché nada más. Sólo el eco de su voz tratando de salir del trapo que quizás habían utilizado para callarla.

Abrí mis ojos, encontrandome con miles de estudiantes en el patio. ¿Qué estaba pasando aquí? 

Quité mis auriculares de mis tímpanos y los guarde. Miré: derecha, izquierda, detrás. Mierda, los empleados de mi padre no me dejarían hacer el trabajo. Hice como si estuviera buscando algo entre la mochila y el par de libros que llevaba, me paré y pasé el alambrado de los auriculares por mi cuello. Los miré otra vez a cada uno. Eran cuatro y me vigilaban como si fuera un blanco. Fue cuando sentí mi teléfono vibrar.

''¡Hola hijo!'' una voz amarga y con tono burlón e irónico pasaba por el pequeño auricular del teléfono.

''Oye, te dije que podía hacer esto solo.'' solté. ''No tenías por qué mandar a tus gorilas. Te recuerdo que es una escuela, no un lugar en donde entran los vendedores a cada rato''

''Cálmate, hijo. Sólo llamaba para saber cómo estabas'' dijo tragando algo. Supongo que era el mismo Whisky Escocés que tenía siempre en su lugar para bebidas.

''Si, claro y yo soy tan estúpido.'' restregué. ''O los sacas de aquí lo antes posible, o sabes que sabré cómo sobornarte'' dije.

Pasé mi dedo por mi nariz como señal para que se fueran los empleados.

''Está bien, daré la órden de retirada.'' dijo serio. ''Espero que esta te salga bien, ¿escuchaste?''

''También te amo padre'' sonreí y miré a mi alrededor.

Estudiantes me miraban. Entré por la puerta por donde salí. Algo frío y pegajoso había dañado la perfecta camisa de algodón blanca que llevaba.

''Oye, ¡gracias!'' dije tratando de quitar el hielo de la camisa.

''Perdón, no era mi intención, lo juro.'' dijo apresurada. 

''Sabes qué, no importa'' sonreí.

Era la misma muchacha de esta mañana. Ahora más avergonzada que nunca. 

Cabello rubio ligeramente pelirrojo, blanca como la nieve y labios grandes y rosados. 

''¿Estás seguro? Podemos ir a la lavandería o te podría conseguir una camisa limpia, yo...'' seguí pero la interrumpieron.

Ojos verdes.

''Amor, deja de ofrecerte ¿si?, ya tienes dueño'' rió el tipo.

Parecía intimidante. Era el mismo que se había sentado a mi lado esta mañana, y sí, acerté. era el mejor idiota que había pasado por delante de mis ojos. Y ella lo miró con ¿una sonrisa?

¡Vaya que hay que tener el autoestima por el suelo para dejar que un idiota le haya dicho eso!

Sostuve la mirada del tipo y me acordé del negocio de mi padre. Este se veía que inhalaba «polvillo mágico». Me acerqué y pasó su asqueroso brazo derecho por el hombro de su seguramente novia.

Todos miraban la escena.

''Te aconsejo que por lo menos le tengas respeto ¿no?'' la muchacha cerró sus ojos fuertemente.

''Yo trato a mi novia como se me venga la gana, idiota'' me respondió.

Le pasé un papel.

''¿Te interesa?'' lo leyó.

Sonrió. Estúpido.

''Es bueno que hablemos de esto en privado'' murmuró.

''Me conformo con cualquier lugar'' dije.

''Las canchas, después de la escuela hay práctica de soccer, ahí te veo'' dijo.

''Como tu quieras'' le sonreí.

La muchacha se veía extrañada y asustada. Salí de ahí con paso lento. Envié un mensaje a mi padre. «$$$» y salí en busca de algo de tomar. 

Miré hacia atrás. ¿Que no se cansaba de observarme? Le sonreí y ella bajó la cabeza otra vez, tratando de prestar atención a su novio.

Still ThereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora