¿Podemos Amarnos Con Libertad? (ConWolf)

08-Llego el momento, mi amor.

Otros dos meses habían pasado luego de aquel pequeño "incidente" como lo había catalogado Yuuri, y el cual de misma manea había quedado olvidado para ambos reyes, no siendo así para los hermanos, quienes finalmente decidieron que aquella seria la noche en la cual revelarían todo, lo dirían en la cena, lo dirían frente a todas las personas que le importaban, frente a las personas de quienes querían saber su opinión, aunque ya lo habían acordado con su madre, a ella siempre la tenían al pendiente de lo que pasaba entre ellos por pedido de la ex Maou, aunque de igual manera, si que se los hubiera pedido, ellos la mantendrían informada por decisión propia, porque ella era su madre y como tal, nunca hacían falta un par de consejos, como el que ella misma les había dado y por el cual habían tomado el valor para confesar lo que pasaba entre ambos.

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Flash Back

Luego de haber conversado un poco más sobre aquello que había hecho el rubio frente a el Maou decidieron que lo mejor seria ir a hablar con su madre y que ella los guiara esta vez. Salieron ambos tomados de las manos, sin importarles a ninguno de los dos si alguien los veía, y vaya que eso si paso. En el transcurso de la caminata a la habitación de su madre más de cinco soldados habían pasado por sus lados y los habían visto tomados de las manos, más ninguno había dicho nada y solo pasaban de largo no sin antes hacerles reverencias y saludarlos con respeto. Ninguno de aquellos soldados habían cuestionado nada de aquel tacto entre ambos hermanos, pues era algo normal que los hermanos hicieran eso como señal de apoyo, sin importar la edad y lo sabían, razón por la cual no se preocuparon por  la acción realizada por los hermanos reales. Mientras que ellos mismos ya habían igualmente ya habían llegado a la habitación de la mayor, por tanto el rubio tocó la puerta con la misma delicadez que su madre también tocaba, cosa que ayudaba a ambos a reconocerse entre madre e hijo. La mujer, quien se encontraba bebiendo calmada y sin apuros una copa de vino mientras se miraba al espejo de su baño, probándose sus millones de joyas para saber cual le quedaba mejor, al escuchar aquel toque enseguida dejo la copa en el mueble de su cajón y se levanto sin importarle cual de las joyas estaría ocupando y enseguida abrió la puerta de su habitación, observando a ambos de sus hijos menores tras la puerta y les sonrió dulcemente.

- Pasen, pasen -dijo ella haciéndose a un lado que sus hijos entraran en su habitación.

Estos dándoles las buenas noches con anterioridad y haciéndole leve reverencia para mostrar sus modales entraron en la habitación de su madre y con permiso no dicho fueron a la cama de su madre y se sentaron ella, esperando a la mayor para poder hablar. Cheri por su parte fui nuevamente al baño para quitarse aquel, ahora, molesto collar extremada mente extravagante y lo guardo junto con sus demás joyas en el cajón principal para luego volver enseguida con sus hijos y acomodo una de sus sillas frente a la cama, en la cual se sentó, quedando delante de ambos y les sonrió dulce y maternal como solo una madre podía hacer con sus hijos.

- ¿Cuál es el problema? -pregunto con su voz cariñosa.

- No es un problema ...más bien un accidente ...y necesitamos tu ayuda, madre -comenzó por explicar el castaño.

- Bien, bien ...¿Cuál es el problema con el accidente? Y por favor digan me de que accidente hablan -pidió entre dulce y divertida para entrar en confianza.

Ante aquella broma indirecta de parte dela mayor ambos hermanos sonrieron, sabiendo que con ello ya podían decírselo directamente. Conrart miro a Wolfram, pidiéndole con la mirada que el le explicara el "accidente" a la mayor, aunque a la vez se lo pedía para escuchar nuevamente aquellas palabras tan lindas y esperanzadoras de su hermano menor, mirada ante la cual Wolfram no pudo hacer mucho más que asentir con una sonrisa dulce y enamorada, sabiendo las intenciones del castaño y dispuesto a cumplirlas solo por verlo feliz.