Chocolate

02.- Bâtonnet

Harry había pasado la navidad en la madriguera y luego de haberse leído todos sus libros para su "nueva aventura", se había ofrecido a ayudar con la cena. Luego de que todos comieron, anunció sus nuevos planes y toda la familia le felicito por ello, además de ofrecerse como sus conejillos de indias, Neville, que ya le había pedido matrimonio a Ginny, también estuvo en la celebración y le pidió a escondidas que le enseñara algunas recetas para sorprender a Ginny. Harry empezaba la escuela en dos semanas y en general, las cosas parecían ir tomando su curso.

Severus Snape por otro lado, había pasado la navidad en la mansión Malfoy, invitado por Lucius y obligado por Draco, quien aún se sentía cohibido por la forma en que trato a Severus durante su sexto año en Hogwarts. Draco no regreso a Hogwarts, sino que tomó sus EXTASIS por fuera y prefirió el uso de tutores. Mas que nada porque no quería cruzarse con el Trio De Oro, y el escarnio del resto del alumnado, por haber sido marcado por Voldemort. Luego de que Severus expuso las razones de Draco a sus padres, estos no le reclamaron y respetaron sus deseos.

Por eso, cuando Severus anuncio al final de la cena sus planes a futuro, Draco fue el primero en felicitarlo y ofrecerle su apoyo. Lucius aún despreciaba todo lo muggle, pero acepto que quizás podía ser "interesante" para Severus adquirir nuevas habilidades y Narcissa le expresó sus "sinceras felicitaciones". Severus nunca había tenido muchos amigos, y los Malfoy eran lo más cercano a un "mejores amigos" que tenía. Así que era importante para él tener su apoyo.

Los días corrieron y llegó el 10 de enero, la fecha en que empezarían las clases en la escuela de cocina. Severus se vistió con sus ropas muggles habituales, tomo su mochila con sus "útiles" y se apareció en un callejón cercano a la escuela, ya habría tiempo de viajar en metro después. Harry por su lado, había salido desde temprano, con su mochila al hombro mientras comía una dona con un café al tiempo que caminaba hacia el metro. Había pensado en aparecerse, pero estaba tan excitado con la escuela que pensó que sería mejor viajar al estilo muggle y darse tiempo de tranquilizarse.

Ambos llegaron casi al mismo tiempo, pero no se vieron. Había alrededor de 20 estudiantes más, así que cada uno quedó separado del otro por al menos 10 personas. Una chica de cabello oscuro los hizo pasar a un pequeño salón y les dijo que esperaran ahí. Luego de algunos minutos, 4 chefs entraron, enfundados en un uniforme negro y con sus gorros distintivos.

—¡Bienvenidos! Nos alegra que eligieran nuestra escuela para iniciar su educación formal en la cocina—Empezó un chef de ojos almendrados y piel tostada.

—Todos se preguntarán por el nombre tan peculiar de nuestra escuela. Eso se debe a que nuestra escuela está basada en la mezcla, el chocolate es un dulce que es la mezcla perfecta de culturas—Continuo el chef que era claramente asiático pero que no se definía si era hindú, japonés o chino.

—El chocolate viene de Mesoamérica, el cacao fue traído a Europa y luego recorrió un camino lleno de historia, hay sangre, guerras, esclavitud y a la vez innovación, sabor, texturas y felicidad. Se usa en muchos postres e incluso en platillos salados—Dijo un chef de color y ojos verde-oscuro.

— Por eso, y dado que todos los chefs principales de aquí, somos de distinto origen, pero compartimos el mismo amor por la cocina, decidimos nombrar la escuela así, Chocolate, para que sepan que la cocina que aprenderán aquí no tiene denominación, sino que será universal—Terminó el discurso un chef moreno y de ojos cafés.

—Así que luego de este pequeño discurso, me presentare y les presentare a mis compañeros. Yo soy Leandro Rinaldi, el caballero de ojos rasgados es Narayan Xú, el caballero de ojos verdes es Balthazar Bird y el caballero moreno es Mario Amezcua. Terminadas las presentaciones, pasaremos a su "salón" de clases, pónganse su uniforme en cuanto entren y si tienen el cabello largo, amárrenlo. Sígannos por favor—Dijo el chef de ojos almendrados.